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UN LOCO MUNDO DE HOMBRES LOBO

UN LOCO MUNDO DE HOMBRES LOBO

Status: En proceso
Genre:Hombre lobo / Pareja destinada / Demonios / Brujas / Viaje a un mundo de fantasía / Bestia
Popularitas:4.4k
Nilai: 5
nombre de autor: anasuya dete

Leda jamás imaginó que su luna de miel terminaría en una pesadilla.

Ella y su esposo Ángel caminaban por un sendero solitario en el bosque de Blacksire, riendo, tomados de la mano, cuando un gruñido profundo quebró la calma. Un hedor nauseabundo los envolvió. De pronto, el sendero desapareció; sólo quedaba la inmensidad oscura y una luna blanca, enorme, que parecía observarlos.

—¿Oíste eso? —susurró Leda, el corazón desbocado.
Ángel apretó su mano.
—Debe ser un animal. Vamos, no te asustes.

Pero el gruñido volvió, más cerca. El depredador jugaba con ellos, acechándolos. Un crujido a su derecha. Otro, detrás. Los gruñidos iban y venían, como si se burlara.

NovelToon tiene autorización de anasuya dete para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

EL MAZO Y LA PRIMERA SONRISA

A la vuelta, Ikki fue por impulso… o por necesidad a verla. Allí estaba Leda, dormida, el rostro tranquilo, respirando suavemente. Algo en su pecho se removía y no sabía qué era.

De repente, Rina apareció a su lado. La anciana lo tomó del brazo, aspiró hondo el aroma de sus hierbas, y sus ojos quedaron en blanco.

Ikki se tensó. Sabía lo que significaba.

En la visión, vio a Leda riendo con un humano. Ángel. Jugaban, comían juntos, se miraban con respeto y cariño. Ikki sintió que el corazón se le comprimía cuando los vio bailar, tan pegados, dándose besos y sonrisas.

—Su mundo era él… y solo él. Ahora está sola con nosotros. Y su brusquedad… la lastima. Debe cambiar, alfa —dijo Rina con voz grave.

Cuando el trance terminó, le dio una palmada en el brazo.

—Sé que puede hacerlo.

Ikki quedó allí, paralizado, con esas imágenes quemándole la mente. El aroma limpio de Ángel, su amor por Leda… y él, en cambio, un salvaje que solo sabía pelear y mandar. Dos mundos tan diferentes.

Se apartó sin decir nada. Con el ceño fruncido y la mandíbula apretada, fue hasta el claro, tomó aire y comenzó a levantar troncos. Si ella no quería entrar en un toldo sucio, le haría uno nuevo. Él dormiría a la intemperie si era necesario.

*

El amanecer llegó con hambre. Leda se removió en el toldo, somnolienta. Nor entró apresurada.

—¡Mi luna necesita algo!

—¿Tengo hambre? —preguntó Leda, confundida.

Nor sonrió.

—Le traeré su comida.

Leda esbozó una pequeña sonrisa. Aunque en su mente revivía lo sucedido la noche anterior, el recuerdo le pesaba como plomo.

Poco después, Nor regresó con un trozo de carne asada, y tras ella apareció Tina con un juego de ropa improvisada.

—Mi luna… lo hice para usted —dijo Tina, orgullosa.

Leda acarició la prenda. No estaba perfecta, pero para ella era hermosa.

—Gracias, Tina.

Nor levantó la carne.

—Yo le traje su comida.

El aroma la envolvió. Tomó un pedazo y lo probó. Hacía tanto tiempo que no comía algo así… Una lágrima resbaló por su mejilla. Se sentía acompañada.

Las lobas la miraban mientras devoraba la carne. Entonces pensó:

“Ellas jamás habrán comido algo cocinado.”

Les ofreció un trozo a cada una. Dudaron, pero al probarlo, sus ojos se iluminaron. Rieron juntas, compartiendo aquel pequeño festín.

*

Ya vestida con su nuevo atuendo —una prenda hasta las rodillas, ajustada con una piel a la cintura—, Leda salió. El sol la acarició y respiró hondo. Entonces lo vio.

Ikki, con el torso desnudo, sudoroso, cubierto apenas por un taparrabo de piel. Los músculos tensos, la piel marcada por la fuerza. Junto a él, cuatro lobos también cubiertos, levantando troncos y bambú. Construían algo.

“Con ese taparrabo… parece un Tarzán versión hombre lobo.” Una sonrisa se escapó en su rostro, pero la contuvo.

Se acercó despacio.

—Buenos días… ¿qué hacen?

—Buenos días, luna —respondieron los lobos al unísono.

Ikki sintió el corazón acelerarse.

—Estamos haciendo un nuevo toldo. El otro estaba podrido… y apestaba.

Leda miró la estructura, rudimentaria, torpe.

—Ajá… ¿puedo darte mi opinión?

Ikki abrió la boca para gruñir un “no”, pero las imágenes de la visión lo golpearon.

—Habla.

Ella se agachó y trazó líneas en la tierra.

—Si usamos bambú, quedará más firme. El encastre es lo más importante.

Tom se inclinó curioso.

—Oh, ya veo… será todo un reto, pero lo haré.

Ella sonrió.

—Y para no golpearnos los puños, haré un mazo.

Ikki frunció el ceño.

—¿Un… qué cosa?

—Un martillo grande. Con esto todo será más fácil.

