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Desde Que Te Vi

Desde Que Te Vi

Status: Terminada
Genre:Mafia / Amor a primera vista / Completas
Popularitas:3.8k
Nilai: 5
nombre de autor: sil Deco

una mirada una obsesión o amor a primera vista? su ángel misterioso o su demonio personal? que será de la vida de Mariana y Mauricio viconti.

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Capítulo 21 – En Carne Viva

La ciudad ya no parecía tan enorme ni tan solitaria para Mariana. Después de meses, la rutina había tomado forma: cursar sus materias, trabajar en sus diseños, llevar siempre una porción de medialuna para compartir con Mauricio después de su día, y escaparse los fines de semana al pueblo a ver a su familia, que ahora la recibía como a una celebridad.

—Che, no me trates como reina, má —decía Mariana, mientras Rosa le servía empanadas—. ¡Que todavía lavo mis calzones como cualquier mortal!

—Vos sos especial, mi amor. Y además… venís con yerno incluido —respondía su madre entre risas, mirando de reojo a Mauricio, que hacía esfuerzos titánicos por integrarse a las sobremesas con los hermanos Visconti de fondo contando anécdotas sobre cómo Mariana una vez se cayó del techo mientras jugaba a ser un dragón.

Las cosas fluían. Lentamente, como debía ser. Hasta que, un día, la calma se quebró.

Fue una tarde gris. Mariana estaba esperando a Mauricio en el café donde siempre se encontraban cuando él podía salir temprano del trabajo. Tenía los apuntes sobre la mesa, el cuaderno de bocetos al lado y una medialuna que ya había empezado a desintegrar con nerviosismo.

Él no llegaba. Y no respondía mensajes.

Entonces escuchó la explosión.

Los vidrios del local vibraron. Los autos frenaron de golpe. La ciudad entera pareció contener el aliento.

—No... —susurró Mariana, tomando su celular.

Fue ahí que sonó. Un número desconocido.

—¿Hola?

—¿Mariana? Soy Lucio. Tenés que venir al hospital.

Lucio no era la clase de persona que se mostraba afectado. Pero su mirada, cuando Mariana llegó a la sala de espera del hospital, era la de un hombre quebrado. O furioso. O ambas.

—¿Dónde está? —preguntó ella, sin aliento.

—En cirugía. El disparo fue directo al abdomen. Está perdiendo mucha sangre.

Mariana sintió que el suelo se le deshacía bajo los pies. Lucio, sin embargo, no hizo el mínimo ademán de contenerla.

—Esto es tu culpa —escupió con una voz helada.

—¿Qué?

—Vos. Todo esto empezó desde que apareciste. Lo volviste débil. ¿Sabés lo que era antes? Un demonio. Implacable. Y ahora… ahora se detiene a contestarte mensajes con dibujitos a mano mientras estamos en medio de un trato con rusos armados. ¡Rusos, Mariana!

—¿Qué estás diciendo, Lucio? ¿Estás loco?

—Estoy viendo cómo mi mejor amigo se desangra por culpa de una chica con cara de ángel y cerebro de pastelera.

—¡Basta! —gritó ella, con lágrimas en los ojos—. ¡No te atrevas a culparme por algo que no elegí! Él… él eligió protegerme. Porque me ama. ¡Y vos deberías saber cuánto! Que culpa tengo yo de su vida ? Vos lo sabes bien!

Lucio la miró, apretando los puños.

—Y por eso va a morir.

Las horas siguientes fueron un suplicio. Carmen llegó al hospital al anochecer, con los hermanos detrás, sin entender aún la dimensión de lo ocurrido. Mariana no soltaba el abrigo de Mauricio, manchado de sangre. Nadie lograba quitárselo.

—¿Está vivo? —preguntó Damián, con la voz quebrada.

Lucio se limitó a asentir.

—¿Quién fue? —preguntó Franco.

—Un ajuste de cuentas… uno de los grupos que estaban esperando que Mauricio bajara la guardia. Eligieron el peor momento —dijo Lucio con un dejo de amargura.

—¿Y vos lo dejaste solo? —dijo Damián, clavándole los ojos.

Lucio no respondió.

Horas más tarde, el cirujano salió.

—Está vivo. Fue una operación complicada, pero salió del quirófano con pulso. Tendrá que estar en observación las próximas 48 horas. No podemos asegurar nada aún.

Mariana entró a la habitación cuando por fin se lo permitieron. Mauricio parecía otro: pálido, entubado, con vendas que le cruzaban todo el torso. Pero respiraba.

—Estás vivo —susurró, tomando su mano—. Y no te vas a ir. Porque yo te acabo de encontrar. No después de todo esto. No después de habernos elegido.

Mauricio apenas logró abrir los ojos. Le sonrió, leve, como si su alma no tuviera fuerza… pero al verla, renaciera.

—Hola, mi caos —musitó.

—Hola, mi tonto—respondió ella, llorando—. No vuelvas a hacerme esto. Nunca más.

Lucio, desde el umbral, los observó en silencio. Algo dentro de él se quebró. La rabia, el orgullo, el miedo. No podía negar lo que veía.

Ella lo amaba.

Y él… él ya no era solo el jefe.

Era un hombre que respiraba por una sola razón: Mariana.

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Gabriela Ferrel
He leído varias historias ?!
pero de todas está me GUSTO 😍 MUCHO ....
SIN TANTO Capitulo sencilla Pero bonita ❤️ ;
solo pudo decir GRACIAS 🫂
Silvina Decortw: hola Gabriela me alegro mucho que haya disfrutado la novela gracias a ti !!!!
total 1 replies
Gabriela Ortega
me gusto mucho bella historia te felicito
Silvina Decortw: /Kiss/mucha gracias 😊
total 1 replies
Rosa Rodelo
Foto de los protagonistas
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