En Mí Habitación

Al llegar a la mansión el chófer nos dejó en la entrada de la casa y se marchó en el auto hacia el garaje, no lo volvimos a ver más. Al entrar en la casa fue algo similar una empleada nos recibió y pregunto si necesitábamos algo, Liam le informo que no, que les haría saber cuando necesitara sus servicios, de momento quería estar solo conmigo.

Su padre no había regresado aún del trabajo, para Liam era normal estar solo en casa, lo más probable era que regresara para la cena. Sin moros en la costa me llevó directo a su habitación, entramos y la puerta se cerró justo detrás de nosotros, estábamos solos y lo íbamos a aprovechar al máximo, incluso Liam puso la cerradura para no sufrir ningún percance.

Yo moría por estar con él a solas desde hace rato, creo que desde lo conocí en persona deseo este momento y poder disfrutar de sus caricias,sin límites, sin tiempo, sin prisas. Pero ahora que lo tenía delante de mí y estábamos solos no podía evitar sentirme nerviosa. No sabía como reaccionar en esta situación, que hacer, me quedé inmóvil.

Liam al parecer lo noto y dio el primer paso, yo me encontraba de pie frente a él, el tomo suavemente mis hombros y me giro hasta quedar de espaldas a él, así sin moverse tomo mi cabello que lo llevaba suelto y lo coloco todo sobre uno de mis hombros, este simple gesto me causo gran excitación, así mismo en esa posición fue besando mi cuello.

Mi piel se erizaba con cada beso y sentir su respiración sobre mi piel hacía que mi corazón tomara un ritmo casi frenético, se me quería salir del pecho, sentí como sus manos se deslizaban por las mías, desde los hombros hasta mi palma, allí se detuvo y las sostuvo fuertemente con las suyas. Luego suavemente me volvió a girar hacia él.

El era mucho más alto que yo, así que para besarnos debía encorvarse un poco, me hacia sentir protegida. Ya luego de sus dulces besos mis nervios habían cesado casi por completo y un gran deseo hacia él se apoderó de mí, sustituido ese sentimiento. Comenzamos a besarnos apasionadamente, ni suave ni lento, lo justo para disfrutar el momento y saciar nuestra sed.

No sé cómo sucedió, pero entre beso y beso nos habíamos despojado de nuestras ropas. Estábamos desnudos y no tenía vergüenza alguna, él tampoco. Llevaba su prótesis, pero igual ya lo había visto sin ella, así que no me hubiese resultado difícil de asimilar. Luego de mirarnos nuevamente, reconociendo nuestros cuerpos a su totalidad volvimos a tener contacto, sin permiso y sin prisas hicimos el amor como nunca pensé que se pudiese hacer.

Me sentí tan completa, tan bien, con una sensación de satisfacción plena que no me cabía dudas de que él era el indicado para pasar el resto de mis días. No había necesidad de seguir buscando, de seguir probando en otro lugar. Liam era lo que buscaba y no lo cambiaría.

Muchas personas creen que tener muchas parejas te da experiencia. Yo opino que quiero experimentar con él. Sé que no tengo mucha, pero a su lado descubriré todo lo y necesito para sentir y hacer sentir en ese plano de mi vida. Luego de recuperarnos de nuestro encuentro amoroso, fuimos a por una ducha juntos.

Hoy habíamos pasado todos los límites de parejas y no me sentía con vergüenza alguna de mostrarme ante él. Liam igual se veía cómodo conmigo, ya que fuimos juntos, allí retiró su prótesis sin vergüenza alguna y entramos juntos, él me bañó a mí y yo a él. Luego nos vestimos y fuimos a cenar, llevábamos horas en el cuarto, ya eran las nueve de la noche y ni a mi madre había llamado.Bastián esperaba para cenar, no había querido molestarnos.