La Venganza Perfecta

Tomar el coche fue algo bastante sencillo, a pesar del accidente… Fue mas fácil  de lo que habia previsto.

Cuando me senté en el, como ahora lo hacia para ir hacia Marcus, un ligero temblor paso por mis brazos porque de inmediato regreso a mi mente una imagen distinta a lo que me habia sucedido.   ¿Qué pasaría  si yo cometiera tal acto?

¿Cómo es que la gente es capaz de hacer tales cosas?

Esas y mas preguntas llegaron a mi mente sin embargo, no deje que algo así  me llenara lamente de mierda y preferí y tenia la fe de que esto se arreglaría con el tiempo…

Solo tenia que ser paciente para encontrar a la persona que me habia hecho daño.

Marcus me habia mandado por  mensaje la ubicación de su oficina, por lo que seria la primera vez que conociera su lugar de trabajo.

Sinceramente me emocionaba porque Marcus, al igual que papa, habia logrado su éxito de inversiones en negocios distintos con mucha meditación y entendimiento en su trabajo. Al igual que papa, el era una mente increíble para esto,  de ahí que sus dudas con los papeles del negocio me generaban cierto nerviosismo.

Este negocio ya se estaba poniendo en marcha. El desembolso de este negocio  era grande y ya estaba a días de hacerse por  lo que revisar una vez mas era de una prevención.

Maneje con sumo cuidado y con tranquilidad. Escuchar música era el punto que me  mantenía relajada y fue lo que me permitió llegar al  gran edificio donde el estaba. El portero me pregunto mi nombre completo y en cuanto  lo  dije me dio el acceso directo a lo que seria el estacionamiento de su empresa.

Busque  un lugar libre y solo lo encontré casi topando pared del  mismo lugar. Estacione rápidamente y salí de mi coche para encontrar la entrada por un elevador. Pulse el botón de “L”  que marcaba el lobby, sujetando mi bolso y cuidando que la comida no se moviera para nada. A veces tenia la mala suerte de que  las charolas de plástico se me volteaban generando un desastre absoluto, por lo que ahora la aferraba muy bien para evitar una desgracia.

Mi teléfono empezó  a sonar en cuanto las  puertas  del elevador se abrieron y me recibió una recepción bastante amplia,  de tonos claros y bastante gente caminando en ella. Saque mi teléfono y el nombre de Marcus apareció en mi pantalla.

—¿Bueno? — salí del elevador y camine algo dudosa. Era muy distinto a la empresa de papa pero como  pude empecé a caminar para preguntar por el.

—¿Y estas aquí nena?

—Si. De hecho estoy saliendo del elevador. Estoy en el lobby, ¿Y tu?

—Voy para allá. No te muevas. — la línea se  corto. Me pregunte a que se refería, pero solo pasaron unos segundos  hasta que  un hombre con traje negro se puso frente a mi, con la respiración algo agitada. Levante mi rostro y de inmediato mi sonrisa se ensancho al ver a  Marcus.

Se veia tan bien. Su traje negro siempre lo hacia ver demasiado imponente. Su sonrisa única adornó su rostro por lo que no dude en abrazar y sentir su torso. Sus brazos de inmediato me rodearon, permitiéndome oler su ligero perfume que lo caracterizaba.

No nos importaba que sus empleados nos vieran hacer algo, mucho mas sabiendo que era su jefe, por lo que hasta que no nos separamos me di cuenta de que las personas que pasaban a lado de nosotros susurraban entre ellos pero con ligeras sonrisas.

Aun rodeándolo nos separamos para que Marcus tomara mi rostro entre  mis manos y sin poder detenerlo dejo un beso breve pero cálido sobre mis labios hasta que topo sus ojos con los míos.

—¿Llegaste bien? — asenti con mi sonrisa— Que bueno— lo vi y fue cuando observe que sus ojos estaban ligeramente irritados y unas sombras obscuras adornaban sus ojos.

—¿Ya tienes hambre? — me separe de el, olvidándonos de sus empleados y señale la bolsa que gracias a Dios habia  llegado sana y salva— La comida llego completa.

—¿Y porque dices eso? — traía mi pelo  suelto, por lo que Marcus puso un mecho de este detrás de mi oreja. Su vista en mi siempre era fija y sin duda alguna de retirarla.

—Porque siempre que llevo  comida para llevar termina hecha licuado Marcus. Es mi talón de Aquiles.

Nos separamos y Marcus soltó una carcajada, logrando dejarme ver sus ligeros hoyuelos, a pesar de tener su rostro cansado.

—Tu y tu mala suerte nena, mejor vamos que me muero del hambre.

Tomo mi mano libre entre la suya, además de que tomo mi bolso y lo cargo por mi. Caminamos y subimos por el elevador, aun con las personas susurrando a nuestro lado, hasta que nos detuvimos en el piso numero 25. Las puertas se abrieron dejándome ver un pio con grandes ventanales y detallado derecho, una puerta color beige al fondo.  Supongo que era su oficina porque Marcus me guio aun con nuestras manos unidas.

