En su época Abigail fue una emperatriz conocida por gobernar con rudeza, al punto de ser considerada una tirana por los nobles. Ella conquisto reinos enteros unificando el continente y goberno con firmeza hasta el final de sus días.
Pero algo increíble ha pasado, Abigail ha despertado en mundo totalmente distinto y en un cuerpo que no es suyo, pero cuya dueña fue víctima de las maldades de quienes ella confiaba, pero ahora, con la tirana ocupando ese cuerpo, aquellos que buscan destruirla, pagarán con creces, porque la tirana, no perdona.
NovelToon tiene autorización de Arhuchim para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 21.
Antes de ser Abigail Baskerville, la emperatriz tirana, ella nació siendo la hija de una esclava, una la cual fue engañada por uno de los nobles que visitaban la mansión de sus amos, este le prometió comprarla y casarse con ella, la joven creyendo en esas palabras y con la ilusión de ser libre, creyó en ese hombre entregándose por completo a él, pero, aquel hombre solo se divirtió con ella un par de veces y después le dio la noticia que él ya era casado.
A los pocos meses, la joven esclava sin saber nada, veía su vientre crecer, hasta que le dijeron que era porque estaba embarazada, por supuesto esto la lleno de miedo, ella era solo una esclava, ¿como cuidaría de un bebé?, y claro, sus amos también se enojaron al saber sobre su embarazo, pero después el señor de la mansión dijo que pueden criar al bebé, después de todo, un esclavo más no viene mal.
Y así, la esclava dio a luz a una pequeña bebé, hermosa de cabello dorados y ojos miel, lo cual causo intriga en los señores de la mansión, pues les hizo cuestionarse quien era el padre de la niña, aun así lo dejaron pasar y cuando la pequeña tenía cinco años, esta comenzó a trabajar igual que su madre, desde el amanecer hasta el anochecer, no había descansó y casi siempre era golpeada por la señora y sus hijas cuando hacía algo mal, no había compasión solo porque era una niña.
"Eres una inútil, no sabes siquiera traer una bandeja." Grita la señorita mayor, quien le da una cachetada a la pequeña Abigail.
"Eres una estúpida, ¿tienes idea que pasará si le dejas una cicatriz a mi hija?" Agrega la baronesa Harrigan.
Pues Abigail no pudo con el peso de la bandeja y el té caliente cayó sobre el vestido de la Harrigan menor. Quien había sido llevada por las otras doncellas para cambiarla. Abigail se aguantaba las lágrimas y tenía sangre en el rostro debido al golpe las uñas de la señorita mayor la había rasguñado. Más tarde, Abigail fue llevada ante la señorita menor, el vestido ya de por si desgastado de la niña fue roto y la señorita no dudo en golpearla con una látigo en la espalda, hasta hacerla sangrar y sin importar que la madre de la niña suplicara piedad por ella.
Con el pasar del tiempo, la madre de Abigail falleció debido al cansancio físico y la mala nutrición, mientras que Abigail, apenas pudo llorar a su madre, porque sin importar su dolor, ella debía trabajar y aguantar los castigos porque al crecer, su belleza comenzó a resaltar, esto, llamo la atención de los hombres que visitaban la mansión, quienes intentaban acercarse a ella, causando celos de parte de las dos jóvenes Harrigan, pues incluso sus prometidos se fijaban en Abigail.
"Eres una zorra, quieres que mi prometido te lleve de aquí, ¿no?, pues eso jamás pasará." Asegura la hermana mayor.
"No eres nada, solo te quieren para satisfacer sus deseos como la zorra que eres." Agrega la hermana menor.
La baronesa hizo que arrodillaran a Abigail para castigarla y ambas hermanas se turnaron para golpearla hasta dejarla casi muerta. Ella fue llevada casi muerta a su habitación, donde la dejaron tirada en un viejo colchón que estaba sobre el piso. Abigail sentía morirse, el dolor era insoportable, su cuerpo no podía moverse y lloraba, preguntándose el porque ella tiene que vivir de esa manera, si tan solo fuera libre, si tan solo no fuera una esclava, no pedía mucho, solo libertad, no, no solo buscaba libertad.
"Yo deseo...¿que deseo?"