Ikki se quedó mirándola. Se sentía descolocado. Entendía lo que decía, porque era un alfa y tenía inteligencia para comprender estrategias… pero a su lado se sentía pequeño. Esa mujer traía ideas que jamás había visto en su mundo.

En su rostro se reflejó la contrariedad. Leda creyó que no la había entendido, así que tomó el mando.

—Tom, cortá el bambú con los demás. Jerry, buscá cuatro troncos rectos. Y tú, alfa… ven conmigo.

Los lobos respondieron al unísono:

—Sí, luna.

Ikki se tensó. ¿Ella… le estaba dando órdenes? Sintió las mejillas arder. Se llevó la mano a la boca, sintiendo que la sangre le golpeaba a la cara, pero asintió sin protestar.

Los grupos se dividieron.

*

Fueron hasta la cascada. El rugido del agua llenaba el aire.

—¿Cuál es la roca más resistente?

Ikki observó.

—Aquella, junto a la caída.

—Necesito un pedazo grande. ¿Puedes traerlo?

Ikki infló el pecho, dispuesto. Estuvo por quitarse la piel, pero recordó la ropa limpia de Ángel… y decidió dejarla. No quería parecer un salvaje frente a ella.

Se lanzó al agua helada. Leda lo siguió con la mirada, y un calor extraño le subió a las mejillas. Cada músculo, el taparrabo pegado a las caderas…

“Allí va mi Tarzán, versión hombre lobo.”

Ikki golpeó la roca con los puños, gruñendo. Nada. Orión rugió en su interior, y las garras surgieron. De un zarpazo, partió la piedra.

Leda quedó impresionada.

“Esta es la fuerza de un hombre lobo… de un alfa de pura sangre.”

Ikki salió del agua, contento, llevando el gran bloque. Lo dejó frente a ella con un golpe seco.

—Aquí lo tienes, mujer. —Su voz fue áspera, como si quisiera ocultar el calor que lo consumía.

Leda acarició la roca.

—Perfecto… pero necesito partirla en un pedazo más pequeño.

—¿Qué necesitas? —preguntó Ikki.

—Un mazo.

—¿Un mazo? ¿Y eso qué es?

Ella sonrió.

—Un martillo grande para golpear. Mira. —Le dibujó la forma en la tierra.

Ikki lo comprendió al instante. Partió la piedra en fragmentos, cortó un tronco grueso y lo trabajó hasta darle forma. Solo faltaba algo para sujetarlo. Miró alrededor, buscando… hasta que sus ojos se clavaron en Leda.

Ella tragó saliva. Ikki se acercó despacio, tan cerca que sintió su aliento.

Por primera vez lo vio diferente. Sus ojos… vivos, intensos, grises como la tormenta. Sus pestañas largas, tupidas; sus cejas fuertes y perfectas. Un rostro salvaje, sí, pero con una belleza que la desarmó por completo.

—Permiso.

Le quitó el cinto de cuero de la cintura con cuidado, sin brusquedad. Lo estiró con fuerza y sujetó la piedra al palo. Luego, con movimientos firmes, golpeó la madera, golpeó la piedra. Probó la resistencia del nuevo instrumento. Cuando quedó satisfecho, lo alzó con una sola mano, con ese aire dominante que lo caracterizaba.

—Sirve. —Su voz sonó grave, cargada de orgullo.

Se lo entregó. Pesaba mucho, pero Leda no se daría por vencida. Lo tomó con ambas manos y le regaló una sonrisa amplia, honesta.

—Gracias, alfa.

Ikki apartó la mirada, sintiendo cómo el calor le quemaba las mejillas.

—Vamos.

Por el rabillo del ojo, la observaba. Ella apenas podía con el mazo, pero lo llevaba consigo, con esa determinación que lo descolocaba.

Fue la primera vez que no pelearon.

La primera vez que ella lo miró diferente.

Y la primera vez que él sintió que se estaba perdiendo… y no le importaba

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Yimalia
sigue de estúpida tul, cuando la van a poner en su lugar
angel
que tul se vaya de la manada
Yimalia
que acaben de emparejar a tul con uno que sea un cavernicola que le quite el deseo de mirar a otro que no sea él, porque no aprende que las mujeres se dan su lugar y se debe respetar su decisión
Moraima Eglee Castillo vargas
Malo
anasuya dete: gracias trataré de mejorar, eres muy sincera gracias
total 1 replies
Oneyda Bermudez
más ➕️ ➕️ ➕️ ➕️ ➕️ ➕️ por favor
anasuya dete: hola gracias me aportas energía para seguir escribiendo eres genial❤️
total 1 replies
Oneyda Bermudez
simplemente hermosa
anasuya dete: gracias eres chévere❤️
total 1 replies
Luz Adriana Fandiño
él no destrozo su vida fueron los otros lobos elvla salvo
anasuya dete: hola gracias por leer eres única ❤️
anasuya dete: hola gracias por leer eres única ❤️
total 2 replies
Adeilis
Me gusta mucho la historia es muy divertida, más capítulo por favor
anasuya dete: hola gracias por leer si subiré más capítulos eres una ídola❤️
total 1 replies
Yimalia
busquele un marido a tul y que no sea aguafiestas del alfa
Yimalia: de nada
anasuya dete: gracias eres genial❤️
total 2 replies
anasuya dete
atrapante
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