Frontera Roja

Los migrantes tuvieron miedo al sentir la colera de Freddy, los niños lloraban del susto.

-Ineptos todos. Estoy pidiendo por la intendente y nada, tuve que vociferar para que me hagan caso. – le gritó a la agente.

- Aquí no hay ningún intendente. – se lo dijo con miedo.

- ¿Idiota de nacimiento o de academia? Klea Vergara es la única aquí.

- Señor está asustando a la gente. – le reclama un policía.

- ¿El maltrato que dan a los migrantes no es peor que decirles a ustedes en sus caras la verdad de lo inútiles que son? – no tuvo reparo en decir lo que piensa.

- Aquí nadie maltrata a nadie. – intenta defender a sus colegas.

- Quiero ver a mi hermana la intendente Vergara - se dirige con dureza al policía.

- Por aquí por favor. Pero ya no grite, hay niños. – le suplica.

- ¿Si supieran hacer su trabajo, no creen que nada de esto hubiera sucedido? – le hace razonar – si todos ustedes supieran hacer su trabajo, yo no debería haber venido ¿No creen? Y cámbieme de cara, lo sé todo de ustedes y el ministro también.

Todos los que oyeron a Freddy bajaron la cabeza, estaban avergonzados, pero también están con el miedo de perder su empleo. Los migrantes le tuvieron miedo, pero se disculpa con ellos, pero fue Klea quien le dio el encuentro a su hermano.

-Freddy – estaba en shock.

- Mi querida hermana, necesito hablar contigo, seré breve.

- ¿Pasó algo malo en casa? – ella se está preocupando.

-Ya todos saben que eres intendente, a partir de mañana debes venir como tal.

- Todavía no era el momento de abofetearlos. – ella se sintió mal por ello.

- No te sientas mal, tú eres intendente, y debes poner a cada lacra en su lugar. Me llevo a Alma.

Y con eso le dio un beso en la frente y se fue del local, dejando nuevamente en shock a su hermana. Ahora, los que saben que Klea es intendente la miran con otros ojos y trabajan sin chistar, la presencia de una intendente solo puede significar dos cosas, mejoría en la oficina o quedar desempleado que sería prácticamente lo mismo que la primera, pero más radical.

Kader parece hacer mejoras, abrió sus ojos y buscó a mamá y se aferró a Klea, la llamó mamá y ella le dijo hijo mío. Pasaron la tarde juntos como madre e hijo, para poder ir a casa, lo toma en brazos hasta dejarlo dormido.

Freddy y su familia llamaron a la asistente social y fueron aprobados aparte por ser familiares de Klea y es por el trabajo y puesto que ocupa lo que hicieron fácil el trámite. La pasante hizo firmar los papeles y ellas se fueron para informar que la pequeña Alma ya tiene familia temporal en vías de adopción.

Los abuelos compraron una buena comida y Freddy del vino para festejar, Klea llegó cuando la fiesta estaba llegando a su fin.

- ¿Recién llegas? – reclamó Freddy.

- Estuve en el hospital, Kader abrió los ojos, y me dijo mamá. – se emocionó.

Su madre corrió para abrazarla, la cuñada igual, ella también comparte la misma emoción como madre de Alexis. Pero Freddy no pudo tragar el vino que tenía en boca, su padre anima a su hijo a tragar dándole unas palmadas sobre el lomo.

-Tienes que comprender a tu hermana. - quiere que su hijo entienda.

- Aún no lo supera. - todavía le preocupa eso.

- Es mujer, la herida es fresca y el trato que le dan no ayuda.

- Sin embargo, es fuerte. Llora, pero no cae.

El día siguiente llega, y Klea amaneció contenta, Kader la llamó mamá. Recordar eso la hace feliz. De buena gana se levanta y se prepara para ir a trabajar. En la sala ve una luz prendida, y era su cuñada que daba el biberón a Alma, ella se quedó el departamento de Klea. Los demás se fueron al departamento que los padres alquilaron y queda cerca del condominio donde vive Klea.

Alexis aún duerme, el niño escogió dormir con mamá.

-Buenos días. – con un bostezo saluda a su cuñada.

