Alessandra creía que estaba sola en el mundo, pero nunca se dio cuenta de que siempre estuvo rodeada de personas que la amaban. Ahora, como Diana, debe averiguar como llegó a este mundo, y en el camino aprender a expresar y defender el amor que siente por los que la rodean.
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Solo un baile
Diana no podía alejar la vista de su pareja de baile y él notó inmediatamente que había atrapado su atención. Desde que tomó su mano él también percibió una especie de chispa que recorrió todo su cuerpo, verse en los ojos de esta chica es como entrar en un bello lago a nadar del que no desea salir, y su sólo tacto le da la sensación que se trasladaron a otra dimensión.
Killian Draccor: Si me sigue viendo así, tendrá que hacerse responsable de mí señorita. (Dijo con una sonrisa coqueta)
Diana: Discúlpeme Alteza si he sido muy imprudente (y bajó inmediatamente la mirada).
Killian Draccor: (Con un rápido movimiento, levantó suavemente el rostro de la niña y la miró directamente a los ojos) No quiero que deje de mirarme, su belleza también me ha dejado asombrado, ¿puedo saber su nombre?
Diana: A cualquiera que le pregunte por mí se lo dirá, aunque las referencias que le den no serán las mejores. Inclusive, eso mismo podría desilusionarlo, por eso prefiero no ser yo quien porte malas noticias.
Killian Draccor: Vaya así que es un enigma, usted sí que sabe atrapar mi atención. Sobre los rumores, nunca me he dejado influir por eso, en mi experiencia, todo lo malo suele ser exagerado por gente envidiosa del éxito de otros… y lo extremadamente bueno, suelen ser mentiras con las que tratan de engañarnos para obtener algún beneficio. Nadie es totalmente bueno o malo.
Diana: Sabias palabras majestad. Entonces, una vez que sepa mi nombre y antecedentes, si por casualidad volvemos a encontrarnos, con gusto aclararé sus dudas, de cualquier forma, no hay nada mejor que comprobar algo yendo a la fuente original.
Killian Draccor: ¿Encontrarnos por casualidad?
Diana: Sí, debe ser la casualidad o el azar que cruce los caminos. Tengo una teoría, si algo te pasa una vez, disfrútalo o vívelo de la mejor manera, puede que no se repita; pero si pasa dos veces, es seguro que ocurrirá una tercera, en ti está el dejarlo ir o quedarte.
Killian Draccor: Muy interesante teoría señorita…
Estaba a punto de seguir hablando cuando escuchó un fuerte carraspeo por parte del Rey, pues la pieza musical ya había terminado y ellos seguían danzando sin darse cuenta de lo que ocurría a su alrededor.
Luego de esto, el Duque Donnelly se disculpó discretamente con el Rey y la Reina y se marchó del lugar junto con Diana, dejando al Emperador intrigado por la hermosa joven. Todo claro, ante el evidente disgusto de William, quien hoy tampoco pudo ni siquiera acercarse a la chica, aunque ya había decidido hacerle el favor de bailar con ella.
Killian Draccor: ¿Quién es la joven? (pregunta mientras ve cómo se la lleva su padre abrazándola).
Isabel de Ares: Es Diana Donnelly, Majestad, hija del Duque Donnelly. Es una de las jóvenes más brillantes del reino, tiene 14 años y ya está en el tercer grado de la Real Academia.
Killian Draccor: Vaya. Si es la hija de un duque ya debe estar comprometida, ¿es correcto?
Isabel de Ares: (Mirando a su hijo que quiere asesinar al Emperador) No majestad, muchos hemos tratado de que se comprometa en matrimonio, pero nuestros hijos tampoco han mostrado interés en la joven, así que ella es libre. [Lo siento hijo, pero tal vez un poco de competencia te haga despertar.]
William: (Indignado) ¡Madre! Al emperador no le interesan nuestros problemas.
Killian Draccor: Se equivoca joven Príncipe, como sabe, tengo 19 años y ya que he tomado el puesto de mi padre, pronto deberé casarme, así que estoy interesado en saber el estatus de las bellas damas que llamen mi atención.
William: (Apretando los puños) Pues debe saber que esa joven está perdidamente enamorada de mí y hasta hace poco mis padres estaban en pláticas con el Duque para un compromiso matrimonial, eso pese a que no posee ningún atributo mágico y demasiado tonta y fea.
Killian Draccor: (En ese momento se dio cuenta de la situación y entendió lo que ella le dijo) Pero, por lo que me dicen usted y su madre, no llegaron a un acuerdo, ¿o sí Alteza?
Isabel de Ares: (Enfática) No majestad, mi hijo manifestó su total desinterés hacia la chica, así que todo fue cancelado. (Comentó ante la mirada indignada de su hijo).
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