Abigail cerro los ojos recordando su infancia, ella siendo castigada, su madre suplicando perdón y pidiendo tomar su lugar, todas esas veces en las que las Harrigan desquitaban su enojo en ella sin razón, todas esas veces que los hombres intentaron abusar de ella.
"Yo deseo...venganza."
Su cuerpo comenzó a cubrirse de un aura oscura, las heridas de su espalda desaparecían, incluso las cicatrices antiguas se iba borrado, Abigail sentía la energía fluir por su cuerpo, se levanto y el dolor se había ido, pero, el dolor en su alma permanecía, un dolor que se iba transformando en deseos de venganza, su dolor solo sería aliviado con la muerte de sus enemigos, pero para lograrlo necesitaba algo más que solo la magia que fluía en su cuerpo.
Y ese algo llegó, cuando al cumplir 16 años, su amo, quien quería quedar bien con el emperador y al saber que este disfrutaba de tener mujeres hermosas, decidió que le entregaría a Abigail como una esclava sexual, por eso, una noche hizo que sus sirvientes la llevarán a una sala donde un médico la examino para asegurarse que aun era virgen y al comprobar esto, al día siguiente la llevó ante el emperador.
El emperador, un hombre en sus 30, de apariencia poco agradable y cuerpo robusto, quedo encantado con la belleza de Abigail y el hecho de que fuera aún bastante joven, le encanto más, en pocas palabras, ese hombre era solo un pedofil* que disfrutaba de abusar de jovencitas. Pero sin saberlo, la presencia de Abigail, era solo el inicio de su caída.
Abigail fue llevada hasta a los aposentos del emperador, pero a diferencia de otras niñas, ella estaba calmada, sin llorar. Cuando el emperador llego, hablaba de lo bien que la pasarían y que si ella lo sabía complacer, tendría las mejores joyas y vestidos. Pero, tras beber el vino de su mesa, este cayo inconsciente, causando que una sonrisa ladina se formará en el rostro de Abigail, ella camino hacía el emperador.
— claro que la pasaremos bien, viejo estúpido.— le patea la cara.
Al día siguiente, cuando las doncellas llegaron a limpiar la habitación, el emperador dormía plácidamente en su cama, mientras que en un rincón estaba Abigail, envuelta en una sábana, con el cabello y rostro golpeado mientras lloraba. Las doncellas sintieron pena por ella, pero, ¿que pueden hacer?, solo la sacaron de la habitación y la llevaron a bañarse.
Durante varios días el emperador solo mandaba llamar a Abigail a su habitación, por supuesto, nadie sabía lo que realmente sucedía en esa habitación, Abigail usaba su magia para mantener el control en el emperador y
gracias a eso Abigail comenzó a disfrutar de los lujos que ofrecía el palacio, sus vestidos eran de la mejor tela, las joyas de la mejor calidad, las concubinas empezaron a sentir envidia debido a que una esclava estaba ganándose el favor del emperador, incluso la emperatriz estaba molesta por esto, así que cuando se cruzo con Abigail no dudo en hacer que sus sirvientes la castigarán a latigazos, claro que cuando el emperador se entero de esto, la emperatriz recibió un castigo, siendo obligada a tomar veneno y así, el puesto de emperatriz quedo libre.
Las concubinas luchaban por ganarse al emperador para poder subir al puesto, pero el emperador inesperadamente nombro a Abigail como su mejor opción, los nobles se alborotaron por esto, ya que ella era una simple esclava que le fue regalada, esto no le importo al emperador, así que no tardo en organizarse la boda y la ceremonia de coronación.
La familia Harrigan obviamente estaba presente y todos estaban pasmados al ver como era nombrada emperatriz la esclava cuya vida hicieron un infierno. El Barón Harrigan jamás imaginó que entregar a la esclava se volvería su sentencia de muerte. Pues a los pocos meses de subir al trono, el emperador fue encontrado muerto y las pistas determinaron que el Barón Harrigan fue el culpable, ¿por qué?, por qué no soportó que la esclava que le había regalado al emperador se convirtiera en emperatriz, porque años atrás cuando el emperador recién subio al trono, ofreció a su hija y este la rechazo por no ser lo suficientemente agraciada y joven.
