CAPÍTULO I INFORTUNIO

Mi nombre es Leonardo Mendoza Cisneros, tengo 38 años, y soy el jefe del departamento de finanzas en la clínica de mis padres. Ellos son médicos reconocidos, y siempre quisieron que yo siguiera sus pasos estudiando medicina, pero ese no era mi fuerte… A mí siempre me gustaron los números, son un cerebrito para eso, por ello, estudie Economía y Finanzas.

Soy divorciado, estuve casado con la que fue mi novia un año antes de terminar la universidad… Y prácticamente al terminar la carrera nos casamos, pero el matrimonio no funcionó como esperábamos. Jazmín era demasiado posesiva y en extremo celosa. De hecho, en nuestro noviazgo, estuvimos varias veces separados a causa de eso, terminamos y volvimos en varias oportunidades por su celopatia. Tarde pensé que debi haber tomado eso como una señal. Ella no me podía ver conversando con ninguna compañera de estudio o, mejor dicho, cualquier personaje que perteneciera al sexo femenino. Y eso pues, llevó a que después de casados, el matrimonio fuera en declive.

Tuvimos una hija, mi tesoro hermoso, Alana, ella debió haber llegado a nuestras vidas para generarnos alegría y estabilidad, más no fue así, al contrario, todo se intensificó, y su madre y yo, debimos separarnos por el bien de los tres…

Triste por mi hija, pero fue lo mejor… no era vida lo que llevábamos en lo que debió ser nuestro hogar. A pesar de que mis padres, tienen dinero, es de ellos, yo debía velar por la seguridad de mi familia. Debía trabajar, y con la llegada de la nena, y sin jazmín ejercer, debía esforzarme más, pero ella no lo entendía, siempre pensaba que yo estaba con alguna otra mujer, y de ahí no había quien la sacara. Demasiada desconfianza de su parte.

Bueno, la cuestión es que ahora estoy solo, y la verdad me siento bien, cuando necesito compañía femenina la busco discretamente sin ningún tipo de compromiso, pero mis padres están empeñados en emparejarme con la hija de unos grandes amigos de la familia.

Por supuesto, yo no estoy interesado, no es que ella sea fea ni nada, aunque para mí no hay mujer fea, cada mujer tiene su encanto, es solo que ella no me atrae, yo la sigo viendo como una amiga…

Minerva, estudió administración con la que fue mi esposa, ellas eran muy buenas amigas, de hecho, por ella fue que conocí a Jazmín, siempre nos veíamos en la universidad, compartíamos fiestas, e incluso se quedaba en casa. Éramos, no, somos muy buenos amigos. Ella también está sola en este momento y ahora a todos se les ha dado por querer emparejarnos…

Y a mí, lamentablemente, me va a tocar romper sus ilusiones porque eso no será, así deba inventarme una novia, o esposa, me los quitaré de encima a todos, incluyéndola a ella, que ya está un poco intensa… ¡A veces me parece que es quien se quiere imponer manipulando a los demás! Precisamente ahora, doy gracias por estar fuera de mi oficina, porque me está informando que está allá.

Le devolví el mensaje, indicándole que estaría fuera toda la tarde, para que no tenga la brillante idea de esperarme. Hoy estamos resolviendo un infortunio que ocurrió en la clínica con una enfermera, un gran robo de medicamentos de alto espectro, y uso restringido, pero lo peor de todo esto, es que hay un adolescente involucrado… Yo me estoy encargando, en vista de que mis padres están de viaje, celebrando sus 45 años de casados.

En este momento, estamos en la jefatura para formalizar la denuncia en contra de la chica, y ver cuáles son los pasos a seguir con el menor…

. – Ya sé que me dijiste que lo podemos demandar igual, pero es prácticamente un niño…

. – Si, pero bastante consciente de lo que hacía, además aquí se encargaran de proceder según la ley de menor…

. – Por favor, Andrade, ¿Acaso crees en el sistema? Él no tendrá oportunidad…

Andrade asintió porque sabía muy bien a qué me refería, además yo pretendía hablar personalmente con él para saber por qué se atrevió a participar en algo que sabía muy bien va en contra de la ley, y sobre todo siendo tan joven… Por lo que pudimos averiguar, era la primera vez que él participaba, porque ella si lo había hecho otras veces.

Estábamos sentados esperando nos atendieran, cuando veo llegar a una mujer, bastante apurada y evidentemente preocupada, desde que sentí la puerta abrirse y verla entrar, la observé fijamente, ella también me vio, me dio la impresión que se sorprendió, nuestras miradas por una décima de segundo se conectaron, y la reconocí. Ella continuó con su andar acelerado, y paso por mi lado, sin volver a mirarme, yo sin embrago, la seguí con la mirada, la detallé de arriba abajo, vi que preguntó algo en información, y luego entró por la puerta que le indicaban…

Justo en ese momento, por la misma puerta, salió un oficial y me hizo señas de seguir… Andrade, nuestro abogado y yo nos levantamos para cumplir con el llamado del hombre. Y allí estaba ella, sentada, literalmente estrujando sus manos, si, estaba muy preocupada.

. - ¿Cómo que lo dejaran detenido? Él es menor de edad… - La escuché decir con voz desesperada…

. - ¿Quién es ella? – Le pregunté en baja voz al oficial que iba a mi lado

. – Es la representante legal del chico… - Me respondió del mismo modo.

. - ¿Su madre? – La curiosidad me estaba ganando…

. – No, es la hermana… - Continuó mirándome con curiosidad, indagando si quería saber algo más, así que me tocó no seguir preguntando.

. – Señora Brown – Cuando ella volteó a mirar al oficial que le hablaba, los tres quedamos deslumbrados con su mirada, él oficial carraspeó para reaccionar de la impresión, y continuó con su labor - Él señor aquí presente, es Leonardo Mendoza, el afectado directo del hurto que realizó su hermano, y que lo tiene aquí a disposición de la ley…

La vi tensarse al escuchar al oficial y mirarme, me detalló, fui consciente de cómo me miró de arriba abajo, sé que también me reconoció, cuando su mirada llegó a mi cara, a pesar de su color de piel, pude ver que se sonrojó, pero igual me sostuvo la mirada… Caramba, sus ojos continúan siendo hermosos, y embelleciendo su cara de una manera espectacular.

. – Señor Mendoza… - Su saludo fue cortes, aunque pude notar algo de resentimiento…

. – Natalia Brown – Todos se quedaron sorprendidos al ver que sabia su nombre, hasta ella misma, al reparar que la recordaba – Ha pasado tiempo… - No dejé de mirarla, y pude sentir como se incomodaba…

. – Si, algo… - Carraspeó y continuó - Quisiera pedirle disculpa por el agravio que acaba de cometer mi hermano en su contra…

. – Disculpe usted, pero no ha sido una ofensa y las justificaciones no corregirán las pérdidas y fallas ocasionadas a mi cliente, que… - Fue Andrade que se adelantó a responder, por lo que lo interrumpí tomando su brazo, y me dirigí a ella.

. – Creo que debemos hablar… - Ella asintió,

. – Señor Mendoza… -

Miré a Andrade con firmeza, y él calló inmediatamente. Decidí que esto lo voy a resolver yo, esto lo estoy viendo como algo bastante oportuno para mí, y mantendré la balanza a mi favor… me quedaré con esta hermosa dama, que jamás pensé volver a ver…

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