NovelToon NovelToon
Entre el Deber y el Deseo

Entre el Deber y el Deseo

Status: Terminada
Genre:Venganza / Matrimonio contratado / Mujer poderosa / Matrimonio arreglado / Completas
Popularitas:32
Nilai: 5
nombre de autor: Dana Cardoso

A los dieciséis años, fui obligada a casarme con Dante Moretti, un hombre catorce años mayor, poderoso y distante.
En sus ojos, nuestro matrimonio era solo un contrato; en los míos, era amor.
Fui enviada al extranjero para estudiar y, durante cinco años, viví con la esperanza de que algún día él realmente me viera.
Ahora, graduada y decidida, he vuelto a Florencia.
Pero lo que encuentro me destruye: mi esposo tiene a otra mujer y planea casarse de nuevo.
Solo que esta vez no será a su manera. Ya no soy la chica ingenua que dejó partir.
He vuelto para reclamar lo que es mío: el nombre, la fortuna, el respeto… y quizá, mi lugar en su cama y en su corazón.

NovelToon tiene autorización de Dana Cardoso para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 1

La lluvia caía en silencio sobre las ventanas, fina y constante, como si el cielo lamentara la partida.

Dante Moretti observaba a la joven delante de él, frágil, con los ojos verdes humedecidos y las manos pequeñas agarrando la maleta con fuerza.

Ella intentaba parecer valiente, pero el temblor en los labios la delataba.

Él se acercó, y su voz sonó baja, casi un susurro.

"Todo va a estar bien, piccola (pequeña)".

La punta de los dedos de él rozó el rostro de ella, en un toque tierno que Bianca jamás olvidaría.

"Esto será importante para ti. Tan pronto como te gradúes, nos volveremos a ver".

Por un instante, él vaciló. La mirada firme cedió lugar a algo más suave, más humano.

"Y cuando vuelvas..." - murmuró próximo al oído de ella - "vas a estar deslumbrante. Aún más linda de lo que eres ahora. Serás... mi tormento." - la última frase fue dicha casi inaudible.

Bianca sintió el corazón dispararse, y antes de que pudiera preguntar, Dante se inclinó y le besó la frente.

Fue un toque breve, pero lo suficiente para marcar una despedida.

Cuando él se alejó, todo lo que quedó fue el sonido de la puerta cerrándose, y el eco de lo que nunca fue dicho.

El ruido del motor del avión sustituyó el recuerdo.

Bianca abrió los ojos, respirando hondo, intentando escapar de la niebla entre sueño y memoria.

Por un instante, aún podía sentir el calor de la mano de él en su piel.

Cinco años habían pasado.

Y, aún así, Dante Moretti seguía siendo el recuerdo que más dolía, y el que ella menos conseguía olvidar.

(Punto de vista de Bianca)

Soy Bianca Moretti, tengo 20 años y esta es mi historia.

Nací en Milán, hija de Lorenzo e Isabella Vitali.

Perdí a mi madre cuando tenía apenas tres años, en un accidente que cambió todo.

Mi padre me crió solo, dedicando la vida a mí y a la empresa que construyó al lado de su mejor amigo, Vittorio Moretti, padre de Dante.

Dante siempre estuvo cerca.

Él era el ahijado querido de mi padre, el hombre en quien él más confiaba.

Para mí, él era el imposible, el hombre que yo admiraba en silencio desde niña.

Tenía aquel aire seguro, la mirada profunda y la presencia que llenaba cualquier espacio.

Y, aún así, parecía siempre lejos de mí.

Cuando mi padre descubrió que estaba enfermo, tomó una decisión que cambió mi destino:

garantizar que yo fuera cuidada por alguien de confianza.

Y ese alguien... fue Dante.

A los dieciséis años, me convertí en su esposa.

Un matrimonio frío, sin promesas, sin besos, apenas un contrato y la mirada distante de un hombre que veía aquello como un deber.

Yo, ingenua, quise creer que el amor nacería con el tiempo.

Pero, poco después, él me mandó lejos.

Dijo que yo necesitaba estudiar, madurar, convertirme en quien yo debía ser.

En realidad, él solo quería distancia.

Ahora, el avión descendía sobre Florencia, el sonido del avión tocando el suelo hizo que mi corazón se disparara, latí más rápido a cada segundo. Era como si cada latido dijera: volviste.

Por un instante, cerré los ojos y respiré hondo. El aire del avión era el mismo de siempre, seco, frío, casi impersonal, pero de repente parecía diferente. Era el aire del retorno, el comienzo de lo que esperé por cinco años.

Cuando el aviso de desembarque resonó, solté el cinturón y me acomodé el abrigo sobre los hombros. Me miré de reojo en el reflejo de la ventana. El cabello oscuro caía en ondas leves, y mis ojos verdes, heredados de mi madre, parecían más firmes, menos ingenuos. La chica que partió llorando quedó atrás.

Ahora, quien volvía era una mujer.

Londres me dio un diploma. La distancia, madurez. Pero nada, absolutamente nada, borró el nombre de él de mis recuerdos: Dante Moretti.

Así que atravesé el vestíbulo, un hombre alto, de traje impecable, se acercó con un leve gesto.

- ¿Signora Moretti? - preguntó.

Mi apellido aún sonaba extraño en la boca de extraños.

- Sí - respondí.

- Fui enviado por el señor Dante. Él pidió que la llevara directamente a la Villa Moretti.

Por un segundo, vacilé.

Él no vino.

Claro que no vino. Dante Moretti no hacía ese tipo de gesto. Era práctico, contenido... distante. El mismo hombre que, cinco años atrás, me mandó lejos con un toque suave y palabras que yo nunca conseguí olvidar: "Cuando vuelvas, estarás deslumbrante".

Apreté el puño. "Pues lo estoy, Dante", pensé. "Y esta vez, no me voy".

- Muy bien - dije apenas, siguiendo al conductor hasta el coche.

El viaje fue silencioso. Allá afuera, las colinas de la Toscana parecían recibirme como viejas conocidas. El sol dorado cubría los viñedos y los olivos, y por un momento, sentí algo que no esperaba sentir: nostalgia.

No de Italia. De él.

Pero yo aparté el pensamiento. Yo no vine a revivir el pasado.

Vine a recuperar lo que es mío y a construir un futuro.

Cuando el portón de hierro se abrió, vi la Villa Moretti surgir imponente, antes ese lugar se llamaba Villa Vitali donde crecí y está exactamente como yo recordaba, y al mismo tiempo, diferente. Más fría. Como si hasta las paredes hubieran olvidado que allí vivía alguien.

El conductor estacionó y bajó para abrir la puerta.

- ¿Quiere que avise que la Signora llegó? - preguntó.

Asentí con una leve sonrisa. - Diga apenas que la esposa del señor Moretti volvió a casa.

Mientras él se alejaba, permanecí allí, parada, observando el jardín que un día fue mi refugio. Las mismas rosaledas de mi madre aún florecían cerca de la veranda, y el aroma dulce de los pétalos se mezclaba al viento suave.

Cerré los ojos por un instante y sentí el peso de los años lejos de aquel lugar.

Pero, cuando los abrí, todo lo que quedaba era determinación.

Yo no soy más la niña que Dante mandó al exterior.

Ahora, yo soy Bianca Moretti.

Y estoy lista para tomar de vuelta mi lugar, y todo lo que siempre fue mío.

1
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play