Dos caras, dos vidas ,un sufrimiento y dolor sin reparó. sin un ayer no hay un mañana y un mañana es el dolor del ayer, sin sacrificio no hay recompensa pero parece que está no es muy buena.
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CAPITULO 21
ISMAR: (Llorando) Muy pronto comenzará la batalla que tanto esperé, o tal vez nunca quise. Yo solo deseé tener una buena y calma vida, una familia que me entendiera y me escuchara, una sociedad que me aceptara. Pero mi cabeza tiene tantos traumas que no sé si vivo o muero. (Sonríe) Todos los días, ahora todo me da igual. Y para completar, me enredé con alguien que quizás sea mi perdición, pero fue el único que hizo que sintiera vida. Pero no eliminó de mi cabeza la idea de muerte. Él busca una justicia que no existe. Y si él supiera mi identidad, entonces querrá que yo me vuelva uno de ellos. Pero ya me cansé de esperar justicia. Y cuando no existe eso en esta tierra...
Jacob llegó a tocar la puerta de la habitación de ISMAR.
JACOB: (Gritando) Señorita, levántese, ya amaneció.
ISMAR se levantó con mal humor, pero no amaneció feliz. Decidió irse.
ISMAR: (Sonríe) Hoy me voy de aquí. Espero que te cuides.
JACOB: (Con tristeza) Ya se va. Que bueno. Espero que encuentre lo que busca.
ISMAR: (Suspira) Lo que busqué nunca lo encontré. O tal vez lo encontré, pero no lo sé.
JACOB: ¿Y qué es lo que busca?
ISMAR: (Sonríe) Busco una muerte pronto o el deseo de vivir. Y que lo que me haga vivir sea emocionante. Con el pasar del tiempo, me acostumbré a que me dijeran mala. Pero en realidad, no fue así. Yo siempre traté de ser buena. Pero las personas nunca miraron eso. Entonces, le di gusto a su lengua.
Jacob sonrió y la dejó ir, deseándole una buena experiencia. Mientras tanto, susurró para sí: "Otra vez te dejo ir. Pero ahora estoy dispuesto a estar a tu lado. ¿Qué fue lo cruel que le pasó en su vida?"
ISMAR se fue a encontrarse con Erick, su espía. Ella llegó donde acordaron. Él, con una sonrisa, dijo:
ERICK: Señorita, gracias a Dios está viva. No sé de nosotros si usted hubiera muerto.
ISMAR: (Sonríe) Que bueno. Pero ya saben sobre mi identidad.
ERICK: (Con una expresión de sorpresa) No, señorita. Eso es raro. Pero su identidad no fue revelada.
ISMAR: (Susurro) Sabes si te venían siguiendo.
ERICK: (Serio) No. No me siguieron. O al menos eso pienso. Pero percibo una mirada desde que llegué aquí.
Mientras Erick y ISMAR hablaban, FERNANDO se derrumbó en lágrimas al saber que su amante no estaba muerta. Él de inmediato se dirigió hacia ISMAR.
ISMAR: (Sorprendida) Tú... tú... tú... ¿qué haces aquí? Tú eras esa mirada. Y fue quien siguió a Erick. Ya sé que quieres matarme. Pero podría ser en otro momento. No quiero alertar a mucha gente. Pero Erick, pásame mi arma.
FERNANDO sacó a ISMAR del lugar a la fuerza. Después de eso, le lanzó una mirada muy rígida por lo que pasó. ISMAR pensó que él la atacaría. Entonces, en puño su arma y le apuntó, sabiendo que no podría disparar.
FERNANDO: (Lágrimas) Hazlo. No me importa si me matas. Solo quiero que sepas que te amo. Aún si muero o tengo que traicionar a medio mundo por ti. Lo haré.
ISMAR: (Sonríe) Qué estúpido. Cómo puede arriesgar su vida por alguien como yo. Pero de algo estoy segura: yo no tengo piedad de mis enemigos.
FERNANDO: (Abraza) Qué relajante que estés bien. (Sonríe) Me retiré de la policía. Quiero que nos casemos, tengamos un hijo, un perro y que vivamos en paz. Soy capaz de dejarlo todo por ti. Siempre hay segundas oportunidades. Y tú puedes buscar redención.
ISMAR: (Sonrió mientras lágrimas recorren su rostro) Pero por favor, las segundas oportunidades... eso nunca existió para mí. Sabes lo dolorosa que es la vida cuando eres débil y eres recto... no lo sabes porque tú perteneces a los que dicen que son justicia.
FERNANDO: (Triste) Sé ciega y déjame guiarte. Pierde los sentidos y déjame sentirte. Pero veo que tú no quieres ese camino.
FERNANDO tomó a ISMAR de la muñeca, la metió al auto y se la llevó.
ISMAR: (Sorprendida) ¿Qué vas a hacer?
FERNANDO: (Molesto) Ya me tienes harto. Hoy voy a enseñarte la vida y cómo cambias cuando vives lo que quisiste.
ISMAR: (Sonríe) Yo ya no voy a ser la débil en este mundo. Hay muchas personas buscando y vendiéndoles el sueño a las personas de que hay segundas oportunidades... pero las cosas nunca cambian. Y esta sociedad es tu martirio y te hace ser quien no quieres. Y yo no estoy dispuesta a vivir así.
FERNANDO paró el auto y la besó. ISMAR le correspondió el beso.
FERNANDO: (Con curiosidad) ¿Quién eres? ¿A qué le temes? Por qué quieres este camino. Dime por qué no sé nada tuyo. Cada vez que nos vemos, nos acostamos... pero no sabemos el uno del otro. Dime por qué.
ISMAR: (Sonríe) Le haces preguntas a una persona que no sabe de su propia vida.
FERNANDO la miró fijamente, buscando respuestas en sus ojos.
ISMAR: (Susurro) No sabes nada de mí... ni yo de ti. Pero hay algo que sí sé... no puedo confiar en nadie.
FERNANDO asintió lentamente, comprendiendo la profundidad de sus palabras.
FERNANDO: (Suavemente) No importa qué hay en tu pasado, Ismar. Estoy aquí para ti. Para protegerte, para ayudarte.
ISMAR: (Sonríe débilmente) No puedes protegerme de mí misma, Fernando. No puedes salvarme de mis propios demonios.
FERNANDO: (La toma de la mano) Tal vez no, pero puedo intentarlo. Puedo estar a tu lado y luchar contigo.
ISMAR se queda en silencio, mirando la mano de Fernando que sostiene la suya. Siente una sensación de calma que no había sentido en mucho tiempo.
ISMAR: (Susurro) Pero creo que te olvidas de que no confío en nadie... que no sea la muerte. Porque ella es la única segura y está calma. Sólo apacigua mi sed, pero no la acaba por completo.
FERNANDO la mira con tristeza, comprendiendo la profundidad de su dolor.
ISMAR se vuelve hacia él, su mirada vacía.
Mientras tanto, en otro lugar, JACOB piensa para sí.
JACOB: (Pensativo) Ya es hora de que entre en escena. Me he guardado por mucho tiempo, pero por fin ya la encontré.
Jacob sonríe, su mirada brillante de determinación.
JACOB: (Susurro) Ismar, pronto sabrás que no estás sola. Que hay alguien que te entiende, que te puede ayudar.
Jacob se levanta de su silla, su figura imponente en la oscuridad.
JACOB: (Firme) Es hora de que comience mi juego. Ismar, pronto serás mía.