La Viuda Y El Mafioso

Capítulo 11

Ulana fue a despertar a su sobrino como todos los días, al entrar a su habitación se percató que no había dormido ahí. Reviso su clóset y no estaban las maletas, Andrei se había ido de su casa.

—Petrov, Petrov!—gritaba Ulana buscando a su hermano por toda la casa.

—¿Que son esos gritos?¿Que pasa?—

—¿Qué le hiciste a tu hijo para que se fuera de la casa?, no están sus maletas. Tienes que hacerlo regresar.—

—Es otro de sus caprichos, volverá cuando necesite dinero.—Ulana lo abofeteó

—Es tu hijo, y nuestro padre jamás hubiera permitido que un sucesor de los Volkov se fuera de su casa.—

—No te vuelvas a atrever a tocarme.—dijo Petrov furioso

—Claro que me atrevo, y lo haré más de una vez si es necesario. Siempre voy a defender a mi familia, incluso de ti. Envía por mi sobrino de inmediato, que no me escuchaste, ahora!.—Petrov estaba furioso, envió a sus hombres a buscar a su hijo.

Allegra estaba impresionada del carácter y la fuerza que mostraba Ulana ante Petrov, no había duda que el gran cariño que sentía por su sobrino sobrepasaba incluso el amor por su hermano.

—Esto te calmará Ulana.—le dijo Allegra mientras le entregaba una taza de té

—Gracias, de seguro piensas que soy una loca. Pero es mi sobrino, y es mi vida entera. Petrov está haciendo todo mal, debería ser su guía y su maestro. Aunque mi hermano no lo quiera aceptar, todo esto comenzó el día que tú llegaste a nuestras vidas.—

—¿es por eso que me odias tanto?—

—No, no te odio. Pero no perteneces a este mundo, esta manera de vivir consume a todos los que se involucran. Lo mismo va a pasar con el bebé que crece en tu vientre, no entiendo porque mi hermano te eligió a ti. Pero si ya estás aquí, ayuda a que padre e hijo estén unidos. Por favor.—

—Está bien Ulana, lo haré.—Allegra la veía como una mujer de hierro casi siempre, pero esta vez la veía como una madre que se preocupaba por el bienestar de su hijo.

Vladimir y Andrei estaban en el aeropuerto esperando su salida, Andrei tenía una excelente amistad con alguien importante en América del sur, sabía que no se rehusaría a tenderle la mano.

—Joven Andrei, haga favor de acompañarnos.—

—Iván por favor lárgate, es una orden.—

—Usted no viajará hoy, su padre envió a buscarlo. Haga el favor de acompañarnos, o tengo la instrucción de llevarlo a la fuerza.—

—Dile a mi padre que no estoy dispuesto a hacerlo, no voy a ir con ustedes.—Andrei tenía lista su arma para defenderse, sin importarle hacer un escándalo en pleno aeropuerto.

—Si así lo quiere.—dijo Iván, de pronto dos agentes de la policía se acercaron para detener a Andrei.

—Andrei Volkov, está detenido por portación de armas sin un permiso.—

Andrei fue esposado y escoltado hasta la camioneta, también Vladimir fue con él, simplemente no podía creer los alcances de su padre. Los llevaron devuelta a casa, Ivan lo escoltó hasta la presencia de su padre, mientras que a Vladimir lo llevaron a su casa. Andrei entró al despacho de su padre.

—¿Así que te ibas del país?—

—Si, dónde no te estorbe.—

—Tu no me estorbas, eres mi mano derecha al igual que tu tía. Pero no quiero esta clase de escenas, eres el futuro de la mafia rusa. Así que como tal debes comportarte, hijo sé que siempre habíamos sido solo tú y yo. Sé perfectamente que mi matrimonio no es de tu agrado, pero haz el intento. Por favor.—

—No puedo aceptar a tu esposa, algo en ella me desagrada mucho.—

—No quiero discutir, ¿qué planeaban hacer Vladimir y tu?—

—Irnos a América, buscar a alguien de los madrigal. Para trabajar con ellos.—

—Tu aquí eres el jefe, y allá serías uno más. No hijo, jamás permitiré que humilles a nuestra familia. Ahora vete tengo que hablar con Madrigal, por favor Andrei deja de hacer estupideces.—

Ulana al ver a su sobrino le dió un fuerte abrazo, pensó que no lo vería pronto nuevamente.

—Nunca vuelvas hacer algo así.—

—No tía, ya tranquila.—decía Andrei mientras abrazaba a su tía. Ulana tenía una promesa que cumplir.

Pasaban los meses, Ornella aprendía el manejo de los negocios de su esposo, al mismo tiempo que su bebé crecía en su vientre. Bastian cuidaba de ella todo el tiempo, la llenaba de detalles y regalos. Cada día que pasaban juntos, más se enamoraba Ornella de él.

—Ya es hora de irnos mi vida, debemos ir al recital de Liah.—

—Si, ya vámonos. Por cierto llamó el doctor Sindel de Berlín. Que nos hará llegar la nueva patente para el medicamento contra la migraña.—

—Perfecto, es un genio. Mariella, ¿donde está?—

—Le di el día, tenia algo importante que hacer.—

Bastian se acercó a ella para acariciar su vientre, estaba emocionado con la llegada de su bebé, que por cierto era un niño. Antes de salir timbró el celular de Bastian, era un número desconocido.

📲—Si diga.—

La llamada era para avisarle que la madre de Liah había muerto en un accidente, Bastian se quedó sin palabras, ahora como se lo diría a su hija. Ornella lo veía afectado, y no por que tuviera sentimientos hacia ella. Si no por el dolor que sufriría su hija.