BAJO LA PROTECCIÓN DEL MAGNATE

ESTRATEGIAS Y BAJO LA PROTECCIÓN DEL BOSQUE

Emma entró en la habitación sin hacer ruido, pero April ya estaba despierta, recostada entre almohadas, con una expresión traviesa a pesar del vendaje en su abdomen. La luz tenue de la lámpara dejaba ver el tono pálido de su piel, pero sus ojos, chispeantes como siempre, le devolvieron a Emma una sensación de hogar.

—Te ves como si te hubieran atropellado y aun así encontraras la forma de hacer una broma —susurró Emma, acercándose.

—Y tú pareces como si hubieras tenido una cita romántica con tu jefe —replicó April con una sonrisita, forzando el tono entre dolor y picardía.

Emma soltó una risa suave y se sentó junto a ella en la cama, tomando su mano con delicadeza.

—Me alegra que estés bien… —dijo con un nudo en la garganta—. Pensé que te iba a perder.

—Hey, hey… ni muerta te dejo sola con ese bombón de ceño fruncido que te cargas. ¡Alguien tiene que supervisarlo!

Ambas se rieron, y por un momento, el peso de la realidad desapareció, pero no duró mucho.

—April… —Emma bajó la voz, sus ojos clavados en las sábanas—. Adrián me contó cosas; cosas importantes.

April se incorporó un poco, interesada. Emma se tomó unos segundos antes de continuar.

—Giovanni no es solo mi tío... es un monstruo, estuvo involucrado en la muerte de la madre de Adrián. Y… —trató de respirar hondo— también en la de mis padres.

El rostro de April cambió en un segundo.

—¿Qué?

—Y el español… ese hombre con el que me quiere casar… también tuvo que ver, fue parte de todo.

April abrió la boca para decir algo, pero no lo hizo, solo apretó más fuerte la mano de Emma.

—Así que ya no me siento tan culpable por haberle pateado las pelotas cuando pude hacerlo —murmuró.

Emma soltó una carcajada nerviosa, y ambas se abrazaron con fuerza, riendo y llorando al mismo tiempo.

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Mientras tanto, en otro punto de la ciudad, Giovanni lanzaba una copa de vino contra la pared, haciendo temblar a sus hombres de confianza, la rabia hervía en su sangre.

—¡Han tenido semanas para capturar a una sola mujer! ¡Una! —gritó, paseándose por la lujosa sala de reuniones de su mansión —. ¿Saben cuánto poder estoy dejando ir por su ineptitud?

Uno de sus hombres se atrevió a hablar:

—Ella desapareció sin dejar rastro. Y ahora… se rumorea que Adrián Blackwood la tiene bajo su protección.

Giovanni giró sobre sus talones, la furia brillando en sus ojos.

—¡Por supuesto que está involucrado! Ese bastardo siempre ha querido vengarse de mí. Y ahora… encontró el arma perfecta: mi sobrina.

Tomó su celular y envió un mensaje. Un mensaje que desataría el caos en la ciudad.

“Ofrezco 1 pase libre de mercancía por mis rutas por quien me entregue a Emma viva; y 1 millón extra por información sobre los movimientos de Adrián Blackwood... Que empiece la cacería.”

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En la cocina mientras comían algo, Adrián y Ethan observaban el mensaje en la pantalla del móvil con rostros imperturbables, tanto así que la tensión se podía cortar con un cuchillo.

—Esto va a estallar —murmuró Ethan—. Toda la ciudad lo sabrá en minutos. Incluso los que no tienen idea de quién es Emma, ahora querrán encontrarla.

—Entonces tenemos que adelantarnos —respondió Adrián, cruzando los brazos—. No pueden quedarse aquí.

Ethan asintió.

—¿La casa del bosque?

—La casa del bosque —confirmó Adrián.

Era una propiedad de seguridad, lejos de la ciudad, camuflada entre los árboles, equipada con todo lo necesario y protegida por sistemas que solo Ethan y Adrián conocían, nadie las encontraría allí.

—Nosotros haremos movimientos en la ciudad; simularemos que seguimos teniéndolas con nosotros en la torre y nos haremos visibles —agregó Ethan.

—Y eso les dará tiempo —concluyó Adrián.

Ambos se miraron y, por primera vez, compartieron una misma preocupación silenciosa, no por el operativo, no por la estrategia, sino por lo que empezaban a sentir.

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Horas más tarde, en la oscuridad de la madrugada, Emma y April eran conducidas por un camino oculto, entre árboles densos y silencio absoluto.

El auto blindado en el que viajaban avanzaba hacia la casa del bosque, con una escolta a distancia vigilando cada movimiento.

April, aún débil, miraba por la ventana con ojos pesados.

— Como te sientes — pregunto Emma mientras acariciaba la palma de la mano de su amiga.

— La verdad, no sé qué diablos entro en mi cuerpo, es como un demonio me estuviese absorbiendo mi energía poco a poco, pero sé que voy a estar mejor.

— Ya verás que si —

—Esto se siente como una película… pero sin palomitas —murmuró haciendo puchero.

—Te prometo que cuando salgamos de esto te voy a comprar todas las palomitas del mundo —respondió Emma, acariciándole el cabello.

—¿Y tú? ¿Estás bien con dejar a Adrián?

Emma tardó en responder.

—No. Pero sé que es lo mejor, él necesita ganar tiempo, y nosotras… necesitamos mantenernos con vida.

April suspiró.

—Estás enamorada de ese triple papacito, ¿verdad?.

Emma sonrió, mirando al frente.

—Eso creo, amiga... Eso creo…

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De regreso en la ciudad, Adrián se abotonaba el saco frente al espejo, cada movimiento medido, cada decisión calculada; pero esta vez, algo en su mirada había cambiado, una fragilidad silenciosa se colaba por las grietas de su coraza.

Ethan entró, ajustando su reloj con precisión militar.

—Las chicas llegaron; el sistema de vigilancia está activado, ninguna señal de rastreo.

—Perfecto —respondió Adrián.

—Y ahora… ¿Qué sigue?

Adrián miró su reflejo por última vez antes de girarse.

—Ahora, jugamos sucio.

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Hola, hola, buenos días mis amores... Iniciamos la mañana con un capítulo cargado de emociones ...

Espero les guste tanto como a mí, sigan apoyando la novela con sus 👍 sus 🎁 votos y comentarios .

Gracias !! ☺️