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Inmigrante

Inmigrante

Status: Terminada
Genre:Elección equivocada / Completas
Popularitas:6.8k
Nilai: 5
nombre de autor: Gladis Sella

una chica cualquiera viaja en busca de sus sueños a otro país encontrando el amor y desamor al mismo tiempo...

NovelToon tiene autorización de Gladis Sella para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

La Prueba de Fuego Individual: La Carga de la Justicia

La victoria en la segunda ronda había solidificado aún más nuestro lugar como contendientes serios. La sensación de pertenecer a "Al Andalus Lex", de ser parte de algo grande y significativo, era un bálsamo para mi alma. La palabra "inmigrante", que Berta lanzaba con tanto desprecio, resonaba cada vez más lejana, una voz ahogada por los aplausos y la camaradería de mi equipo. Aquí, en la universidad, mi valía se medía por mi intelecto y mi esfuerzo, no por mi origen.

La tercera prueba era de naturaleza individual, una verdadera prueba de fuego para cada participante. El reto: presentar las conclusiones finales sobre un caso sumamente delicado y conmovedor, donde una niña había aparecido muerta, la madre no estaba en casa en el momento del suceso y el padrastro era el principal sospechoso. Nuestro rol era asumir el papel de la parte acusadora, la Fiscalía, y preparar los alegatos finales ante un juez que nos evaluaría individualmente. Cada uno de nosotros debería convencer al juzgador de la culpabilidad del padrastro.

La complejidad del caso residía en la ausencia de la madre y la ambigüedad de las pruebas directas, exigiendo una construcción argumental impecable basada en indicios, inferencias lógicas y una fuerte carga persuasiva.

El expediente que se nos entregó era conciso pero desgarrador. La pequeña, Marina, de siete años, fue encontrada sin vida en su habitación. La causa de la muerte era asfixia. La madre, Laura, había salido a hacer unas compras y regresó una hora después para encontrar el horror. El padrastro, Roberto, estaba en casa en ese momento, aunque alegaba haber estado en el jardín, con auriculares, sin escuchar nada. No había signos de allanamiento. El historial de Roberto incluía episodios de violencia verbal hacia Laura, aunque nunca física hacia la niña. La Policía había encontrado un pañuelo de Roberto cerca del cuerpo de Marina, y sus coartadas no eran del todo sólidas. Sin embargo, no había testigos directos ni huellas dactilares irrefutables sobre el cuerpo o en el objeto que causó la asfixia. La Fiscalía necesitaba construir un caso sólido que, a pesar de las lagunas, demostrara la culpabilidad más allá de toda duda razonable.

Llegó mi turno. El escenario era una pequeña sala de audiencias simulada, con un juez severo (uno de los catedráticos más respetados) sentado frente a mí, y a un lado, un abogado defensor experimentado (un exalumno conocido por su habilidad en interrogatorios). La presión era inmensa.

Juez Evaluador: "Señorita López, es su turno. Proceda con sus alegatos finales en representación de la Fiscalía."

Tomé una respiración profunda, dejando que la historia de Marina me envolviera, pero manteniendo la frialdad necesaria para la argumentación jurídica.

Azul: (Con voz clara y firme, mirando directamente al Juez) "Ilustrísima Señoría. Nos encontramos hoy aquí para hablar de un silencio. El silencio sepulcral de una niña de siete años, Marina, cuya vida fue arrebatada de la forma más cruel imaginable. La defensa intentará argumentar que este fue un accidente, una tragedia fortuita. Pero las pruebas, Señoría, aunque circunstanciales, tejen una red de implicación que apunta ineludiblemente al único adulto presente en el hogar en el momento de la muerte: el acusado, Roberto, el padrastro de Marina."

Hice una pausa, dejando que mis palabras resonaran.

Azul: "No hay allanamiento. No hay testigos externos. Solo dos personas en la casa: la pequeña Marina, y el acusado. La defensa alegará que el señor Roberto estaba en el jardín, con auriculares, ajeno a lo que ocurría dentro. Pero, Señoría, ¿es creíble que un adulto, en una casa donde hay una niña, no perciba nada inusual, ningún sonido de lucha, ningún indicio de asfixia? Su coartada es tan conveniente como inverosímil."

Mi mirada se dirigió brevemente al abogado defensor, quien me observaba con atención.

Azul: "El hallazgo del pañuelo del acusado, con restos de fibras de la ropa de Marina, cerca del cuerpo de la víctima, no es una mera coincidencia. Es una conexión física, un rastro que nos vincula directamente al lugar de los hechos y, presumiblemente, a la acción. La asfixia requiere de un tiempo, de una acción deliberada. No es un suceso instantáneo que no deje rastros o no genere resistencia."

