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MI ULTIMA ESPERANZA

MI ULTIMA ESPERANZA

Status: En proceso
Genre:Vientre de alquiler / Embarazada fugitiva / Amor-odio
Popularitas:10.5k
Nilai: 5
nombre de autor: CINTHIA VANESSA BARROS

Elena lo perdió todo: a su madre, a su estabilidad y a la inocencia de una vida tranquila. Amanda, en cambio, quedó rota tras la muerte de Martina, la mujer que fue su razón de existir. Entre ellas solo debería haber distancia y reproches, pero el destino las ata con un vínculo imposible de ignorar: un niño que ninguna planeó criar, pero que cambiará sus vidas para siempre.

En medio del duelo, la culpa y los sueños inconclusos, Elena y Amanda descubrirán que a veces el amor nace justo donde más duele… y que la esperanza puede tomar la forma de un nuevo comienzo.

NovelToon tiene autorización de CINTHIA VANESSA BARROS para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 19

Punto de vista Elena

El bullicio seguía retumbando en mis oídos como un eco interminable. Los flashes, los gritos, las cámaras girando hacia mí. El caos aún se agitaba en el salón mientras la policía sacaba esposado a León Carter.

Lo miré por última vez. Aquel hombre que había sido mi sombra durante tantos años ahora era reducido por las esposas frente al mundo entero. Una parte de mí sintió alivio, otra todavía temblaba de rabia. Pero no tuve tiempo de ordenar mis emociones.

De pronto, sentí los brazos de Carla rodearme.

—Lo logramos… —susurró contra mi cuello, con la voz quebrada—. Elena, lo logramos.

Lloré con ella. Nos abrazamos con fuerza, como si el peso de meses se derritiera en ese instante. Era la victoria que habíamos esperado, pero también un desgarro: la justicia no borraba las cicatrices.

Y entonces sucedió.

Una voz que creí haber enterrado en el pasado, una voz que no escuchaba desde hacía cinco años, irrumpió a mis espaldas.

—Buenas noches, Elena.

Me giré despacio, como si el tiempo se estirara en cámara lenta. Y allí estaba. Amanda.

El impacto me dejó sin aliento. Había cambiado. Su puerta era más firme, sus ojos más oscuros, sus facciones más duras. Ya no era la mujer consumida por la rabia que recordaba; ahora era una ejecutiva elegante, con esa frialdad que da el poder. Pero lo que me heló la sangre no fue ella.

Fue lo que vi a su lado.

Martín.

Mi hijo.

Lo tenía de la mano.

El niño soltó a Amanda y corrió hacia mí.

-¡Mamá! —gritó, lanzándose a mis brazos.

Lo estirado contra mi pecho, besando su cabello una y otra vez. El alivio me hizo temblar.

—¡Hijo! ¿Qué haces aquí?

Carla se llevó las manos a la boca, incapaz de pronunciar palabra.

Amanda, con voz grave, explicó:

—Lo encontré en un rincón. Estaba solo.

—Gracias… —murmuré, sin apartar la vista de Martín—. Gracias, Amanda.

Besé su frente, pero de inmediato la preocupación me golpea con fuerza.

—Martín, ¿cómo llegaste aquí? Te dejamos en casa con la niñera.

Él me miró con la misma gravedad que a veces me asusta en un niño tan pequeño.

—Te vi en la televisión. Y también vi al tío Francisco. Vine a ayudarte, mamá. No quiero que vuelvas a llorar ni que la tía Carla vuelva a llorar por él. Yo soy el hombre de la casa.

Las lágrimas se desbordaron de mis ojos. Abracé más fuerte a ese pedacito de vida que había salvado el mío tantas veces. Pero no podía dejar pasar lo que había hecho.

— ¿Cómo… cómo llegaste aquí? —pregunté, incrédula—. Estás lejísimos de nuestro apartamento.

Él bajó la cabeza un instante, pero respondió con firmeza:

—Pedí un taxi por aplicación. Era uno de esos sin conductor. Y me trajo.

Sentí que la sangre se me congelaba.

-¡Martín! —mi voz fue dura, tal vez demasiado—. Eso no lo puedes volver a hacer nunca más. ¿Entiendes? Nunca. Si te pasa algo, si te secuestran, si te roban… No puedo perderte.

Él me miró con sus ojitos brillantes, humedecidos, pero avanzando en silencio.

Lo abracé otra vez, pero sentí la mirada clavada de Amanda. Esa mirada que me traspasaba, que parecía leer lo que yo misma no quería admitir.

Me volví hacia Carla.

—Adelántate con él. Llévalo a casa. Yo iré más tarde.

Carla me miró dudosa, pero tomó al niño de la mano.

—Vamos, campeón. Dale un respiro a tu mamá.

Cuando se alejaron, Amanda me habló con voz firme.

—Sígueme.

No sé por qué lo hice, pero la seguí. Afuera nos esperaba su auto. Nos subimos en silencio. El ambiente era tan tenso que podía cortarse con un cuchillo.

Amanda fue la primera en hablar.

—Por lo que veo… te ha ido muy bien en la vida.

No respondí de inmediato. Observaba las luces de la ciudad a través de la ventana, tratando de controlar el temblor en mis manos.

—Sí —dije al fin—. Me fue bien cumpliendo los sueños de mi madre. Estudié, saqué a mi hijo adelante. Pero ese desgraciado me obligó a regresar a esta ciudad.

La escucha reír, una risa corta, casi incrédula.

—Entonces… tú eres esa enigmática diseñadora italiana. La que nunca daba la cara, la que se escondía detrás de un nombre, y que hoy hizo temblar a Nueva York con un discurso.

