Lazos De Amor, Sangre, Poder Y Dinero

Theresa Guerra mira con atención los chismes de la prensa amarillista, forma una sonrisa siniestra cuando ve las imágenes de Eliana en la televisión.

- "Sabía que ese don nadie tenía algo que ver con ella. Mi tío definitivamente ahora la dejará fuera de cualquier herencia", dijo Andrew acercándose a su madre.

- "Jonathan la dejó fuera de cualquier herencia hace muchos años, solo mantiene la pantalla de padre porque le conviene y es la única que de alguna manera se presta para su juego. No te preocupes, ni por Mark, ni por ella, te aseguro que tu tío no tiene ningún tipo de aprecio por ellos. El único peligro lo puede representar Edward, espero que cuando regrese, tu hermana sea lista y lo sepa comprometer muy bien. Cuando Mireya le dé un nieto a Jonathan Safra, eliminaremos a todos esos hijos inútiles y tomaremos control de toda la fortuna", manifestó Theresa con avaricia.

Theresa Guerra ahora tiene cincuenta años, aparenta bondad y se cuida mucho de verse como una persona amable y confiable. Fue la novia de Jonathan por muchísimos años, esperó pacientemente para que le propusiera matrimonio, pero en algún momento, le dijo que la relación de ellos debía terminar, él no podía casarse con alguien que no viniera de una familia de alcurnia.

...Theresa Guerra...

Ella sabía que esa era una decisión definitiva de Jonathan, y no había nada en el mundo que lo pudiera hacer cambiar de opinión, como no podía alejarse de él terminó seduciendo al primo materno de su eterno amor y terminó convirtiéndose en la esposa de Armando Cerrón.

Años más tarde, Jonathan se casó con una joven londinense de abolengo, Eliza Getty, en todo sentido era la mujer que siempre buscó Jonathan para sus planes, educada, refinada, bonita y dócil; para Theresa esa chica se convirtió en su enemiga, cuando Eliza hubiese preferido jamás conocer al hombre que se convirtió en el padre de sus hijos.

Al principio Eliza era muy desconfiada con todos y no queriendo enojar al violento de su esposo, y se mantuvo reservada y solo al cuidado de sus hijos; pero Theresa poco a poco supo ganar la confianza de Eliza, quien sin saber dejo a la serpiente que la dañaría para siempre a su vida.

Theresa astutamente fue creando la historia perfecta para inventar un amorío entre Eliza y un guardaespaldas que terminó asesinando para que cuando encontraran sus cosas, aparecieran las supuestas pruebas de la traición de la esposa de Jonathan.

Fue ella misma quien se ofreció a Jonathan a ayudarlo a sacar las pruebas de ADN de sus hijos, con Edward no se arriesgaría porque el muchacho tenía la misma marca de nacimiento de su padre, y en ese tiempo Eliza no salía de la mansión sin Jonathan; sin embargo, se aseguró que las pruebas de los mellizos fueran falsificadas y que arrojaran que no eran hijos de Jonathan, lo que significó la condena de Eliza, Eliana y Mark.

- "Edward no es tonto, Mireya jamás podrá conquistarlo, a un ex Playboy que fue engañado, no le repiten el mismo plato, deberías saberlo, madre", afirmó Andrew.

- "¿Y qué idea propones?, Jonathan jamás dejará su fortuna a alguien que no lleve su sangre", dijo Theresa.

- "Si Mireya está dispuesta a todo, en lugar de seducir al hijo, debería seducir al padre, un hijo, tendría más valor que un nieto, una línea perfecta a su fortuna", expresó Andrew.

- "No sé si Mireya esté dispuesta, le gusta Edward, pero Jonathan Safra podría ser su padre, no creo que quiera hacerlo", comentó Theresa.

- "Tal vez le gusta Edward, pero a ella le gusta más el dinero, y el poder; piénsalo bien mamá, convencerla debe ser tu prioridad. Y que tenga cuidado de cómo hacerlo, a Jonathan Safra se le ofrecen muchas, pero terminan siendo solo un revolcón insignificante; ella tiene que ofrecerle algo que no pueden las otras", afirmó Andrew alejándose.

Theresa camina de un lugar a otro, la jugada que plantea Andrew es muy arriesgada, Jonathan es muy peligroso en todos los sentidos. Edward le parece más asequible y menos riesgoso; la imagen de caballero y médico responsable del mayor de los hermanos Safra genera más confianza, pero en el fondo nadie realmente lo conoce.

Todo Safra puede llegar a ser muy peligroso si se lo propone y el aparente apacible Edward no es la excepción; provoca su indignación y podrías desatar el infierno en la tierra.