Me acerqué un poco al atril, mi voz subiendo un poco de tono, cargada de la emoción contenida pero controlada.

Azul: "La defensa intentará sembrar la duda razonable, hablando de las ausencias de la madre. Pero la ausencia de la madre no exculpa la presencia del padrastro. Es más, la ausencia de Laura crea el escenario perfecto para que el acusado, que tenía un historial de control y temperamento volátil, ejerciera su ira o su frustración en un momento de soledad con la víctima."

Azul: "Señoría, el conjunto de indicios es abrumador: la presencia única del acusado en el lugar y hora de la muerte; su coartada débil y contraria a la lógica humana; la conexión material del pañuelo; y el modo de muerte –asfixia– que implica una interacción directa y un tiempo prolongado de acción. No estamos ante un accidente. Estamos ante un acto deliberado, perpetrado por la única persona que pudo haberlo hecho, aprovechándose de la indefensión de una niña inocente."

Concluí, mi voz firme y resonante.

Azul: "La Fiscalía solicita, en base a la contundencia de estos indicios y la inferencia lógica que de ellos se desprende, que se declare al acusado, Roberto, culpable del homicidio de Marina. Que su silencio no se sume al silencio eterno de la víctima. Que la justicia de Marina resuene hoy en su sentencia. Es todo, Señoría."

El Juez me miró, inescrutable. El abogado defensor se levantó para la ronda de preguntas, intentando desbaratar mi lógica. Las preguntas fueron incisivas, pero me mantuve firme, defendiendo cada inferencia con argumentos sólidos y una calma que no sabía que poseía.

Aunque la instancia era individual, el puntaje de cada estudiante se sumaba al total del equipo. Esta prueba puso de manifiesto no solo la habilidad personal, sino también la cohesión del equipo para preparar a cada uno de sus miembros.

Tras la deliberación de los jurados y la suma de todos los puntajes, el Decano anunció la clasificación general de las Olimpiadas, antes de la ronda final.

Decano: "Hemos llegado al final de la tercera ronda. Los resultados finales combinados de las pruebas teóricas, la defensa de casos por equipo y los alegatos individuales son los siguientes:"

Universidad Complutense de Madrid (Iuris Complutense): 28.95 puntos

Universidad de Sevilla (Al Andalus Lex): 28.87 puntos

Universidad de Barcelona (Justitia BCN): 27.50 puntos

Universidad de Valencia (Lex Valenciana): 26.90 puntos

Universidad de Salamanca (Salmantica Iuris): 26.35 puntos

Universidad de Granada (Forum Granata): 25.80 puntos

Universidad del País Vasco (Zuzenbide Euskal): 25.10 puntos

Universidad de Santiago de Compostela (Dereito Compostela): 24.85 puntos

Universidad de Zaragoza (Iustitia Augusta): 24.50 puntos

Universidad de Murcia (Lex Murciana): 24.15 puntos

Un suspiro de alivio y una explosión de alegría controlada se desató en nuestra sección del auditorio. ¡Habíamos quedado en segundo lugar! Estábamos entre los dos mejores equipos del país, a solo décimas de la Complutense. La emoción era inmensa.

Decano: "Por lo tanto, las dos universidades con mayor puntaje que pasarán a la última ronda, la gran final de estas Olimpiadas Nacionales de Abogacía, son la Universidad Complutense de Madrid y nuestra anfitriona, la Universidad de Sevilla."

Julián me abrazó con fuerza, radiante. Mi esfuerzo individual había contribuido enormemente al puntaje del equipo, y la comprensión mutua que habíamos cultivado, el apoyo incondicional en cada paso, era lo que nos había traído hasta aquí. La palabra "inmigrante" no era más que un eco distante. Ahora, era una finalista, y con Julián a mi lado, lista para la última batalla. La individualidad nos había impulsado, pero la cohesión y la comprensión de nuestro equipo, especialmente con Julián, era lo que nos hacía invencibles.

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Elena Hernandez
excelente novela 💕 muy bien explicada sobre temas que no se.ven en otras historias FELICIDADES 👏
Cristalbrk: gracias.... la verdad que es la primera vez que escribo una novela
Cristalbrk: gracias.... la verdad que es la primera vez que escribo una novela
total 2 replies
Salomé Páez
Sevilla España
Salomé Páez
Para ella sola está super bien
Yudith Blanco
muy buena me gusto
Cristalbrk: hola... la terminaste de leer... acepto criticas
Cristalbrk: gracias gracias
total 2 replies
Wesal Mohmad
Me gusta como escribes
Cristalbrk: gracias.. es mi primer novela
total 1 replies
Kuri
No puedo esperar para seguir leyendo, necesito saber qué pasa después!🤔
Cristalbrk: gracias espero que te guste...
total 1 replies
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