Leonardo Mendoza se reencuentra después de muchos años bajo circustancias adversas, con la mujer que siempre deseo para él desde el momento que sus miradas se cruzaron, y que por situaciones que él aún desconoce ella lo rechazó...
Más ahora aprovechará tenerla nuevamente cerca para conquistarla, porque para él es evidente que ella aún se siente atraída por su presencia...
. - ¡Esta vez si serás para mí, mi negra hermosa...!
ESPERO DISFRUTEN DE ESTA NUEVA HISTORIA DE AMOR... SALUDOS Y BENDICIONES 😉 🙏 😘
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CAPÍTULO XXIII CONFRONTACIÓN
Natalia decidió levantarse, y darle el especio que evidente Minerva reclamaba. Leonardo al sentir que ella pensaba retirarse la retuvo a su lado por la cintura... Cuando Minerva vio quien era la mujer en cuestión, se quedó literalmente en shock, no podia creer que esta mujer estuviera de vuelta en la vida de leonardo nuevamente...
. - No lo puedo creer... ¿No eres tu...? - Se frenó pensando si decir su nombre o aquel apodo que le decía de manera despectiva en la universidad, una sonrisa malisiosa curvo sus labios a pesar de que estaba molesta de verla al lado de Leonardo...
. - Cuidado como te vas a dirigir a mi novia Minerva... - Exigió Leonardo al advirtir la actitud prejuiciosa del pasado en Minerva... Al escuchar lo expresado por el único hombre que las acompañaba, ambas mujeres quedaron boquiabiertas, Natalia que iba a protestar, fue tomada por la cintura por él para evitarlo, presionandola contra su cuerpo, y le dedicó una mirada de advertencia prohibiendole hacer lo que pensaba, Natalia de retorno le dedicó una mirada fulminante...
. - ¿Qué? ¿Cómo que tu novia? ¿Desde cuándo? Pero si... - Iba a decirle que ella pensaba que ellos terminarian juntos, pero no se quiso humillar de ese modo, menos frente a la negra horrible que él no soltaba por nada - ¿Tus padres lo saben?
. - Justo de eso estabamos hablando, ¿Verdad mi amor? - Mira a Natalia y le sonrie, presionando su cintura para que ella reaccione y le siga la cuerda - Estamos esperando que retornen mañana de su viaje para llevarla a casa y presentarla... - Vuelve a mirar a Natalia y esta vez se acerca y deja un suave beso en sus labios - Amor, ¿Recuerdas a Minerva?
. - ¿Y crees que ellos esten de acuerdo? - Suelta Minerva mirandola de arriba abajo con la única intención de hacerla sentir mal...
Natalia queria golpear a Leonardo, no entendia de qué se trataba todo este absurdo juego, pero no pensaba participar... Más Leonardo vio su intención y se acercá a ella, para simular dejar un beso en su cuello y muy bajo la condicionó a aceptar su show...
. - Me debes esto, recuerda a Gabriel... solo actua... - Dejó un beso allí, y Natalia lo miró incredula de lo que escuchaba... ¿Acaso me estás chantajeando? le preguntaba con sus ojos, Leonardo solo le sonrió.
. - !Sigo aqui por Dios! - Dijo con desprecio Minerva de verlos tan acaramelados, volvió a hablar cuando la pareja la miró - No creo que no me recuerdes... !Esta niña!
. - Por supuesto que te recuerdo... Minerva, ¡Y mi nombre es Natalia! - Le respondió haciendo enfasis en su nombre - ¿Cómo estas? - Pregunta que hizo por pura cortesia.
. - Pues impresionada... - Y nada agradada de verte, quiso responder - ¿De dónde has salido, que de pronto son novios...?
Leonardo fue el primero en hablar, lo qué Natalia agradeció porque no sabria cómo seguir esa mentira...
. - Nos hemos reencontrado hace poco, y pues, nos dimos cuenta que la química del pasado sigue intacta, así que decidimos intentarlo y nos va muy bien, ¿Verdad preciosa? - Volvió a besarla con delicadesa y Natalia solo asintió mirandolo con los ojos entrecerrados...
. - Que raro... - Dijo algo esectica Minerva - Pero claro, ahora entiendo, ¿Por eso todos estos dias has estado "Tan ocupado"?
. - Exactamente, muy perceptiva, pero ¿Cómo no estarlo? estamos recuperando el tiempo pérdido... - Dijo con insinuante picardía mirando fijamente a Natalia, en tanto pasaba de manera sugerente la lengua por su labio inferior, haciendola sonrojar de vergüenza y a Minerva de ira... - Entonces gracias como siempre por la visita Minerva...
La rubia entendiendo la indirecta, se sintió más molesta aún, y dirigió su mirada con evidente odio hacía Natalia...