- Buenos días, Klea.

- ¿Dormiste bien? - le preocupa que haya pasado incomodidad.

- Sí, pero Alma lloró por hambre y está terminando su biberón.

- Eso es bueno.

- Voy a preparar el desayuno ¿Qué quieres comer?

- No te preocupes, Freddy ha prometido traer desayuno para todos.

- Yo no confío tanto en él. Mejor lo preparo yo.

Klea pone a hervir agua, se va a bañar, se viste con su uniforme de Interpol con sus distintivos como intendente y sirve el desayuno para su cuñada y para ella. El desayuno es ameno, la pasan muy bien. Klea lava los trastes cuando su hermano llegó con el desayuno.

Klea se fue a trabajar como de costumbre, aunque hoy tenía una sonrisa, no se imagina la cara que pondrán todos cuando vean y sepan quién es la verdadera Klea Vergara.

En la entrada había migrantes esperando por ser atendidos, ella los saluda y toca la puerta, tuvo que esperar para que le abran, era temprano por cinco minutos. Todos los presentes en el interior la ven y no lo creen, Klea Vergara es intendente en Interpol. En la manga izquierda tiene el logo de Interpol, en la solapa tiene todas sus decoraciones del grado de intendente, el tocado con grabado el el rango de intendente.

- ¿Interpol? – se preguntan uno tras otro - ¿Intendente?

Klea se ríe en sus caras, quedaron como idiotas con el descubrimiento, en ese momento ingresa el juez de menores y también se lleva la sorpresa, ver vestida así a Klea era inspiración de temor, lo que dijo su hermano era verdad.

- ¿Intendente Vergara?

- Si, señor juez. Buenos días.

La mira, la mira lo ve y no lo cree, todo este tiempo la ha tratado de agente, se han burlado de sus cualidades, ignorando que ella vino como jefa de la policía y ayudante para los jueces.

El juez de menores se traga la saliva en grueso, bajó la cabeza en señal de disculpas y la oficina de extranjería abre sus puertas, y los migrantes fueron saludados por primera vez.

El día fue tranquilo por primera vez, Alejandro tenía día libre, así que ni idea tiene de lo que va a suceder.

Al final de la jornada laboral, ella convoca a reunión a todos.

-Buenas tardes con todos los presentes, seré breve. Cómo han podido ver el día de hoy, he decidido revelar mi identidad, lo había ocultado al principio para conocerlos a fondo.

- ¿No pudo hacerlo desde un principio? – interrumpe uno.

- ¿Para llevarme una impresión de ustedes solo porque una intendente está supervisando? Odio los hipócritas, pero ver la falta de profesionalismo en sus labores pensé que no era el momento apropiado, nunca hicieron un esfuerzo para mejorar un poco cuando se los advertía, creí que ustedes eran suficientemente inteligentes para pensar y hacer cambios.

- Somos humanos, cometemos errores. – se justifica.

- Se te dijo cuántas veces, calor humano, se empática, trata bien, de nada sirve justificar la imperfección cuando el pecador no quiere hacer cambios. En resumen, tu comentario es estúpido. Por lo tanto, dada la necesidad para hacer cambios voy a cortar cabezas, no hay oportunidad, la tuvieron y no la quisieron, lo siento, pero una capacitación no amerita. Solo para los que hicieron el esfuerzo de hacer cambios, ellos tendrán la oportunidad de ser capacitados.

- Por favor, una oportunidad, tenemos familia que mantener.

- Debiste pensarlo bien desde el principio, y que pena que sus hijos copien la mala conducta de ustedes, son el peor ejemplo. He dicho que no hay oportunidad, salvo que pidan clemencia al superintendente de Interpol. Porque yo, como jefe del cuerpo policial local, el noventa por ciento es pieza removible. Doy por terminada la reunión, el deber me llama. Buenas tardes.

Todos están preocupados, nadie quiere perder su puesto de trabajo, todos escriben una carta pidiendo clemencia al superintendente de Interpol. Están dispuestos a los que fuere con tal de no perder el puesto de trabajo. Klea tiene que ver a Kader para seguir dándole ánimos para que su recuperación sea óptima.