Al igual que el piso   papa, este no tenia mas personal solo una mesa a la lateral, que era de su secretaria, y solo lo distinto que habia era que tenia pantallas con el nombre de su empresa resonar  por las bocinas de las mismas.

Llegamos hasta la puerta del color y Marcus la abrió cediéndome el paso primero… pero verla fue lo que me llevo al caos total.

—¡Marcus Lee! ¿Qué significa esto? — este cerro su puerta, paso de lado mío y se recargo en un estante. Cruzo sus  brazos sobre su pecho y me miraba muy divertido ante mi expresión.

—¿Porque te pones así nena? No es la gran cosa…

—¿Qué no es la  gran cosa? —lo mire aun sorprendida por la actitud que estaba tomando. La oficina de Marcus estaba hecha un desastre total. No en un caso donde necesitáramos un equipo de limpieza profundo, pero si algo desastrosa para alguien como un hombre como el, que siempre estaba muy bien vestido, atractivo y todo lo demás tuviera su lugar de trabajo algo regado. —¿Cómo es que puedes estar llevando el peso del trabajo así?

Mas que ver su oficina, observaba que en su escritorio yacían muchos papeles y botes de cartón donde bebía su café. En la mesa donde tenia unos pequeños sillones de   color blanco habia  mas papeles y también algo de basura de comida… ¡Jesús! ¿En que tanto estaba metido de trabajo?

—A veces el trabajo te consume nena. No por el hecho de ser el dueño me absuelto de deberes.

—No lo digo por eso Marcus. — camine hasta la pequeña mesa de centro y en donde encontré lugar puse la bolsa. Camine alrededor de esta y me puse al otro extremo. — es solo que pregunto el como puedes trabajar así. — lo vi fijamente y no pude evitar soltar una pequeña risa.  Marcus tenia un rostro preocupante pero cuando me  vio reír de nuevo el hizo lo mismo de nuevo, otra vez.

—¿La verdad? — asenti— no lo se. En cuanto vi el trabajo se me acumulo. Ya avance pero justo ahora me apetece comer Katy.

Lo observe y de verdad que su rostro lucia muy cansado, pero como el hombre que es estaba listo para seguir con sus compromisos.

—Bueno en ese caso la comida esta aquí pero— le señale con el dedo para después quitarme el saco vino que hoy habia decidido ponerme, dejando la blusa blanca que me habia puesto— no vamos a comer hasta que este lugar— señale a mi alrededor —este limpio y ordenado, Marcus Lee. Eso también ayudara a que avancemos con tus pendientes.

—¿Avancemos? — Marcus se quito de donde estaba recargado hasta que llego a mi, acariciando mi mejilla—¿Te quedaras?

—¿O que pretendía señor Lee? ¿Qué solo viniera un rato y después lo dejara morir solo? — mi tono le causo mucha gracia, aun acariciando mi mejilla ya algo roja y cálida— eso no es digno de una West Miller.

Su carcajada resonó por su oficina, contagiándome de esta.

—Era menos de esperar señorita West, per dado a que mi estomago llama… Esta bien; ordenemos este lugar.

Tomándome de la mano, la soltó solo para quitarse el saco y doblarse la camisa. Después el resto fue nuestro. Con música de fondo ambos nos pusimos a recoger su oficina con rapidez porque ambos ansiábamos comer esa bendita pasta que llevaba guardada un buen rato ya

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—No me  puedes negar que se elegir bien la comida— deje la servilleta sobre la charola donde estaba la pasta, ya vacía, dejándome caer sobre la silla que Marcus me habia dado para estar junto a el.

Marcus dio el ultimo bocado y después de unos segundos hizo lo mismo que yo, esperando a que la comida ya nos hiciera algún efecto de sueño.

—No lo niego nena— Marcus se estiro sobre la silla y después recupero su postura, juntándola poca basura que se habia hecho y colocándola sobre la misma bolsa donde venia. —Tienes buen gusto.

Aun acomodada sobre la silla reclinable observaba a Marcus, quien ya estaba rebuscando en los folders que habíamos acomodado, listo para volver a su marcha. Sus movimientos eran sutiles per encantadores.

Todo de el.

Marcus seguía rebuscando hasta que después saco un folder negro. Volteo a verme  y señalo el folder  hacia mi. Lo puso encima de su escritorio, específicamente frente a mi mientras el bajaba la bolsa con la basura.

—¿Es lo  de Macao?

Marcus asintió y coloco sus codos sobre la mesa. Yo me incline hasta estar cerca de la mesa y abrí el folder mientras Marcus por fin me decía a detalle sobre lo que habia encontrado.

—Aquí esta todo. Lo que Oliver te pudo mencionar y los demás aspectos. El poco diseño e ideas son estables pero de nuevo…— negó con su cabeza mientras pasaba las hojas lentamente— la cantidad es lo que me preocupa. La inversión por solo la construcción y pintura es de 35 millones de dólares…

—¿Y eso es poco? — dude un poco porque mi área era el diseño de interiores, no la economía y de eso solo  entendía lo mínimo.

—Al contrario Katy, es demasiado para un hotel mediano. Aunque sea de lujo es demasiada cantidad, y a eso se le suma todo lo demás que sele  tiene que invertir en cuanto a  diseño, muebles, electricidad, etc.

