Edward Sackler El CEO Cruel Y Despiadado

Alice dio una mirada desconcertada a Edward ya que obviamente sabía que él no la quería y menos cerca solo estaba mintiendo, así que ella aún no se sintió lista para ir a lo que sería su nuevo hogar si es que se le podía llamar así y enseguida mencionó, –Bueno ya que no se me tomó en cuenta para nada de este matrimonio entonces en esto sí puedo opinar y mi decisión es que si quiero una comida en familia. Dio un rápido vistazo a todos a su alrededor para después detenerse en Edward y decirle. –Si no quieres compartir con la familia entonces, está bien te puedes retirar. El rostro de Edward se tornó sombrío cómo se atrevía a hablarle de esa manera aunque fuera su esposa no iba a tolerar más insolencias de su parte.

Alice tomó el brazo de su abuelo para que caminara junto a ella, –Vamos abuelo, hay que ir al restaurant. En su interior sabía que no era para nada bueno llevarle la contraria y más aún frente a todos ya que el hombre era sumamente controlador, pero también sabía que no tenía ánimos de estar a solas con él.

–Es increíble, pero qué le sucede a esta mujer, no sabe que se está metiendo con la persona equivocada. Pensó Edward para sí mismo. Pero no le quedó de otra más que seguir a los demás para salir del registro. Alice acompañó a su abuelo para que se subiera a su auto para después irse al suyo. 

Cuando estaba caminando para tomar su auto sintió que alguien la tomó fuertemente del brazo, al instante Alice levantó la cabeza para encontrarse con una mirada llena de furia. –Pero ¿Qué carajo te sucede? dijo Alice al sentir la fuerza sobre su brazo. Edward le respondió –No te preocupes cariño, no necesitas tu auto ahora Alex se irá en él y te lo regresara más tarde. Le quitó la llave de las manos a Alice y se la lanzó a Alex. –Hermano llévate el coche de Alice y más tarde lo llevas al apartamento. observó a Alice para después decirle con su rasposa voz. –Tú irás conmigo. 

Alice incrédula de lo que sucedía y con una mirada desafiante le responde. –Puedo manejar y tengo auto. Edward soltó una sonrisa sarcástica y soltó. –Perfectamente se que puedes manejar pero tu y yo necesitamos hablar de todo esto, lo menos que quiero es tener un festejo por esta estupidez, después si aún tienes ganas puedes ir con tu abuelo.

Alice estaba desconcertada porque no sabía a lo que se refería Edward y hasta cierto punto tenía miedo de lo que podía pasar. Le dio un empujo a Alice para hacerla entrar en la parte trasera de su coche, ella entró pero cayó sobre su brazo doblándolo y causándole dolor. –¡Ouch! ¿Edward podrías no comportarte como un animal, por favor? Le recrimino Alice. Edward solo la observó por unos instantes sin preocuparse mucho por lo que había hecho, dirigió su mirada hacia el frente para después avisarle a su chofer a dónde se dirigen. –Carl, vamos hacia el penthouse. –Claro señor. Respondió este.

NARRA ALICE…

Las piernas me temblaban, estaba realmente asustada le rogué a mi abuelo que no permitiera que mi matrimonio se llevará a cabo, pero el solo me dijo que sería algo bueno que por ahora no lo entendería pero que una vez que estuviera casada con Edward me lo explicaría todo. Para ser honesta sus palabras me abrumaron aún más y un escalofrío recorrió mi espalda. 

Ya no había marcha atrás estábamos en el registro y yo estaba a punto de contraer matrimonio, Annie me estresa aún más ya que en un descuido de mi abuelo me dijo que nos fuéramos corriendo si es que no me quería casar. Que mi abuelo era mi única familia y que él me lo perdonaría todo, que nada de esto valía la pena si yo no estaba segura y si tampoco sería feliz, pero no podía ya no podía decir que no aparte mi abuelo me decía que tenía sus motivos. Ay no sé, creo que soy demasiado estúpida por estar haciendo esto y así fue en un instante todo pasó y ahora soy la señora Alice Sackler y estoy aquí sentada junto con Edward en su coche sin saber a dónde vamos, no tengo ganas de hablar ni de dirigirle una mirada siquiera, –¿Por que siempre tiene que hacer las cosas como él quiere? así que voy distraída observando por la ventana del coche intentando no hacer contacto visual. Pero en ese momento recuerdo que mi abuelo nos iba a esperar en el restaurant.

Alice saca de su bolso su teléfono celular para llamar a su abuelo, pero rápidamente Edward se lo quita de las manos, –Maldita sea Edward, ¿Qué carajo te sucede?. Edward con los ojos entrecerrados la observa un momento para después voltearse hacia la ventana, –No necesitas tu celular, estás con tu esposo así que nadie debe distraerte. Le lanzó una sonrisa con algo de coquetería.

