Las Crueldades De Esta Vida

Marcus se lleva a Viki al apartamento para que pudiese darse un baño y estar más tranquila, de ese modo él también estaría tranquilo viendo que ella estaba a salvo y al lado suyo.

La enfermera había sido mandada a casa para descansar y recuperarse del susto de haber pasado por todo aquello. Marcus se había encargado de agradecer personalmente a los involucrados por haber aportado algo por la seguridad de Viki. Ella permanecía sentada en el sofá con los brazos alrededor de sus piernas, todo aquello había hecho que antiguas emociones volvieran fuertemente, ver a Maikon y saber que había sido capaz de causarle tanto mal a Nina solo por llevar a un hijo suyo dentro de sí, eso demostraba cuan perturbado estaba aquel hombre, de cuanta suerte tuvo aquel día. Las lágrimas con un toque cálido caen por sus mejillas y ella se permite ese momento para limpiar el alma y aligerar el corazón, Marcus estaba preparando algo en la cocina y al terminar de preparar la mesa pasa a la sala para llevar a Viki hasta la mesa y cenar juntos.

Al verla de aquella manera se le aprieta el corazón, la mujer que había despertado sentimientos dentro de él estaba pasando por un mal momento y él no era capaz de hacer más que permanecer a su lado cuando ella lo quisiera y darle su espacio y apoyo de lejos cuando ella quisiese un momento a solas. Se sienta lentamente cerca de ella en el sofá y deja su mano levemente sobre sus hombros.

_Viki, la cena está lista. Comamos un poco y luego descansas.

La manera en la que Marcus hablaba con ella era tierna, ella se preguntaba cómo un hombre tan varonil y con una voz tan profunda y sensual podía sonar tierno y suave.

_Esta bien. ¿Has tenido noticias de Nina?

_Vayamos a comer y te cuento.

Marcus la ayuda a ponerse de pie e ir hasta la mesa, ya en la mesa se sienta al lado de ella y se encarga de servirle la comida aun cuando ella dijo que no era necesario.

_En ocasiones eres un poco testarudo.

_Lo sé, pero me gusta ser así contigo.

_Te agradezco todo lo que haces por mí.

_No es nada, solo quiero verte bien, que vuelvas a ser aquella mujer fuerte y risueña que conocí hace unos meses en la oficina… Los médicos han dicho que Nina está en cuidados intensivos, por el momento el cuadro de ambos no es muy estable, pero ambos han demostrado bastante fuerza y ganas de vivir.

_Me alegra oír eso. Ese bebé no tiene la culpa de todo lo que ha sucedido, Nina ha hecho cosas horribles estando con Maikon, pero si te ha dicho que está dispuesta a pagar por sus errores debe de ser porque trata de ser mejor persona para ese pequeño que viene en camino.

Marcus había terminado de servir la comida y le pasa el plato a Viki con un vaso de jugo fresco.

_No sé cuáles hayan sido las causas de ese cambio repentino, estuve hablando con los abogados y han dicho que pueden solicitar un acuerdo para que ella pague sus crímenes desde la comodidad de su casa, eso debido a su embarazo, pero eso solo será posible si tú aceptas el acuerdo. No quiero que te sientas en la obligación de aceptar debido a su condición, has lo que te parezca mejor, yo te apoyaré en lo que decidas.

_Marcus, eres un buen amigo.

Aquella palabra lo había lastimado más de lo que se hubiera imaginado que fuese posible, "amigo", ¿cómo era posible que doliera tanto escuchar eso viniendo de ella?

Marcus sigue el resto de la cena en silencio, se había perdido en sus pensamientos y en la amarga sensación que lo dominó luego de aquellas palabras. Solo ayuda a Viki a ir hasta su cama y luego de desearle buenas noches, fue hasta la sala y se dejó caer sobre el sofá, no se sentía seguro de ir hasta la habitación, aún sabiendo que Maikon no podría llegar ahí y llevarse a Viki prefería permanecer atento.

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Marcus seguía dormido en el sofá cuando el rico olor a tocino y huevos revueltos lo envuelven, abre los ojos reclamando de la claridad del lugar y luego se dirige a la cocina, Viki estaba de espaldas a él preparando un poco de jugo y dejando el tocino y el huevo en los platos.

_Buenos días.

La voz de Marcus sonaba un poco más ronca de lo normal, la profundidad y fuerza de su voz provocaba varias cosas dentro de Viki, pero no sabía de qué se trataba.

_Buenos días, dormías tan cómodamente que me dio pena despertarte. Siéntate, me tomé unos minutos y preparé un desayuno reforzado.

_Por favor toma asiento y deja que yo ponga la mesa, no deberías estar esforzándote de esta manera.

_No es nada, solo lo hago con más calma y no pasa nada.

_Aun así, no me gustaría verte mal nuevamente.

_Tendré más cuidado, lo prometo.

Marcus termina de poner la mesa y disfrutan del desayuno. Él se había tomado el día libre para permanecer al lado de Viki, ambos hablan, disfrutan de una película, música y algunos juegos de mesa para pasar el día. La diversión fue tanta que ambos se sorprenden cuando notan la hora, ya eran las 11 de la noche y ambos seguían hablando sobre sus actividades favoritas o libros recomendados.

_Este ha sido el mejor día de todos, me la pasé muy bien contigo Viki.

_La verdad ni he notado como pasaron las horas, eres muy divertido, no pasas esa vibra en la oficina.

_No se lo digas a los demás, prefiero que sigan creyendo que soy un jefe amargado y mandón.

Ambos ríen por el chiste de Marcus y van a la cocina para comer algo leve e ir a descansar.