. - Espero me invites a la presentación de la novia, no me gustaría perdermelo... - Su sarcarmo era indiscutible...
. - Por supuesto, eres MI AMIGA, estarás en primera fila - Soltó Leonardo con franca intención de que ella aceptara ya su lugar, él no podía ofrecerle nada más...
. - Claro... Bueno entonces no los interrumpo más... - Camino hacía la puerta con Leonardo detrás de ella, lo abrazó evidentemente afectada, luego lo soltó colocando un a mano en su hombro - Nos veremos pronto... - A Natalia a propósito decidió ignorarla, cosa a la que ya estaba acostumbrada de parte de ella, así que se negó a que la afectara.
. - Bien Minerva, chao... - Dijo Leonardo, en tanto ella salía, él realmente sentía pena por Minerva, que noto indudablemente le afectó la noticia de su supuesto noviazgo, pero él no sentía lo mismo que ella, debía buscar el modo de que ya de una vez, lo dejara atrás.
Cerró la puerta y se volvió, viendo a Natalia recoger su bolso con la firme decisión de irse también...
. - ¿Qué haces? - Le reclamó, acercandosé y evitando que se moviera de su lugar...
. - ¿No es evidente? Me voy - Leonardo le quitó el bolso y la acercó a él - ¡Déjame! ¿Acaso te volviste Loco?
. - Es probable... - Intentó besarla, pero Natalia apartó su cara y él sonrió - No te resista - Tomó su cara para obligarla a mirarlo - Sé que lo deseas tanto como yo... - Susurró y volvió a inclinar la cabeza a sus labios, Natalia se sentía tentada, abrumada, pero además muy culpable...
. - Leonardo... No puedo... - Volvió a apartar la cara de su boca tentadora, y trataba de soltarse de sus brazos perturbadores - Por favor... - Pedia mientras él en vista de no poder besar sus labios lo hacia a su cuello - Mmm... No... Leonardo... No puedo hacer esto... - Valbuceaba, pero no tenía fuerza para apartarse y él no cedía a su pedido - Por favor... Tengo pareja...
El sonido y significado de esas palabras si los hizo reaccionar a ambos, causandoles tensión por diferentes motivos, y que de ipso facto se separaran... Natalia se sentía una traidora infiel, y Leonardo se sentía furioso de solo recordar que ella es de otro, que supone no la merece...
. - Debo irme.. - Dijo Natalia cuando el silencio se hizo ya pesado.
.- No puedes irte, debemos hablar Natalia... - Dijo con firmeza, y ella se detuvo en su avance...
. - Es cierto... - Aceptó recordando porque estaba allí, todo lo que antes había pasado, la hizo olvidar ese motivo - Pero hablaremos sólo del caso de Gabriel...
. - Lo que acaba de pasar tambien tiene importancia, y mucho que ver con lo que pasará con Gabriel...
. - ¿De qué hablas? - Natalia seguia sin entender tambien lo que había pasado con Minerva...
. - Te pedí que vinieras porque quiero que seas mi novia Natalia...
Él se sorprendió de sus palabras, y ella lo miró con el ceño fruncido, pensando que había escuchado mal...
. - ¿Acaso has perdido el sentido común? ¡Claro que no! _ él la miro molesto - Yo tengo pareja, y me voy a casar con él...
. - No te lo estoy preguntando... - Ella lo miró fijamente buscando algun indicio de broma en su cara, pero él continuaba bien serio, e inescrutable - Claro que te casaras, pero conmigo... !Está es la única solución a tu problema y el mío!
. - ¡Vete al diablo! - Natalia tomó su bolso e intento salir, pero el brazo de Leonardo la detuvo... - ¡Sueltame ya! - Le pidió molesta.
. - Estas aquí antes de tu cita conmigo porque te enteraste de lo complicada de la situación de Gabriel ¿Verdad?
Ella detuvo su lucha con él para salir, recordando lo que le dijo cuando estaba Minerva...
. - ¿Es que acaso en serio me vas a chantajear con eso? - Lo miró - ¿Qué clase de hombre eres?
. - Que tu me reproches algo así, es medio cínico ¿No crees? - Le dijo con dureza Leonardo - Me robaste, al igual que tu noviecito, y probablemente tu hermano... ¿Crees qué tu novio es mejor que yo? Los tres estan metidos en esto hasta el cuello - Dijo soltandola y caminando hasta su escritorio - Quizas los tres son una organización que no es la primera vez que dilinquen, solo que su suerte se acabó - La acusó, y ella se quedó muda e impresionada de tal señalamiento, y ver lo furioso que ahora él estaba... - ¡Y miralo como desees!
Natalia estaba abrumada, cómo se supone que esta exigencia iba a resolver su problema, si la estaba metiendo en otro, y qué problema debía resolver él con ello... ¡No, no podía ser! ¡Además, cómo la acusaba de ese modo!