Alice, quien ya estaba impaciente, le dijo –Realmente eres insoportable, solo iba a llamar a mi abuelo para decirle que no iremos al restaurant por culpa tuya. Edward en ese momento se sintio un poco tonto por su forma de actuar, asi que saco su telefono para hacer una llamada marco un numero registrado en su celular, se lo puso en la oreja y se dispuso a esperar a que de la otra parte respondieran (el telefono sonaba). –¿Qué sucede, hijo? Respondió Mark del otro lado de la línea. 

¿Padre? Le dijo en tono aún más serio... ¿Puedes comunicarte con Jeff Smith para decirle que no iremos al restaurant? Edward le hizo una petición a Mark. –Maldita sea Edward, deja de ser tan estupido en tu forma de actuar, ¿Cuál era el problema en que nos acompañarán por una hora, solo para cumplir con el viejo Smith, ahora tengo que dar la cara por tus acciones y excusarte con tus tonterías. Mark colgó la llamada sin decir más después de recriminar las acciones de su hijo necio y testarudo.

Edward guardó su celular en el bolsillo de su traje sin decir una palabra. Alice volteo en varias ocasiones esperando una respuesta de su parte. –Dime que paso. ¿Ya lo sabe mi abuelo? preguntó con insistencia. Edward quien estaba realmente molesto con su padre en un tono de reproche le dijo. –Alice ¿Podrías guardar silencio? Tu tono de voz es tan molesto, finalizó Edward. 

Alice con una mueca de sorpresa dibujada en su rostro le respondió. –Bueno si tan molesta soy, ¿Cuál es la necedad de que esté contigo y no con mi abuelo? lo que me querías decir podrías haberlo dicho en el estacionamiento del registro y después dejarme en paz. –Basta ya. Le dijo Edward con un tono fuerte de voz intentando que guardara silencio. Guardó silencio por un momento para después decirle. –Realmente pensé que te pondrías algo bonito, más femenino y elegante para nuestra boda, pero claramente me equivoque. Le recrimino Edward intentando hacerla enfadar. 

Ella de una forma serena le respondió. –Nuestro matrimonio no era una ocasión especial para hacer ese sacrificio, esta soy yo, este es mi estilo y si te desagrada lo hubieras pensado mejor y casarte con una modelo anoréxica con sus vestidos provocativos. Haciendo referencia a Rebecca. Edward al escuchar la respuesta de Alice no pudo evitar reírse, –Maldición esta mujer me va a costar mi cordura. Pensó para sus adentros. –Bueno lo habría hecho de haber tenido oportunidad. Respondió Edward en tono sarcástico.

Alice resopló con gran fuerza mostrando su descontento con Edward. El resto del camino el silencio inundó el coche, no se escuchaba más que el sonido de la respiración de ambos, cada uno iba inmerso en sus propios pensamientos, hasta que Carl interrumpe el silencio para avisarles que han llegado al edificio, aparca el auto en su espacio personal del estacionamiento. 

Carl baja del auto rápidamente para abrirle la puerta a Edward, esperando a que este baje del auto y después le de paso a Alice, pero ella sin esperar a que Edward aún baje del auto abre la puerta del otro lado y se baja sin ayuda. Edward hizo una mueca de enfado al ver su forma de actuar pero Alice quería dejarle claro que ella podía manejar su vida y no necesitaba ayuda ni siquiera del gran señor Edward Sackler quien ahora era su esposo. –Carl, mi hermano Alex va a traer el coche de la señora Alice, para que lo recibas. Edward le dejó dichas instrucciones a Carl. –Por supuesto señor Sackler, ¿Necesita que le avise cuando venga el joven Alex? pregunto Carl. –No, no es necesario, pero no dejes que mi hermano entre al penthouse dile que estamos indispuestos. Le respondió Edward a Carl viendo con una mirada intensa a Alice.

Edward le indico con molestia el ascensor a Alice para que subieran ambos. –El ascensor está por acá, claro a menos que desees subir por las escaleras. Dijo Edward con voz seca. Alice entró al ascensor y reviró los ojos al escuchar los comentarios tontos de Edward, no sabía si quiera a donde iban. –Si supiera a dónde vamos, por supuesto que lo haría con tal de no estar a tu lado, Le recrimino Alice. 

Dentro del ascensor sonaba la canción de Charlie P. - Suffer. Al entrar Alice no se dio cuenta que había quedado del lado del control del ascensor, de la nada sintió a Edward demasiado cerca de ella, se sintió algo nerviosa e incomoda por tal acercamiento pensaba que él se quería propasar de nuevo sintió por unos instantes el aroma tan varonil de Edward que invadió sus fosas nasales y también su cálido aliento respirar sobre ella, pero en ese preciso momento Edward estando casi sobre sus labios, dijo. –¡Vamos al Penthouse!. Oprimió el último botón y regresó a su lugar. Alice sonrió en su interior, sintiendo algo de vergüenza por la situación y por la canción de fondo, qué más podría faltar para completar esta bella escena, pensó.