CORAZÓN EN ASCENSO

Cuando levante mi cabeza, no me di cuenta de que él había agachado la suya y cabal le di un cabezazo

— Perdón, no me di cuenta de que estaba tan cerca— le digo sobando su frente

— No te preocupes, ja, ja, ja, pero sí que dolió — al el decir eso me sentí mal

Así que le ofrecí una manzana caramelizada como forma de disculpa, él la tomó y empezó a comerla cuando escuchamos que venía una muy parlanchina Ester, él se despidió de mí, me quedé viendo como su ancha espalda y cabello blanco se perdía entre la multitud, verlo irse se siente tan vacío después de lo de Jediel, con él sentía que estaba enamorada en serio, pero me dolió que él me cambiará tan pronto, y ahora aparece Asher, no es que esté enamorada de él, pero solo siento una leve atracción hacia él.

Una muy animada Ester me saca de mis pensamientos, me tomó de la mano mientras habla sobre un puesto de libros, hasta yo me emocione, tengo mucho tiempo de no comprar un libro, quizás deba de buscar uno de magia, aunque de esos hay en la biblioteca real, pero no estaría mal echar un ojo a más libros.

Encontré varios libros que son de mi total interés, entre ellos poesía literaria, algo que me gusta mucho hacer es leer historias de fantasía y poesía.

— Alteza vamos a ese puesto de dulces — dice Ester señalando un puesto muy colorido y lleno de dulces

Nos acercamos al puesto y hay una variedad de dulces que jamás pensé ver, hay dulces en forma de corazones, bombones, dulces mariposas, entre otros.

Al dejar todo en nuestro carruaje, decidimos entrar a un restaurante en la plaza, subimos a lo que es el segundo piso, nos dieron una habitación que da vista a toda fiesta desde donde estoy puedo ver cada puesto, las personas que caminan en la calle el cielo está de un azul claro adornado con bellas nubes, me quedo viendo al cielo mis ojos se abren como ventanas debido a que vi dragones volando entre las nubes.

Es sorprendente como hay criaturas mágicas, esto es algo que jamás pensé que vería, pensé que moriría en esa casa de campo esperando que me dejaran ir, por qué aunque no lo digieran sabía que jamás me dejarían ir así como así.

— Está bien mi lady — murmuró Ester

— Si lo estoy, es solo que me sorprende que en verdad existan los seres mágicos — le digo

— Me imagino dado que usted vivía, digamos en uno de los reinos humanos — me dice ella

— Así es, aún estoy sorprendida, pero eso no quiere decir que no lo acepte — le digo

Solo terminamos nuestra pequeña conversación, llegaron con nuestro pedido, ordenamos un pescado frito, ensaña de verduras, puré de papas, y una horchata de arroz. El olor a pescado recién cocinado inunda mis fosas nasales, el suave olor a horchata con canela hace que mis labios se abran para así poder probar ese manjar de los dioses.

— Buen provecho Ester — le digo para empezar a comer

— Gracias mi lady, disfrute su comida— me dice ella

Mientras cada una comienza a comer su comida, claro, separando las espinas del pescado, no vaya a ser que nos ahoguemos con alguna espina.

Al finalizar nuestra comida pedimos que nos traigan un postre y la cuenta, cuando nos trajeron nuestro último pedido, la chica que nos lo trajo traían una pequeña cajita que me entregó a mí yo le pregunté si quién la había mandado y me dijo que mi amigo, eso me sonó raro por qué no tengo amigos al menos no que yo sepa, al recibir la cajita puedo ver que tiene ilustrada una hermosa perla casi parecida a la otra, entonces es la misma persona, que acaso me vigila, será un acosador.

— Mi lady tiene un pretendiente, ojalá no sea como el tonto príncipe de ese reino — yo parpadeo al escucharla hablar

— No creo que sea así, quizás sea un acosador — le digo restándole importancia

— No lo va a abrir— habla bien emocionada

— No, que tal y sea algún insecto o algo que pueda dañarme — le digo sinceramente, aunque miento debido a que también tengo curiosidad, ella muestra una mirada de tristeza

— Bien tú ganas — Ella da palma ditas de felicidad

Tomó la pequeña cajita en mis manos y al abrirla pude ver una hermosa pulsera de perlas y jade que reposa en un pequeño colchón de lino. Lo tomo es mis manos para verlo, más detalladamente no es tan pesada, no sé cómo deba de sentirme con esta clase de regalo de alguien desconocido.

— Wow, que hermosa — me dice ella tomandola de mis manos, la acerca a sí misma y comienza a obsérvala mientras la acaricia me toma mi mano para colocar la pulsera yo intento quitármela para así guardarla pero ella me dice que la dejé puesta, para que así la persona que me lo ha mandado pueda verla .

Aunque no estoy segura de querer que esa persona mire que me ha gustado su obsequio que tal y sea algún lunático o asesino.

Al observar por el balcón puedo ver que ha hecho un tumulto de gente mientras miran a chicas competir en baile, me acerco al balcón de ahí tengo una mejor vista, de puede ver el inmenso palacio imperial, las chicas bailan una canción muy pegadiza debo de decir que hasta ganas de bailar me han dado, aunque estaría bien que una princesa bailara.

Como ya se estaba haciendo algo de tarde, decidimos que era momento de regresar al palacio, aún tengo que hablar con mi amiga Zaria puesto que ella debe de quedarse en el palacio, estos últimos días no la he podido y no es por que ya me crea mucho, si no que no he tenido suficiente tiempo he estado aprendiendo a cómo usar mi magia de ninfa de la naturaleza, he empezado a comprender más las cosas antes en el reino muchas veces que los jardines se marchitaban o se secaban las flores me mandaban a mi a hacer el trabajo de cuidar los jardines, dado que a la semana ya estaba como nuevo, claro me parecía extraño pero solo decía que usaba varios fertilizantes para que las plantas resurgieran.

Al no saber  a qué se debía que los jardines a mi cuidado se recuperaran en días creí que era por los fertilizantes y sueros que usaba, pero ahora me doy cuenta que todo se debía a que tenía magia.