Nuestra Promesa

Dilara comienza a besar la barbilla de Emanuel al tiempo que mete su mano por la camisa del hombre para acariciar su pecho, él no sabe el propósito de ella, pero tiene claro que no podrá controlar mucho sus reacciones, está loco por ella y su cuerpo lo sabe.

El hombre disimuladamente saca la mano de la chica con la excusa de ir a la cocina a traer un poco más de palomitas, pero Dilara sabe perfectamente lo que trata de hacer, ya tienen en la mesa un gran tazón y no necesitan más, al parecer tendrá que ser aún más clara con sus deseos.

El chico regresa y se sienta un poco más lejos de ella, pero Dilara no le da oportunidad, se para y se sienta directamente sobre él a horcajadas y lo besa con un hambre voraz, no le da tiempo de reaccionar, no entiende por qué el quiere controlarse pero no le dará posibilidad de hacerlo, esta noche quiere estar en sus brazos, esta noche lo quiere todo y hasta el fondo, no lo dejará que se contenga.

Emanuel la mira con sus ojos más oscurecidos por el deseo, hace mucho tiempo que quiere esto y ahora que ella está dispuesta, no piensa ser pasivo, hoy le va a dejar en claro que ha llegado la hora de pagar esa promesa, porque a partir de hoy no podrán separarse nunca más.

Emanuel la toma de las caderas y la mueve un poco para que se rocen sus intimidades, ya su dureza se está haciendo sentir. Dilara sonríe contra los labios de su novio al sentir como lo tiene, está conforme sabiendo que despierta las mismas pasiones en él, que él en ella.

Emanuel va descendiendo sus labios hacia el cuello de la chica, dejando pequeños mordiscos y besos lujuriosos, sus manos van al borde de la camiseta de la chica para sacársela, ya estorban las prendas y él está apurada por deshacerse de ellas.

Los lindos pechos de la chica quedan al descubierto, él ya había sentido que no llevaba sostén, pero verlos en vivo y en directo es aún más seductor, los masajea mientras los observa; Dilara vuelve a besarlo, esos labios son más adictivos que el azúcar, ella podría acostumbrarse a saborearlos.

La boca del hombre va hacia los montículos que antes estaba masajeando, los saborea, les da atención a los dos por igual haciendo que Dilara suelte pequeños gemidos.

Dilara da un respingo al sentir unos dedos intrusos en su intimidad la cual está totalmente mojada, unos masajes en la entrada la hacen apretarse al pecho del chico por la maravillosa sensación, los dedos deciden ingresar a ese caliente lugar, entran, salen y vuelven a repetir las acciones a diferentes velocidades, ella frota su botón excitado contra la dureza de Emanuel, está a punto de explotar y el chico lo nota, comienza a mover su cadera para facilitar el propósito de la chica y finalmente un maravilloso éxtasis hace que Dilara grite entre jadeos el nombre de su gran amor.

Los chicos terminan de retirar sus prendas, necesitan un contacto más cercano, más íntimo para dejar salir todo lo que están sintiendo, se besan de nuevo, se tocan sus cuerpos, la mano de Dilara juega con la dureza de Emanuel, es muy sexi tocarlo así y ella lo disfruta.

El hombre mira con una sonrisa el peinado de la chica, hoy lleva una cola de caballo, lo cual en este momento le da unos pensamientos un poco ambiguos, la carga y la lleva hacia la habitación, el sofá no es muy cómodo para lo que quiere hacerle.

Sin demora hace que su chica se gire y quede de espaldas hacia él, besa su cuello y acaricia sus pechos, Dilara roza su trasero contra él haciéndolo enloquecer.

Emanuel hace que la chica se agache con las manos y las rodillas en la cama, da una suave palmada en la nalga de la chica, la respuesta de esta lo incita a dar otra pero esta vez más fuerte, la chica arquea su espalda de placer.

Emanuel termina de acercarse, juega con su dureza en la entrada de la chica haciendo que ella se desespere y le pida que lo haga de una vez, pero él está feliz de verla de esa manera, suplicando por él, así que decide seguirla provocando, la chica mueve sus caderas buscando más contacto, hasta que al fin sus deseos son escuchados, con una salvaje estocada le ponen fin a su martirio, una y otra y otra embestida la hacen jadear.

Emanuel envuelve el cabello de la chica en su mano, tira suave de él sin dejar de embestirla, la vista que tiene desde ese ángulo lo están volviendo loco, ese cuerpo maravilloso lo tiene embelesado y ese interior tibio y húmedo lo tienen al borde del éxtasis, antes de liberarse la gira para ponerla en otra posición, esa niña lujuriosa ya ha tenido varias explosiones, pero sigue tan caliente como al principio, así que él sigue dándole duro a su trabajo para que ella quede totalmente satisfecha.

Todo el arduo trabajo les lleva varias horas, Dilara le había avisado a su familia que no iría ese día a dormir, ella quiere amanecer con su amor, lo ha extrañado tanto y sabe lo mucho que él la necesita, la mejor manera de demostrarle su apoyo es con su compañía.

Duermen abrazados, habían esperado tanto por este momento y cuando al fin llegó exageraron bastante, así que están exhaustos, agotados... pero felices, todo fue aún mejor que aquella noche que Dilara recordaba con el zorro, aquella vez su chico era una incógnita, pero esta noche sabe que es el amor de toda su vida, su promesa más sincera y la persona con la que quiere pasar el resto de sus días.

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Primero que todo, quiero agradecerles por su apoyo, segundo les quiero recomendar mi nueva novela, se llama "Amor inesperado", la estoy actualizando todos los días, con ella me inscribí a un concurso y necesita mucho apoyo para sobresalir, si la quieren leer se los agradeceré un montón.

También estoy a punto de terminar "Soy tu villana", faltan unos tres capítulos máximo, la quiero terminar para dedicarle más tiempo a "Nuestra promesa", con la cual no he sido muy constante, pero prometo hacer mi mejor esfuerzo y actualizar más de seguido.

Por último, los quiero muchísimo, soy muy feliz de tenerlos como lectores. 🤗🤗🤗🤗🤗😚😚😚😚😚😚

**BENDICIONES**.