El Despertar De La Reina Elfa

Al llegar al reino humano bajamos del carro.

- Buenos días sean bienvenidas.

Una chica nos esperaba en la entrada del palacio, y nos guió hasta un salón privado, cuando estuve por entrar alguien me llamó.

- Princesa, que gusto verla de nuevo.

Rodee los ojos, y me voltee con una sonrisa falsa.

- Príncipe Eldric, un gusto, con permiso debo atender unos asuntos.

- Oh, ya veo, usted es la invitada de mi madre.

Asentí, y me adentre a la habitación junto con mi madre.

- Buenos días su Majestad.

Al entrar hice una reverencia ante la Reina.

-Bienvenidas, tomen asiento.

Tomamos asiento, y entre mi mamá y la Reina Nora, hablaban sobre negociaciones de trabajo y también una posible tregua entre ambos reinos, hasta que de un momento a otro, algo que escucho la dejo congelada.

- ¿qué le parece una boda entre su hija y mi hijo Eldric?

- Perdón?

Pregunto mamá.

- Así sería la mejor manera de mantener la paz entre los reinos, tengo entendido que mi hijo quedó flechado por su hija.

- Esto es indignante, no vine a buscarle un marido a mi hija, vine por negocios.

Dijo mi mamá levantándose de la mesa.

- Mamá, cálmate, iré a dar una vuelta, por favor, intente terminar con las negociaciones.

Le susurré, pedí permiso e hice una reverencia antes de salir. Estando afuera decidí dar un paseo en el jardín, habían muchas flores lindas, luego de un largo rato caminando escuche unos ruidos y fui a ver que era, al buscar de donde venía el sonido vio a un joven entrenando, me quedé mirándolo un rato.

- Vaya tiene una técnica.

Cuando iba a acercarme para ver quien era me tropecé con una piedra, y al caer dejé salir un grito.

- Señorita, ¿se encuentra bien?

Al alzar la vista vi a Kael acercándose, estaba sudado, así noté que era él quien estaba entrenando.

- Príncipe Kael, he estoy bien, no se preocupe.

Me levante me limpie las rodillas y las manos.

- ¿qué hace aquí Alteza?

me pregunta, con una ceja alzada.

- Y-yo vine a acompañar a mamá a una reunión que tiene con la Reina.

- Ya veo, pero sigo sin entender qué hace aquí en mi campo de entrenamiento?

- S-su ca-campo de entrenamiento... Y-yo lo siento Príncipe Kael, estaba caminando por los jardines y me perdí, así que seguí los sonidos que venían de esta dirección y terminé aquí.

- Vamos, la acompaño hasta el palacio principal.

- Y-yo tuve que salir de allí, mamá y la Reina están en una reunión importante, le importa si me quedo observándolo entrenar...

Kael volteo su cara, pero en sus orejas se notaba que estaba sonrojado.

- No tengo ningún inconveniente.

Ambos nos dirigimos a la arena, en lo que Kael entrenaba yo observaba sus movimientos, era muy ágil.

- Sería agradable entrenar con él.

Pensé en voz alta, al notar que lo dije muy alto me cubrí la cara con el bolso.

- De-desea entrenar Alteza?

-Y-yo no podría.

Dije avergonzada.

- No tiene nada de malo, si nos llevamos bien podría ayudar en las negociaciones entre reinos más adelante.

- Cierto, de acuerdo, pero no tendré piedad.

Dije sonriendo.

Kael me extiende una espada y yo la acepto dejando mi bolso en la banca donde estaba sentada, y dando por iniciado el combate.

Por otro lado la Reina Miriel y la Reina Nora seguían conversando tratando de llegar a un acuerdo, pero de la nada Nora vuelve a decir.

- Porque no piensa en el compromiso, eso sería lo mejor para am...

- Reina Nora, no piense vender a mi hija, si ella no quiere el compromiso yo no voy a obligarla.

Miriel se levanta del asiento.

- Si no tiene nada más que decir, con su permiso me retiro.

...

- Está bien entrenado Príncipe, pero no tanto como yo.

En un abrir y cerrar de ojos le quite la espada, pero mientra. yo celebraba mi supuesta victoria, me agarro desprevenida, y me hizo una llave dejándome inmovilizada.

- Creo que festeja muy rápido princesa Elaria.

- Debo admitirlo, es bueno Alteza.

Kael la suelta y la ayuda a levantar, incluso me extiende una botella de agua.

- Gracias Alteza.

- Señorita, su Majestad Miriel la busca.

- Ya veo, debe hacer terminado su conversación, Nos vemos Príncipe Kael.

- Hasta luego Princesa.

Agarra mi bolso y seguí a la doncella hasta la entrada donde mamá me esperaba.

- Donde estabas metida hija, las doncellas tenían rato buscándote.

- Lo siento ma, me distraje un poco.

Ambas nos montamos en el carro para irnos, todo iba bien hasta que a mitad de camino un par de carros interceden el camino.

- Bájese, si no quiere problemas.

Dijo una persona que le abrió la puerta a mamá.

- Cariño, quédate adentro, mamá lo resolverá.

Asentí, pero obviamente no me iba a quedar sin hacer nada, cuando estaban por sacarme a mí, metí la mano en el bolso, al salir le lance las dagas a los que apuntaban a mamá, y con el báculo, incapacite a los que me rodearon.

- Sube al auto mamá.

- Hi-hija, que subas.

Grité desesperada, por suerte no todos tenían armas, y yo con el báculo pude deshacerme de los que entorpecían el paso del carro.

-Acelera!!!

Grité en cuanto me monte en el vehículo.

El chófer aun asombrado y miedoso así hizo, condució lo más rápido que pudo.

- Mamá, ¿estás bien?

- Si hija, ¿y tú?

- No te preocupes por mí.

En cuanto llegamos al palacio envié a mamá con un doctor, en cuanto a mí, Melissa reviso la pequeña herida que me hice en la mano.

- ¿Ya sabes quien los mando?

- Aún no Señorita, pero creemos que fue alguien importante.

Ya lo suponía, pero escucharlo me hacía hervir la sangre.

- Bien, sigue investigando, no importa quien sea.

- Si Alteza.

Salí de la habitación con la mano vendada y fui a ver a mamá, estaba acostada, el doctor le dio algo para dormir, papá estaba a su lado, se notaba nervioso, y era entendible, su hija y su esposa fueron atacadas.

- papá...

Lo llamé, al verme se levantó de la silla y me abrazo.

- Gracias a los dioses que estas bien.

Papá me abraza, para luego mandarme a descansar.