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Cruel Esposo Déjame Ir

Cruel Esposo Déjame Ir

Status: Terminada
Genre:Matrimonio arreglado / Síndrome de Estocolmo / Ascenso de clase social / Completas
Popularitas:5.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Miry - C

Luisa escapó de un matrimonio arreglado, pero su prometido la encontró, la llevó de regreso a Grecia y la obligó a contraer matrimonio, sobre todo, a darle un hijo, porque de lo contrario, la herencia familiar pasaría a manos de fundaciones, y Francesco Nikolauo, no estaba dispuesto a perderla.
En un país que ya no siente suyo, encerrada en las cuatros paredes de una mansión, mientras su abuela está en el calabozo, Luisa le súplica a su cruel esposo, la dejé en libertad, pero él, firme en su posición le propone.
"Libertad a cambio de que seas mía, y me des un hijo".

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Capítulo 17

—Abuela, no te preocupes por mí, estaré muy bien. Cuando todo esto termine, podremos vivir juntas, pero ahora déjame hacer las cosas a mi manera. No trates de convencerme o de llamar a Eliane para que impida mi regreso con mi esposo, porque no hay marcha atrás, no cambiaré de parecer.

Luisa se acercó lentamente a Alondra, sus ojos brillando con lágrimas contenidas. Envolvió a su abuela en un cálido abrazo, sintiendo el familiar aroma a canela y lavanda que la rodeaba. Alondra le devolvió el abrazo con fuerza, acariciando suavemente el cabello de Luisa. Luisa se separó un poco y miró a los ojos llenos de amor de su abuela. Con delicadeza, llevó una mano a la mejilla de Alondra y depositó un beso suave y cariñoso en su frente—. Nos vemos abuela —Luisa se apartó, esforzándose por contener las lágrimas que amenazaban con escapar.

Con un último suspiro, Luisa se dirigió hacia el coche. Al subir, las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas, consciente de que estaría lejos de su amado hogar y de sus seres queridos por un largo tiempo. Uno de los hombres de Francesco ayudó a bajar la maleta, la empujó hacia el interior siguiendo a Luisa. Cuando la puerta se abrió, Luisa miró aquel hombre con una mezcla de confusión entre odio y no sabía que más, pero era algo que, no podía descifrar.

—Ya estoy, aquí, ahora permita que mi amiga visite a Alessandro y, que esa mujer no vuelva a poner un pie en esta casa para llevárselo.

—Eso ya está hecho, Rosalía no volverá a acercarse a Alessandro, es más, le llamaré ahora mismo a Eliane para que lo visite, sobre todo, para que lo lleve con ella, porque nosotros viajaremos a Grecia esta misma noche —Luisa asintió.

—Esperaré junto a Alessandro a que mi amiga llegue.

Francesco la guio hasta la habitación de Alessandro y, seguido llamó a Eliane, esta contestó de inmediato— ¿Sí?

—Ha preguntado por ti, así que, ven a verlo.

—¿En serio preguntó por mí? —Francesco asintió. Y no mentía, era cierto, Alessandro había preguntado por la mujer a la que decían él amaba.

Los guardias de Francesco le abrieron la puerta y, una vez dentro, Eliane sonrió al saber que por fin vería a su amado Alessandro. Tocó el timbre, con las manos temblando, y la empleada la guio hacia el salón, donde se encontraban Francesco, Elda y Luisa.

Al ver a su amiga allí, Eliane frunció el ceño—¿Qué haces aquí, Luisa? —preguntó.

Luisa miró a Francesco, quien le pidió inmediatamente a su tía que saliera. A regañadientes, la mujer abandonó el salón, ya que esa era su casa y no tenía por qué irse.

Ya a solas, Luisa le pidió a Eliane que se sentara a su lado y le soltó la bomba—. He decidido regresar con Francesco a Grecia.

Eliane, incrédula, respondió: —Imagino que ese infeliz te obligó a venir, sobre todo te obligó a regresar con él. Dime, ¿con qué te está amedrentando? ¿Qué chantaje usó esta vez? —Eliane era demasiado inteligente como para no comprender que Luisa se había sacrificado por ella— No me digas que, por eso me permitió verlo, por eso me permitió que viera a Alessandro —exclamó Eliane, levantándose dispuesta a enfrentar a Francesco. Sin embargo, Luisa la detuvo.

