Josefina Valle, venía del mundo de copas y pooldance, bailaba en un antro de la ciudad. Fue testigo de un asesinato y debió esconderse en un convento.
Gustavo Singer, empresario, viudo, nunca pudo recomponerse del accidente que hizo perder a su mujer, y esto lo llevó a no hacerse cargo de su hija Emilia.
Por esas cosas de la vida, y a través de una mentira, Josefina será su niñera y nadie sabe que pasará cuando esa mentira salga a la luz. Pero será solo la mentira de Josefina?, o también la mentira de Gustavo que harán de Josefina ser una prisionera de ellas...
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capítulo 22
*Gustavo.
Una vez adentro, nos dispusimos a sentarnos en una mesa, para ser sincero, nunca había venido y tampoco probado la comida.
- voy a tener que seguir tu recomendación, yo nunca como en este lugar, así que hoy, la experta serás vos.
- jajajajajaja, te aseguro que no te vas a arrepentir, eso sí, si sos de comer carne.
- como la necesaria, trató de equilibrar mis alimentos.
Viene el mozo, y nos deja la carta, ella mira con cuidado.
- en serio voy a elegir yo, lo que vamos a comer?
- así es, yo no conozco nada de tus costumbres alimenticias
- entonces ya tengo el menú.
- bien, llamaré al mozo.
El mozo viene y ella le encarga una parrillada, con papas y ensaladas, pide salsas que en mi vida escuche y también elige el vino. El mozo nos aclara que la comida demorará 30 minutos como mínimo.
- acordate lo que te digo, es un viaje de ida.
Me causó gracia, el tono como lo dijo y también el entusiasmo.
- contame Josefina, que sentiste con el llamado de tu familia?
- uh, bueno, me voy a emocionar.
- si va a hacerte mal, no me cuentes, creí que era algo feliz.
- no, la emoción pasa por la felicidad que me dio, estar tan lejos y a la vez tan cerca, necesitaba muchísimo ese saludo a primera hora de la mañana, así fue siempre y por suerte ellos no lo olvidaron.
- como iban a olvidarlo?, son tu familia.
- sí, obvio, pero a veces la distancia, juega una mala pasada.
- no creo, uno cuando ama, no olvida fácilmente.
- y te creo, más viniendo de tu parte, vos nunca pudiste olvidar a la mamá de Emilia, eso justamente es por el amor que le tenés.
Me sorprendió sus palabras, si bien es cierto, tampoco puedo dejar que crea que no sería capaz de amar de nuevo, y tampoco decirle con honestidad, que desde que ella llegó a nuestras vidas, había logrado que Lorena pasara a ser un hermoso recuerdo.
- no tan así, he podido poner las cosas en su lugar, por eso ahora puedo pasar los fines de semana con Emilia, Lorena fue al lugar donde los recuerdos no se borran, pero el amor, lo dejé libre, para que elija nuevamente con quien ir.
- o sea que pronto llegará una señora Singer.
- así es, si todo sale como deseo, quizás muy pronto.
- ojalá, Emilia necesita de una madre.
- Al menos, tiene un punto a favor ante cualquier mujer, Emilia la adora.
- en serio?, nunca me hablo de ella, pero me pone feliz, por usted y por Emilia, no hay nada más lindo que crecer en una familia.
- Emilia, no te contó, porque ella tampoco sabe quien es.
- entonces como es que la adora?
- soy el padre, sé que es así, aunque ignore quien es.
- Guau, cuanto suspenso.
- no tanto, te vas a sorprender cuando la presente.
Noto a Josefina un poco incómoda con la conversación, no quiero hacerme ilusiones, pero creo que se está poniendo celosa, debe creer que es otra mujer, pero yo no miento, ella se va a sorprender y Emilia la adora. En ese momento nos traen la comida. Josefina, como buena experta, toma la fuente de la parrillada, comienza a hacer distintos cortes y nos sirve a cada uno, una buena variedad de cortes, además de las papas fritas y la ensalada. Yo me sorprendo por la cantidad de comida que hay en el plato, pero ella espera expectante a que sea yo el primero en probarlo, así que eso hago, y a decir verdad, lo que pruebo me encanta.
- mmm, es exquisito. ¿En verdad esto comen en tu país?
- si, pero no todos los días, siempre se deja para los fines de semana, o para recibir amigos o juntarse para ver partidos de fútbol.
- o el cumpleaños de la buena y hermosa de Josefina.
Veo que ella se sonroja, bien, quiere decir que mis palabras hacia ella, le están llegando.
- jajajajajaja, también, pero no debería decir esas cosas, a la futura señora Singer, no creo que le guste.
- yo creo que no tendría ningún problema.
- es de mente abierta?
- mmm, no lo sé ... Vos Josefina, sos de mente abierta?
- yo?, no, no creo en eso de que mi pareja tenga tanta libertad, tanto para decir cosas bonitas a otras, y mucho menos tener algún tipo de relación.
- ah, mira, no te hacía tan celosa.
- no son celos, si cuido lo mío. ¿Y usted?
- yo, lo reconozco, si soy muy celoso, trató de contener mis celos, porque sé que puede ser molesto para el otro, pero si, además de proteger mucho a los que amo.
Ella se me queda mirando unos minutos y luego sigue comiendo, y yo que solo quería confesarle que en este preciso momento, estaba muy celoso, por todos esos ojos masculinos que se posaban en ella.
- y Gustavo, te gusto la comida?
- muy rica, te felicito por la elección. ¿Queres postre?
- uff, no gracias, estoy muy satisfecha.
- entonces pido la cuenta, así seguimos con tu festejo.
- gracias, pero creo que ya es suficiente.
- nada es suficiente, sos una persona muy especial, tanto para Emilia, como para mí.
Ella abre grande los ojos, quiero gritarle que me estoy enamorando de ella, pero todavía no es el momento.
- me parece demasiado...
- no es demasiado, Emilia es otra niña, y yo, gracias a tus palabras, mejor padre.
Pago la cuenta, la ayudo a levantarse. Salimos a la calle y le doy mi mano para que la tome.
- perdón, pero no creo que sea lo correcto.
- porque no?
- porque puede dar a malas interpretaciones.
- Josefina, estamos en la gran ciudad, nadie nos conoce y nadie nota la presencia del otro. Quiero que te olvides por hoy, que yo soy tu jefe y vos la niñera, disfrutemos este día especial, deseo que sea inolvidable. ¿Puede ser?
- mmm, no sé...
- por favor, toma mi mano y déjate llevar.
- bueno, está bien.
Me da su mano, yo la aprieto, lo suficiente para sostenerla, pero no tanto para lastimarla. Voy caminando por estas calles, como el hombre más feliz del mundo. Hoy es su cumpleaños, pero la fantasía hecha realidad, se me está cumpliendo a mí, así fue como me veía, cuando la pensaba, todavía, tengo que ganarme su corazón, soy consciente de esto, pero aunque sean estos pequeños actos, me llenan el alma.
- y ahora a donde vamos?
- a comprarte ropa, y no acepto un no, es parte de tu festejo.
- no sé que decir.
- no digas nada Josefina, ya te lo dije, hoy es tu día, y voy a hacer que sea inolvidable, solamente, da rienda suelta para vivirlo.
- gracias Gustavo.
- de nada, entonces, próxima parada, un hermoso vestido para esta dama.