Toda la familia fue llevada al patio de su propia mansión, los obligaron a arrodillarse y fue así como vieron llegar a Abigail, con una espada en mano, actuando dolida por la muerte de su "amado" esposo. Los Harrigan suplicaron perdón, asegurando que el Barón no hizo nada.
—¿te detuviste cuando yo te pedía piedad?— le murmuró a la hija mayor.
Esta temblo al escuchar la voz de Abigail y al notar su mirada llena de odio hacia ella. Abigail solo sonrió y atravesó su espada en el pecho de aquella mujer ante el grito desesperado de la familia.
— yo Abigail Baskerville emperatriz de Rumilya, condeno a muerte a los asesinos de su majestad el emperador.— grita Abigail.
Y así, ante la mirada de todos los caballeros presentes, Abigail corto las cabezas de los Harrigan. También se encargo de aquellos hombres que se atrevieron a acosarla cuando era solo una esclava de los Harrigan.
Los nobles de la corte no estaba felices, no querían que una mujer los gobernara, así que empezaron a presionarla para que se casará con un noble y que este subiera al trono. La respuesta de Abigail fue algo que nadie esperaba, la cabeza de los tres ministros principales exhibidos en las puertas del palacio. Aun así, los nobles seguían insistiendo en que el imperio necesitaba un emperador, que una mujer no era lo suficientemente capaz, en especial cuando otro imperio les declaró la guerra, querían aprovechar que una mujer estaba al mando para tomar Rumilya.
Abigail reunió a sus tropas, trazo estrategias, pero aun así, muchos soldados se negaban a combatir teniendo a una mujer al mando, así que Abigail, usando el conocimiento que adquirió desde que llego al palacio, uso su magia para invocar espectros, todo ante la mirada de sus solados, asegurando que no necesitaba de humanos débiles y cobardes, si ella puede tener un ejército más poderoso y útil. Y así, Abigail ganó su primera guerra, los soldados que si la siguieron vieron a la mujer despiadada que era, no se tentaba el corazón ante sus enemigos, su corazón no conocía la compasión.
Con los años, Abigail fue conquistando reinos e imperios, nada ni nadie la detenía, unificó todo el continente y no permitía que ningún noble abusara de su estatus, habolio la esclavitud y dio mas derechos a las mujeres, esto por supuesto no le gustaba a los hombres, debido a esto es que muchos nobles la consideraban una tirana, porque solo hacía lo que fuera favorable para ella, ya que se conocía su origen como esclava. Aún así, hubo hombres que quisieron casarse con ella, con la intención de quitarle todo el poder, pero ella no acepto a nadie y cuando empezaron a hablar sobre la falta de un heredero, los nobles ya hacían planes, porque cuando ella muriera, ellos podrían recuperar el poder.
Abigail al saber esto, no dudo en buscar un candidato perfecto para engendrar un hijo, lo único que necesitaba era un hombre sano, fuerte, con magia poderosa, para que su hijo heredera todas esas cualidades. Finalmente escogió a un joven mago, alguien de su edad y quien siempre estuvo entre sus tropas como un fiel soldado. Ella le hizo saber lo único que necesitaba de él, más no se casarían, solo sería un amante hasta que su semilla se plantara en ella, el chico acepto y tan pronto se supo que estaba embarazada, comenzaron a cuestionarla, ya que no estaba casada y que ese hijo sería solo un bastardo.
— bastardo o no, es mi heredero y quien diga lo contrario, perderá su lengua.— advirtió.
Cuando Abigail dio a luz, este fue un niño, a quien de inmediato nombre su heredero y en cuanto al padre del niño, este se marchó del palacio, tal como prometió, guardo silencio, jamás dijo que era el padre del príncipe heredero y guardo como un lindo recuerdo los momentos que paso con Abigail, se casó y tuvo a sus propios hijos. Mientras que el heredero de Abigail, fue educado por ella, creció con la misma mentalidad que su madre, nadie podía manipularlo, así que a la edad de 20 años, se convirtió en emperador, mientras que Abigail pudo vivir sus días en paz, viendo con orgullo todo lo que había logrado hasta el final de sus días, se fue tranquila, teniendo a su hijo y nietos a su lado.
°°°