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Capítulo 10
VIDA PASADA
Las restricciones en la salida y entrada al palacio fueron más severas, un reino que siempre había gozado de confianza hacia su pueblo, de repente se vio rodeada por el ejército real, la entrada al palacio era imposible sin la autorización del rey.
La preocupación del pueblo no se hizo esperar, algunos llegaron a pensar que algún déspota trataba de llevarse a su hermoso príncipe, razón por la cual se había puesto más seguridad alrededor del palacio.
Pero no se imaginaron que la razón de la fuerte seguridad era por otro capricho de su amado príncipe.
Fue su madre quién se dio cuenta primero del cambio de su hijo y de su atención a ese alfa.
Sabía que sería un gran problema en el futuro para su amado hijo, pero sabía también que su hijo no cambiaría de parecer tan fácilmente.
A medida que pasaban los días, Yeisan se hizo más cercano a Emmett, su apego se hizo más fuerte y fue tanto así que el trabajo fuera del palacio para Emmett disminuyó.
Casi no se le permitía salir del palacio, porque era evidente que terminaría encontrándose con aquel omega recesivo.
Aunque no lo decían frente a él, todos dentro del palacio comentaban sobre el nuevo capricho del príncipe llamado Emmett, todos se habían dado cuenta de ello.
Como era algo no bien visto, los padres de Emmett le aconsejaron mantenerse lejos del príncipe, las habladurías habían llegado hasta ellos.
Pero siendo la joya del palacio, Emmett no podía ignorar ni apartar al delicado príncipe.
Teniendo 'favoritismo', sin implicarse en batallas o salir del palacio, poco a poco, algunos de los antiguos compañeros del ejército de Emmett empezaron a hablar mal de él y llenarlo de malos chismes.
Fueron solo sus verdaderos amigos quienes lo defendieron y se dieron cuenta de que todo lo sucedido se debía a la intervención del príncipe Yeisan.
Su amigo había sido atrapado por aquel hermoso príncipe, encerrado dentro del palacio.
Aunque se lo advirtieron, Emmett no podía creer que aquel delicado príncipe fuera capaz de aquello.
Además, su preocupación iba más dirigida al joven omega recesivo Lucien, a quien no había podido ver en un buen tiempo.
"¿Fue una persona especial quien te regalo aquel libro de pintura?", preguntó Yeisan.
"Sí, su alteza", respondió Emmett.
Ambos se encontraban en el jardín de rosas amarillas de pie frente a frente.
Esa respuesta era algo que Yeisan ya suponía, las palabras para mi querido Emmett escritas en ese pedazo de papel, lo atormentaban al igual que la escena del beso que vio ese día.
Era claro la expresión de tristeza en el rostro del alfa, esa expresión no hizo más que molestarlo y ponerlo celoso.
Con mucha cautela preguntó.
"... ¿Qué es él de ti?"
Al oír la pregunta, una suave sonrisa apareció en el rostro de Emmett.
"Es alguien importante a quien no pude ver en mucho tiempo"
"... Si no es una molestia para su alteza, me gustaría pedirle permiso para poder salir del palacio", pidió Emmett.
La respuesta de Yeisan llegó rápidamente antes de que Emmett pudiera alegar más.
"Ahora estás a servicio del palacio, por lo que tu salida es negada, le perteneces al reino y debes acatar las órdenes del rey"
Sin decir más, Yeisan volvió al palacio con pasos molestos, no entendía que era lo que Emmett veía en ese omega recesivo.
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No faltaba tiempo para que las habladurías dentro del palacio llegaran a oídos del rey Vanir, fue así que citó a su hijo a una reunión privada.
"¿Qué es lo que encuentras llamativo en aquel guardia real?", le preguntó a su amado hijo.
"¿Es solo un capricho tuyo?", cuestionó.
"¿Cómo puedo conocer este sentimiento, Padre?, nunca he cuestionado al rey o a la reina, pero se que este sentimiento por él es algo que nunca he sentido por nadie", respondió el príncipe Yeisan.
Tenía el amor de sus padres, pero no conocía lo que era el afecto, para Yeisan, el amor que le enseñaron sus padres, era conseguir todo lo que él quería.
Quería tener a Emmett, pero también quería algo más de él, tener su corazón y cariño.
Viendo a su amado hijo, el rey Vanir se sintió de alguna manera culpable.
"Eres el príncipe, el tesoro más preciado de este reino, lo que mereces es más que un simple guardia real, tengo entendido que ese hombre está comprometido con alguien del pueblo, ¿qué piensas hacer con ese sentimiento que no es para ti?, ¿qué piensas hacer con ese alguien que ya tiene en su corazón?", preguntó el rey.
"... Padre"
"No permitas que eso suceda, manda a ese omega recesivo y su familia lejos del reino, dales la comodidad que merecen, pero fuera de este reino donde se encuentra tu hijo", pidió Yeisan.
"... Hijo", se acercó el rey Vanir.
Pero al siguiente instante, el príncipe se arrodilló sobre el frío piso de mármol.
"Lo que más deseo en esta vida, es él, la situación puede cambiar si permanecemos juntos, si unimos nuestras vidas, dame esa oportunidad, Padre, dame la oportunidad de amar y de ser amado", suplicó Yeisan.
"... Amo a Emmett, Padre"
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En primavera, cuando las rosas amarillas florecieron con todo su esplendor, se anunció la boda del hijo del rey Vanir y de la reina Ara, el príncipe Yeisan Kavanagh.
Un acontecimiento que se dio a conocer en todos los reinos del mundo, alguien tomaría al hermoso príncipe Yeisan como esposo.
Sería una boda privada dentro del palacio, y un día festivo para todo el reino.
Como muestra de respeto, Yeisan fue a conocer a los padres de Emmett un día antes de la boda.
Al igual que Emmett, el padre del alfa poseía buen garbo, era muy parecido a su futuro esposo.
Se decía en el pueblo que el padre de Emmett era un vidente reconocido, así que Yeisan tenía la idea de pedirle algunos consejos, pero sin decir nada, el padre de Emmett tomó sus manos con delicadeza y habló.
"No es su destino estar juntos en esta vida, si permanecen juntos, la terquedad de ambos terminará por lastimarlos y destruirlos"
Yeisan nunca olvidaría esas palabras.