Amor Prohibido

Me adentré al pueblo dejando a mi amada Layla atrás con Dimitri, sé que no le hará daño pues es de su especie, por lo que vi aún no sabe que es una híbrida, iba pensando en como sacar a los Suvillan de los calabozos, no sería fácil, puesto que mis hombres quieren matar vampiros, llegue al pueblo y fui a los calabozos, ahí estaban ellos no se veían bien y mis órdenes eran que los cuidarán no que los torturan, abrí la celda y los ayude a levantarse.

—Qué les pasó? Quien les hizo esto? — Pregunté a Leandro.

— Eres un infeliz tus hombres solo siguen tus órdenes, bastardo infeliz si le hiciste algo a Layla te acabaré con mis propias manos. — Grito el señor.

— No es hora de discutir tengo que sacarlos de aquí, Layla los está esperando, vamosnos.

Ellos me miraron con incredulidad, pero no les quedaba otra opción que confiar en mí, estábamos por salir de las celdas cuando un grupo de mis hombres nos rodearon y el que los lideraba era mi beta.

— Vaya, vaya, pero miren quién se digno a venir, nuestro querido alfa. — Dijo Gisbert con arrogancia.

—Qué está sucediendo aquí, acaso se están revelando. — Pregunté molesto.

— Ja, ja, ja ellos solo están viendo a su alfa traicionándolos al querer liberar a estas ratas.

— Las cosas no son así, estos vampiros no han hecho nada malo, ellos no son cazadores y mucho menos se han metido con nuestra especie, más bien siempre nos han ayudado. — Explique tratando de ganarme su confianza.

— Los ancianos han hablado, ellos decidieron relevarte de tu cargo de alfa y como el segundo al mando tomaré tu lugar hasta que tu hijo nazca, mientras tú serás condenado a muerte por traición, todos ustedes morirán en tres días a menos que la híbrida se haga presente, no podemos permitir que semejante especie ande en el mundo, eso sería nuestro fin como líderes de las demás especies.

— De que estás hablando, ella no es ninguna amenazada para nosotros, además no sé si de esta. — Expliqué

— Ja, ja, ja no seas ridículo, acaso no te das cuenta de que hueles a vampiro, seguramente ya te revolcaste con ella, hasta aquí me llega tu peste.

— Te mataré Gisbert, eres un traidor.

— El único traidor eres tú, yo no fui quién prefirió a una asquerosa híbrida por encima de su propia especie y su familia.

— Deja de hablar estupideces, sabes muy bien que ella es la pareja que la diosa luna me asigno y contra el vínculo no podemos pelear.

— Si claro, eres tan imbécil que ni siquiera la marcaste, aún no se han aceptado mutuamente, sigues siendo el mismo débil de siempre, en cambio, a mí ya mi compañera me aceptó y yo ya la marque, por tanto, tengo toda mi fuerza.

— Vete al infierno Gisbert, acabaré contigo.

Trate de golpearlo, pero como el había dicho ya tenía toda su fuerza, así que no fui rival para el, los que una vez fueron mis hombres me tomaron prisionero y nos devolvieron a las celdas ahí nos dejaron mientras que Gisbert tomaba el control de todo, realmente está gente ya no es mi manada y ahora pienso que nunca lo fueron.

— Gabriel, como está mi hija. — Pregunto Katherine.

— Ella está bien, Dimitri la está cuidando. — Respondí desanimado.

— Dimitri está con ella, no debieron confiar en él, sabes que es de sangre real y ellos siempre han querido a nuestra hija. — Contesto Leandro.

— El no sabe de ella, piensa que es una vampiro, no se preocupen por eso. — Trate de calmarlos.

— Entonces ustedes ya están juntos?. — Pregunto Sara su hermana.

— Así es, nos amamos y pelearemos contra el mundo si es necesario por nuestro amor. — La mire fijamente.

— Primero debemos salir de aquí. — Dijo Marcos.

— Y saldremos. — Afirme.

— Como lo haremos, estamos en el mismo hueco. — Dijo Sara.

— Acaso olvidan que yo crecí aquí y que se salidas de este lugar que nadie más sabe. — Les expliqué cómo saldríamos de aquí, ahora solo debemos esperar a que anochezca y nadie pueda vernos, mi Layla espérame amor pronto iré por ti.

La noche llego muy rápido y use mi fuerza para abrir las celdas, en la última celda de este calabozo había una salida secreta, está nos llevaría al otro lado del pueblo estaríamos bastante alejados de Layla, solo espero que esté bien y aguante hasta que llegue. Caminamos hasta esta celda una vez ahí abrí la puerta secreta y precedidos a salir, en el camino los Suvillan encontraron algunas ratas y se alimentaban de estas para recuperar sus fuerzas, era algo realmente asqueroso, pero necesario para ellos, luego de unos treinta minutos llegamos al final del túnel, para este momento los Suvillan tenían sus fuerzas casi completas abrieron la reja que separaba nuestra libertad de estas celdas, salimos y nos encontramos con una hermosa luna, está nos acompañaría de vuelta a mi amada Layla.