Era despreciado por la familia de su esposa, recibiendo constantes humillaciones solo por ser un hombre pobre.
Solo Bastian y Raisa sabían que su matrimonio era temporal; todo formaba parte de un plan para que Raisa pudiera heredar la fortuna de su familia. Y Bastian, en deuda con ella, aceptó ser su esposo temporal.
Pero, ¿qué pasa cuando el destino decide cambiarlo todo?
En realidad, Bastian proviene de una familia inmensamente rica: es el heredero de la empresa número uno de Indonesia. Tres años atrás, su abuelo lo expulsó de la familia por despilfarrar el dinero.
Ahora, tras aprender lo difícil que es ganarse la vida, Bastian recibe la herencia de su abuelo. Se convierte en un líder empresarial admirable, aunque debe ocultar su verdadera identidad de la familia de su esposa.
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Capítulo 10
Bastian estaba de pie detrás de Raisa, enseñándole a disparar a un objetivo de corcho con muchos números que correspondían a premios.
Raisa se sentía muy nerviosa al sentir sus cuerpos casi rozándose, hasta el punto de que su corazón se aceleraba.
Bastian sostenía la mano de Raisa, que sostenía una pistola de juguete.
"Aprieta el gatillo, Raisa".
Raisa respiró hondo y apretó el gatillo.
Zdor...
El proyectil de juguete alcanzó un objetivo de corcho. Raisa se alegró mucho; no esperaba que su disparo acertara ni siquiera en el número uno, lo que le valió el primer premio: un oso panda de peluche gigante.
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Eran las diez de la noche cuando Bastian y Raisa regresaron a la mansión. Sus corazones estaban más tranquilos, consiguiendo finalmente olvidar los problemas que los atormentaban.
Bastian llevó el oso panda gigante a la habitación de Raisa.
"¿Dónde quieres guardarlo, Raisa?", preguntó Bastian a Raisa.
"En mi cama", respondió Raisa, en un tono despreocupado, mientras seguía a Bastian.
Bastian dejó el oso panda marrón encima de la cama y esbozó una sonrisa pícara. "Tengo envidia de este oso".
"¿Por qué tienes envidia? ¿Quieres ser un oso?", preguntó Raisa, confundida por el comentario de Bastian.
"Tengo envidia porque él puede dormir a tu lado", respondió Bastian, en tono juguetón.
El rostro de Raisa se sonrojó al escuchar la broma de Bastian. "Hum... mi pierna está mejor esta noche, así que no te voy a pisar."
Bastian se rió por lo bajo. "Si es así, deja que tu pierna descanse. ¿Qué tal tus mejillas?"
"¿Mis mejillas? ¿Qué quieres decir?"
De repente y sin previo aviso, Bastian besó la mejilla de Raisa, dejándola en shock.
Bastian salió corriendo de la habitación de Raisa, con miedo a que ella se enfadara.
"¡Adiós a mi salario de este mes, Raisa!", gritó Bastian, ya fuera de la habitación de Raisa.
Habían acordado que, si Bastian rompía las reglas, su salario sería recortado y, si era Raisa quien lo hacía, ella aumentaría su salario.
Raisa no sabía si debía enfadarse o no. La verdad es que, por alguna razón, se sentía feliz esa noche, tanto que se tocó la mejilla que Bastian había besado.
Raisa se miró al espejo y se vio sonreír, mientras se tocaba la mejilla.
"¿Qué es esto? ¿Por qué estoy sonriendo después de que me haya besado la mejilla?", se preguntó Raisa a sí misma.
"Debería estar enfadada, ¿pero por qué no consigo enfadarme con él?", continuó pensando Raisa.
Drrrttt...
Drrrttt...
Drrrttt...
El teléfono de Raisa, que estaba encima de la mesita de noche, empezó a sonar. Era Tristan llamando.
Por alguna razón, no le apetecía atender la llamada de su novio y dejó que el teléfono siguiera sonando.
Raisa se puso el pijama y se metió en la cama, abrazando al oso panda que había ganado en el juego de las casetas.
"Gracias por animarme esta noche, Bastian", dijo Raisa al oso de peluche.
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Al contrario que Raisa, Bastian no podía dormir. Así que, a medianoche en punto, fue al lugar donde había ocurrido el accidente, hacía 14 años.
Bastian se quedó parado en el arcén de la carretera, observando los coches que pasaban por el cruce, imaginando la dirección que llevaban sus padres y la madre de Raisa.
Al ver la dirección de las carreteras, Bastian concluyó que el accidente podía haber ocurrido por dos razones: la primera era que la madre de Raisa se hubiera saltado un semáforo en rojo, chocando con el coche de los padres de Bastian, que seguía de frente.
La segunda hipótesis era que el coche de la madre de Raisa hubiera tenido una avería, como un fallo en los frenos, lo que habría hecho que el coche siguiera avanzando hasta chocar con el de los padres de Bastian.
Bastian recordó que Raisa le había dicho que su madre no era una persona descuidada, lo que significaba que la primera hipótesis estaba descartada. La única posibilidad era que el coche de la madre de Raisa hubiera tenido una avería. ¿Pero se trataría realmente de una avería o alguien la habría provocado?
