Alma Rota: El Despertar De Aria

Punto de vista de Aria

Subimos al auto, pero no en dirección al pueblo mi padre continuo manejando alejándonos lo más que podía de este lugar y de Ethan, estaba viviendo una pesadilla de la cual no podía despertar. Por un lado, estaba esta loca transformación a una persona que no reconocía, ver el color de mi cabello y mis ojos por el espejo retrovisor del auto me tenía confundida. También estaba el hecho de la reacción de Ethan, él estaba huyendo de mí, como si escapara de algo.

No estaba entendiendo nada y mi corazón tampoco entendía, estaba anhelando verlo y sentir su cercanía, pero ya estábamos a kilómetros de él.

Llegamos a un hotel de paso, cuando entre a ese lugar todas las míradas se posaron en mmí haciéndome sentir incómoda. Antes nunca había Sido tan observada, la gente ni siquiera me notaba y ahora de la noche a la mañana atraía a todos a mi andar.

—Buenas noches, necesitamos una habitación con dos camas. — Dijo mi padre con un tono frío.

—Buenas noches,, señor, necesitamos sus documentos para poder registrarlos. — Respondió la recepcionista con gentileza.

Mi padre sacó algo de efectivo y con un guiño de ojos le dijo a la mujer que no necesitaba nada de eso y que solo nos quedaríamos esa noche.

La mujer miró a los lados para luego aceptar el soborno, nunca había imaginado que mis padres fueran tan descarados. El botones nos llevó a la que sería nuestra habitación, un lugar pequeño, pero acogedor. Había dos camas sencillas y un pequeño baño.

Había un espejo de cuerpo completo, quería ver mi cambio por completo, así que me acerque a este bajo las miradas comprensivas de mis padres. Vi mi reflejo, mis ojos se abrieron de par en par y una oleda de emociones recorrieron mi cuerpo, era bellísima: mejillas rosadas, ojos azules, cabello dorado, piel blanca. Pero no era yo, no era la muchacha que veía todos los días al espejo. Las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos, el dolor que había tenido todo el día finalmente salió y sin poder más me derrumbe en el suelo a llorar con desesperación.

Sin embargo, no lloraba por el cambio, lloraba por el rechazo de Ethan. Él no pudo entender lo que me estaba pasando, no fue lo suficientemente fuerte como para entenderme.

Mi madre se acercó a mí abrazándome con fuerza, ella parecía entender el por qué de mis lágrimas, así que no dijo nada ella solamente se quedó ahí abrazada a mí dejando que me desahogará.

—¿Tanto miedo le di, para que me dejara sola en medio de la nada? —Pregunte sintiendo cómo cada palabra que pronunciaba me rompía el alma.

—No hija, eres un ser hermoso. Si ese joven huyo fue por cobarde. — Dijo mi mamá con dulzura.

—¿Por qué a mí? ¿Por qué ahora que empezaba a sentirme normal me pasa esto? — Sollozaba como si la vida se me estuviera acabando.

—Hay cosas contra las que no podemos luchar, viniste al mundo con una misión y cuando lo entiendas verás las cosas desde otra perspectiva.

Aunque mi mamá trataba de consolarme, yo sentía que nada tenía sentido, este había Sido un cambio muy radical para mí, pensé que mi cambio sería gradual, pero nunca imaginé que pasará tan rápido.

Fin del flashback

Punto de vista de Ethan

Después de dejar a Aria en aquel lugar tan apartado fui a despejar mi mente, el destino no podía ser tan cruel, me había enamorado de Aria, por primera vez desde que soy esto en lo que me convertí pude sentir una emoción humana y ahora tengo que renunciar a ella. Somos enemigos a muerte, ella es una cazadora de sin almas y yo tengo el deber de proteger a mi especie.

Llegué a casa después de varias horas, voltee a ver la casa de los Estrada con la esperanza de que Aria estuviera ahí, pero ese lugar estaba completamente a oscuras, era como si nadie viviera ahí.

Finalmente, entre a mi hogar y para variar mi madre estaba en la sala sentada hablando con su pareja.

—Ethan, al fin llegas. —Expreso mi madre angustiada. —Tenemos noticias de que la humana mostró sus dones. Solo que desapareció muy rápido y no la pudieron rastrear.

Sentí alivio de saber que no localizaron a Aria, aunque ella representaba un peligro para mí no quería que la lastimaran.

—¿Está aquí en el pueblo? —Pregunte, mi voz cargada de sorpresa fingida.

—Siempre ha estado aquí, es solo que está oculta. Pero de algún modo ha logrado mantenerse oculta. —Respondió con sospecha. —Es extraño que no la hayas sentido.

—Estuve ocupado y fuera del pueblo, seguramente por eso no la sentí. —Mentí tratando de persuadir a mi madre.

—Estás muy extraño, ¿Qué te está pasando?

Estaba por responder cuando nuevamente entra en escena Caleb. Sus ojos mostraban maldad pura.

—Ethan siempre ha sido extraño y lo sabes bien. — Comento mirándome a los ojos, era como si quisiera leer mis pensamientos.

—¡Caleb, sobrino! Es un gusto tenerte de vuelta por aquí. — Saludo mi madre con un entusiasmo visiblemente fingido.

—Creo que se le está haciendo costumbre llegar sin avisar. — Dije molesto. — Te recuerdo que está es nuestra casa y es de mal gusto llegar sin ser invitado.

Caleb me miró de forma amenazante, pero yo no le tenía miedo. Él podía ser mucho más fuerte que yo debido a la manera en la que nos alimentábamos; sin embargo, no le permitiría que invadiera nuestra privacidad.

—No seas tan grosero querido primo, sabes bien que estamos del mismo lado, ¿o no? —Sus palabras eran más como un aclaratorio, era como si supiera algo.

—Al parecer quien olvida eso es otro. — Respondí con firmeza. — Que estemos del mismo lado no te da derecho de aparecer cada vez que quieras, existen reglas que estás sobrepasando.

—Ya muchachos, dejen de discutir. Mejor hablemos de lo que nos concierne a los tres... La humana. — Intervino mi madre con preocupación.

—Hablen ustedes, tengo cosas que hacer. —Dije dando media vuelta y volviendo a mi habitación.

Necesitaba aclarar las ideas, tenía que pensar lo que haría con esta información que había obtenido, pero de algo si estaba seguro, no permitiria que Caleb se acercara a Aria, el no podía lastimarla ni el ni nadie.