Marcus paso varias paginas hasta donde se me planteo las ideas de lo que tendria este hotel. Leí con detenimiento y mas que ser un hotel mediano tenia características de ser un complejo de menor  estándar. Observando las demás propuestas al incluir era algo mucho mas pequeño a lo que teníamos en nuestras sedes. Cada uno de nuestros hoteles contenía multitareas para que nuestros huéspedes disfrutaran de su estadía pero ¿Esto?...esto estaba muy extraño.

—Entonces; ¿Con esto deduces que estamos invirtiendo de mas para solo un 30% del avance?

—Algo así— Marcus paso sus manos por su corbata y se la aflojo— es mucho mas, incluso podria ser el doble de cantidad. Lo que me preocupa es que como Oliver no se dio cuenta de esto. No lo entiendo.

Analizando la situación estaba pensando que papa planto su confianza en Kate para poder tener este negocio, porque pienso igual que Marcus. Papa es tan meticuloso con los negocios que de verdad dudaría en que algo así lo  dejara pasar así. Pero  por otro lado, por la parte racional y paternal que el  tiene puedo entender en que dejara que Kate lo manejara ya que ella también esta considerada para asumir su puesto.

—¿Y que planeas hacer? — Marcus me volteé a ver dudoso— porque estas de acuerdo de que no podemos dejar escapar algo así, ¿O  me equivoco? — Marcus negó inmediatamente— Tendríamos que hablar con papa  de esto Marcus. No hay de otra porque sino correríamos un riesgo alto.

—Estoy de acuerdo en eso nena.

—Pero— Marcus frunció el ceño— hay que tratarlo con delicadeza— mantuvo el  mismo gesto sin comprender— sabes  que Kate fue quien tomo  el negocio y es quien lo esta llevando a cabo. Tanto tu como papa solo están supervisando y apoyando por lo que si Kate o incluso mama saben que hablaremos de esto se armará la cuarta guerra mundial Marcus.

—No tendrían que hacerlo Katy. Kate pudo haberlo tomado e incluso puede querer tratarlo como lo hace Oliver, pero si no es capaz de percibir una cuestión así, mucho menos puede ponerse en un papel de diva y decir que somos nosotros quienes estamos mal. Es el negocio de Oliver, el pone la cara y no pienso dejar que por algo que podemos modificar algo negativo suceda.

Tenia razón. Un error simple no podíamos dejarlo pasar, y mas si involucraba a papa. Independientemente de lo que dirían ellas dos no podíamos dejar pasar esto.

No se trataba de un pleito familiar. Era un tema laboral que es mucho, muy independiente de todo lo que veníamos arrastrando.

—    Entonces, sera mejor que le marques a papa. Contigo sera mas consciente de la situación.

Marcus tomo el teléfono que tenia en su escritorio y rápidamente marco un numero. U mano izquierda movía un bolígrafo con urgencia. Tome su mano y la sostuve firmemente mientras queria suponer esperaba respuesta del otro lado de la línea.

—¿Elena? Es un gusto escucharte— hablo cortésmente— ¿Oliver esta ocupado? — espero un poco en la línea— en todo caso, ¿Podrías comunicármelo? — se giro  a verme, sin quitar su mano de mi agarre— Gracias.

Esperamos unos segundos hasta que de nuevo Marcus hablo.

—Oliver, lamento molestarte tan temprano, aun— Marcus veia sobre las hojas en donde estábamos discutiendo anteriormente— ¿Katy? Si; esta conmigo. Hoy prefirió trabajar en mi oficina— moví mi cabeza pero Marcus negó y me  guiño  un ojo. Desvió su vista de nuevo hacia las hojas— Si no te preocupes. Con ella a mi lado c que se tome sus pastillas— puse los ojos en blanco y negué— Lo hare. No lo dudes— Marcus sonrió y espero unos segundos. De nuevo su rostro se puso serio— te llamo porque he estado revisando los informes de lo de Macao y he notado algo que no cuadra.

Me gire a verlo mientras lo escuchaba— Si; es  algo primordial y que me gustaría discutir contigo en persona, si es posible mañana a  primera hora.

Gire mi rostro y me enfoque en los ventanales completos que daban a la ciudad transitada. Marcus seguía hablando pero mi mente divago en que esto podia generar problemas entre nosotros, mucho mas con Kate y mama pero no deberían porque ya que esto podria poner el riesgo la primera oportunidad de Kate  por triunfar, y eso era lo menos queria.

 Muy dentro de mi deseaba  que ella demostrara de lo que era  capaz y si pueden pensar que si soy una tonta o ilusa, pero yo no soy como ella. Tengo un carácter y sobre todo tengo una moral en la que no me permito lastimar a alguien y eso incluye a Kate, porque era mi hermana y aunque quisiera odiarme por pensar así y tratarla como la mierda, mi otra consciencia me lo impedía porque no era lo mío.

Pero si algo mas detonaba en contra mía no dudaría dos veces en decir sobre ella, si eso incluyera perder lo poco que aun tenia con mi familia.