Villana En Llamas

Al siguiente día, la joven emperatriz se levanta temprano y después de lavar su cuerpo, se va a desayunar.

Cuando terminó salió del comedor y de camino se encontró con el general Oliver, quien pedía permiso para hacer una investigación sobre las gárgolas. Eso llevará tiempo, puesto que, tiene que observar su comportamiento.

Ella le da permiso para proceder con su trabajo, y también le da un pergamino que le da autorización de investigar todo cuánto necesite, después de todo es el general del imperio.

Además de que Yadira desea hacer público su nombramiento de general, para que todos conozcan que este imperio tiene un general capaz de defender a Lumia de las amenazas que vengan.

Pensando en eso, ella convocó a los nobles, para informarle que tienen un general. Además de que como ella dejó en claro que no pueden llegar al palacio sin ser convocados, lo más seguro es que ninguno aparezca por aquí por su cuenta.

Si no se da una reunión.

La reunión sería dentro de dos días, y lo más seguro es que será divertida como ninguna.

Ya es tiempo de limpiar el reino de tanta basura como esas personas tan insoportables.

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Para felicidad de Yadira, los días pasaron sin complicaciones, y sin falta todos los nobles llegaron al palacio a primera hora de la mañana.

Yadira cuando supo de su llegada, se tomó su tiempo para prepararse y cuando le dio la gana fue a ver a esos viejos machistas, en compañía de su general, quien se quedaría fuera del salón, en espera de ser llamado.

Allí también estaba su tío y su esposa y Yadira al verle sonríe. La situación tiene pinta de ser muy divertida

Parece que tienen mucha prisa por anunciar lo que desean.

Ellos nada más verla hacen una reverencia perfecta, dejando en claro que tienen educación.

Yadira al ver eso fue directo al grano

—Hoy los he hecho venir a todos, es para anunciar que este imperio tiene un general, un hombre capaz de defendernos, él es Oliver, es su general— dice ella y Oliver entra al lugar, con una presencia imponente y con su máscara de siempre.

Los nobles estaban sin habla y literal, no saben quién es ese hombre, con una máscara en el rostro, pero por su presencia, ha de ser poderoso.

Él cuando terminó de llegar se arrodilla y dice algunas palabras

—Para mí es un honor servir a la emperatriz, me honra ser su general —dice él haciendo una reverencia perfecta, y Yadira lo invito a ponerse de pies.

Él lo hace, y se va a un lado del salón, para dar paso a que la emperatriz continúe con su conversación con esos nobles tan maliciosos.

—Como acaban de ver, este hombre aquí es su general, espero y se lleven bien con él— dice ella con una sonrisa inocente.

Por un momento hubo silencio, pero el padre de Aurelio pide la palabra y Yadira por supuesto se la concede, claro, él no eligió sus palabras para expresarse.

—En vista a que la emperatriz ya está casada con mi hijo, todos aquí solicitamos que usted lo haga emperador, y así el imperio tiene un gobernante que nos represente, llevar la carga del imperio es una responsabilidad grande, y la emperatriz aún es joven— expresa aquel hombre con un poco de orgullo y Yadira sonríe otra vez.

La respuesta de Yadira los dejó mudo a todos.

—Ya veo, ¿según usted, el simple hecho de ser mujer significa no ser adecuada para dirigir este imperio? Todos estos años he trabajado como nadie para ser merecedora de estar en ese puesto, y ustedes solo saben estar en sus mansiones tomando té y comiendo como cerdos ¿Dónde estaban cada uno de ustedes y Aurelio cuando me dormí tarde de la noche haciendo mi trabajo?— pregunta ella y nadie dice nada.

En vista a eso ella sigue hablando

—Todos ustedes fingen estar de acuerdo en lo que hago, pero no son más que personas hipócritas que solo buscan y anhelan mi caída, este imperio es un imperio lleno de prosperidad y mi trabajo es impecable, pero nada de esto es suficiente, ustedes necesitan que un hombre que no hace más que gastar dinero y estar con su amante, los dirija, ¿Pero adivinen que? Lo que desean solo será un sueño, una persona sin méritos como ese, y con una moral tan mala, no va a ensuciar el trono— le grita ella y todos allí entran en discusión.

La forma de ser de esos nobles tenía a Oliver enojado, pero se mantenía en su lugar, para evitar inconvenientes con la emperatriz.

Su presión espiritual estaba subiendo por las nobles y Yadira lo sintió.

Ella con la mirada le pide que se calme y él como si fuera un perrito fiel, y bueno, le hace caso.

El padre de Aurelio no resistió un segundo más la situación y protestó.

—Mi hijo es acto para el puesto de emperador, usted no puede expresarse así de él, siendo solo una simple mujer— le grita dicho hombre y Yadira rápidamente se enciende en llamas y de paso al ministro su suegro.

Acto seguido lo atrae hasta ella y delante de todos, lo toma con violencia y lo sacude como un muñeco de trapo, después, lo lanza al piso y de una manera feroz le da un par de puñetazos en la cara, el cual le rompieron tres dientes.

El hombre del miedo y del dolor se desmaya.

Al ver eso Yadira lo deja ir y dice algunas palabras.

—Quien se crea más inteligente que yo y se quiera revelar, que se prepare para morir quemados él y su familia, no voy a tolerar ninguna falta de respeto a mi persona y menos a esta familia, la traición es un acto que amerita la muerte, así que, tomen mis palabras en cuenta— le terminó de decir Yadira

Acto seguido mandó a sacar a los nobles, quienes se fueron corriendo de allí, y se llevaron al padre de Aurelio, quien aún no se había despertado.

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Nos vemos mañana con más, no olviden dejar su lindo, esto se está poniendo bueno