—Así es.

El silencio volvió, pesado, incómodo. Y de pronto ella lo rompió.

—Hay algo que debes saber.

Mi estómago se encogió.

—¿Pretende quitarme a Martín? —pregunté con la voz quebrada.

Amanda giró el rostro hacia mí. Sus ojos eran dos pozos oscuros.

—No lo sé, Elena. Todavía no logro superar la muerte de Martina. Pero ella nos ocultó algo. Martín no es hijo de Martina… sino mío. Ese niño que tú criaste lleva mi sangre.

Sentí que el suelo desaparecía bajo mis pies.

—No… —murmuró, con un nudo en la garganta—. No me lo quitarás, ¿cierto? No puedes. Amanda, él es mi vida. Si me quitas a Martín sería como matarme.

Ella sostuvo mi mirada. No había crueldad en sus ojos, sino una vulnerabilidad inesperada.

—Te lo repito, Elena. Aún no sé qué hacer. Solo… permíteme acercarme a él. Verlo, pasar tiempo con él. Eso es todo lo que pido.

Mi respiración era agitada. Cada parte de mí gritaba que debía negarme, que debía proteger lo que era mío. Pero había algo en su voz, en su expresión quebrada, que me desarmaba.

—Está bien… —dije con un hilo de voz—. Está bien.

El automóvil se detuvo despacio frente a mi edificio. Amanda buscó en su bolso, sacó una tarjeta y me la entregó.

—Aquí está mi número. Y mi dirección. Escríbeme. Avísame cuando pueda verlo.

Aprete la tarjeta en mi mano. Sentí que ardía.

Bajé del auto sin mirarla más y subí al apartamento con el corazón destrozado.

Carla estaba sentada en la sala, esperándome con el rostro ansioso.

—Cuéntamelo todo. ¿Era ella, verdad? ¿La esposa de Martina?

Me dejé caer en el sofá, agotada.

—Sí. Era ella.

—¿Quiere llevarse al niño? —preguntó horrorizada.

Negué con la cabeza, aunque la duda me mataba.

—No lo sé aún. Al parecer no se ha decidido. Pero eso no es lo peor.

—Hay más? —preguntó Carla, llevándose las manos a la boca.

Respire hondo, con el corazón latiendo a un ritmo salvaje.

-Si. Resulta que los óvulos fecundados no fueron de Martina, como todos pensamos. Fuerón de Amanda. Martín es hijo biológico de Amanda. Así que si decides quitármelo… tiene todo el derecho.

Las lágrimas me invadieron sin control.

—Carla… me moriría si me quitaran a Martín. Él es mi todo. Fue la fuerza que me levantó cuando murió mi madre. Por él luché en Italia, por él sigo luchando cada día. No soportaría la pérdida.

Carla me abrazó con fuerza.

—Tranquila, Elena. Tú también tienes derechos. Lo llevas en tu vientre nueve meses. Lo ha criado sola. Ella lo rechazó cuando nació, y no puede aparecer ahora de repente a decir: “Ahora sí lo quiero”. No. Martín también puede decidir. Y tú eres su madre, con o sin papeles.

Lloré en sus brazos hasta quedarme sin fuerzas. Esa noche no dormí.

Daba vueltas en la cama, suplicando en silencio. Por primera vez en años, recé.

Le rec a mi madre, a Martina. Les pedí que me ayudaran desde donde estuvieran. Que cuidaran a mi hijo, que lo protegieran. Porque Martín es mi última esperanza. Y no permitiré que nadie, ni siquiera Amanda, me lo arrebate.

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Yusmery Gomez
buenas tardes autora excelente con muchas adrenalina y pasión 😊😜🤗🥳
ana meson
waaaaawww ésto fue increíble!!!
Yusmery Gomez
Buenos días autora en la Gran espera del Maratón de capítulos de su Hermosa Novela...
Norma Marroquin
sii maraton
Empoderada
mi villana hermosa 😍 eres mala como nos deja hasta mañana
Yusmery Gomez
buenas tardes Autora excelente Novela infinita Bendiciones para usted...
Maria Gonzalez Gonzalez
exelentes capitulos, gracias por tanto 🤭🤣
Maria Gonzalez Gonzalez
cuánta maldad de eses desgraciado poco hombre de Francesco 👿😈❤️
Maggy Martinez
buen día autora /Smile/
Yusmery Gomez
Buenos días Autora gracias excelente capitulos y espero que ya sea mañana para leer más de su Hermosa Novela...
Yusmery Gomez
Buenos días autora 🤣🤣🤣🤣🙈🙈🙈
ana meson
hola hola me encanta!! espero pronto la acción entre Amanda y Elena
Nancy Galeano
siiii maratón, maratón
Maria Gonzalez Gonzalez
maratón, maratón, maratón 🥰
Maggy Martinez
buenas tardes un maratón sería perfecto gracias por la historia 😊
Yusmery Gomez
Buenas tardes autora estoy de acuerdo con los demás lectores ya es hora de acción entré Elena y Amanda que inicie la pasión y el Amor ❤️😍
Yusmery Gomez: sí Autora eso lo tengo Claro 😉
total 3 replies
Empoderada
maratón, maratón, maratón, maratón, maratón, maratón, maratón, maratón, maratón, maratón, maratón, maratón, maratón, maratón, maratón 🙏
Empoderada
excelente nada vulgar todo excelente calidad de palabras y coherente
Empoderada
y te di un voto con flores corazón y puntos exelente obra llegando de mu trabajo y buscando los capítulos
Empoderada
y te di un voto con flores corazón y puntos exelente obra llegando de mu trabajo y buscando los capítulos
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