—En parte estoy aquí por ayudarte, pero también porque quiero —aseguró Luisa.

—Eso no es cierto, tú no querías... —replicó Eliane.

—Te mentí, le mentí a la abuela, incluso me he mentido a mí misma. La verdad es que quiero estar con Francesco Nikolauo, quiero darle un hogar a mi hijo —confesó Luisa.

Eliane se negó a creer eso. La Luisa que ella conocía, la Luisa que le había hablado de todo lo que ese hombre le había hecho, jamás habría tomado esa decisión—. Esa Luisa estaba reprimiendo lo que en verdad quería —insistió Luisa.

Eliane se negaba a aceptar que Luisa quisiera permanecer al lado de Francesco. Intentó sacarla a la fuerza de esa casa para que sus guardaespaldas la llevaran, pero Luisa le dio un rotundo no—. Nada me hará cambiar de parecer. Me voy a ir con Francesco y, si has venido a ver a Alessandro, ve y habla con él. Pero si esperar que yo abandone esta casa, te digo que no conseguirás eso —sentenció Luisa.

Eliane se quedó atónita ante la determinación de su amiga. Ahora entendía todo, porque ese hombre le llamó para que viniera a ver a Alessandro, porque ese infeliz le permitió el ingreso si en la mañana se lo había negado.

Francesco apareció mientras Eliane estaba sumida en los pensamientos. aunque ella deseaba ver a Alessandro, compartir con él, no podía disfrutar mientras Luisa se sacrificaba—. Ya la has escuchado, quiere estar conmigo —Eliane le lanzó una mirada asesina a ese hombre, tenía ganas de írsele encima, pero su ella cuerda le habló y le hizo ver las posibilidades que había si golpeaba a ese hombre. Seguramente la echaría y no le permitiría ver a Alessandro, tampoco a Luisa.

—¡Eres un ser despreciable, el mismo demonio! —bufó mirándolo con desprecio.

—No fue eso lo que dijiste la primera vez que me viste —le sonrió—. Dijiste, Sono morto, Sono di fronte ad un angelo, lo que significa, estoy muerta, estoy parada frente a un ángel. Ahora me dices demonio, que mismo pues.

Eliane rodó los ojos y escupió con irritación esas palabras—. Es que tienes cara de ángel, pero en realidad un alma de demonio, maldito infeliz. Eres una persona sin escrúpulos, un ser repudiable que solo consigue las cosas bajo chantajes.

—Siempre doy otra opción, pero las personas terminan eligiendo la que no tiene salida.

Eliane se sintió fastidiada con ese hombre, Francesco. Si no fuera por Luisa, quien llegó con Alessandro en la silla de ruedas, ella hubiera asesinado a Francesco. Al ver a Alessandro, todo su coraje se disipó y sus ojos fueron invadidos por la alegría y la emoción. Se acercó a él, sintiendo el corazón acelerado, ya que algo en la mirada de Alessandro había cambiado.

—Dejémoslos solos —dijo Francesco a Luisa, quien asintió complacida porque Eliane estaba junto a Alessandro. Eliane levantó la mirada y vio a Luisa alejarse junto a Francesco.

Mientras Eliane iba por Luisa, Alessandro regresó a su habitación a recoger lo que Francesco le había comprado.

—Luisa —esta se encontraba junto a Francesco, al escuchar a Eliane se giró—. Tenemos que regresar a casa, no tienes que seguir aquí sacrificándote por mí, Alessandro ha aceptado regresar —tomó las manos de Luisa emocionada—. Ya no tienes que quedarte, porque Alessandro se irá conmigo.

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Karina Vazquez Gonzalez
una historia fascinante que desde el.primer capítulo nos llevaste ala imaginación de cada capítulo escritora muchas felicidades gran historia
Karina Vazquez Gonzalez
una historia que leí desde el.primer capítulo y esta llena de retos adversidades intrigas prejuicios emociones encontradas pero sobre todo encontraron el amor verdadero puro..y supieron afrontar las consecuencias de sus actos para ser felices..
gran historia .muchas felicidades escritora
Gloriab Gimenez
Luisa sufre y el no la tiene encuenta para nada
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