La vida de Loreta Rosietti, cambiara por completo de un día para el otro, cuando siendo ella la única testigo en presenciar el asesinato de su jefe tiene que buscar al hijo ilegitimo de este, para que se haga cargo de la compañía y le brinde su protección. Con el pasar de los días ella descubrirá que el señor O'Connor no solo era un ceo importante sino el jefe de la mafia y todo lo que parecía ser legal era solo una fachada para ocultar su verdadera identidad. Sin embargo no solo se verá envuelta en varios infortunios a medida que conoce a su protector si no que ni siquiera se imagina que el destino la pondrá de nuevo frente a un hombre que por años intentó olvidar y por el cual guarda mucho rencor o al menos eso cree.
Con tal de vengarse de su ex prometido ella hará una alianza con su nuevo jefe, pero los sentimientos que despiertan ambos hombres en ella hará que caiga en una red de confusión de la que es muy difícil salir.
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Capítulo N°19
Durante la noche, el calor era agobiante en el cuarto asignado para las hermanas, Loreta sentía que su boca estaba seca, su cuerpo humedecido por el sudor y cada segundo que pasaba le costaba respirar. Con calma abrazó a la niña que permanecía a su lado en la inmensa cama, la observó descansar por varios minutos, respiró su dulce aroma, hasta que sus ojos se cristalizaron y se apartó sintiendo remordimiento.
— Lo siento bebé, fui una tonta —murmuró entre dientes—. No pude protegerte.
Lucia estaba tranquila, durmiendo plácidamente alejada de todo mal, mientras que ella no podía controlar la ansiedad y los nervios por saber que pasara en un futuro con sus vidas, Dimitrio le había pedido tiempo para pensar una respuesta y ella no tenía mucha paciencia para esperar su mente divago en el instante en que ella con determinación habló
— ¡Quiero ser yo la que acabe con ese malnacido!—se giró y con determinación le pidió—. ¡Enséñame a ser una mafiosa como tú!
Sin embargo luego de unos segundo que parecieron eterno él respondió
— Lo pensaré —había sido su respuesta antes de salir se su despacho y dejarla unos minutos a solas.
Él sabía que entrar en el mundo de la mafia era fácil, sin embargo jamás podría salir y si lo lograba siempre la mujer sería tildada como una traidora y su vida nunca volvería a ser la misma, por eso debía pensar muy bien antes de decidir.
— Acepta, por favor —suplicó antes de que la puerta se cerrara y la soledad la envolviera en sus brazos.
Aunque a ella no le importaba vivir como una delincuente, con tal de proteger a su pequeña hermana, él quería estar seguro de hacer lo correcto, antes de tomar una decisión.
La niña se rió entre sueños, seguramente estaba recordando alguna escena de la película que vio con Danilo, y Loreta volvió a la actualidad e intentó calmarse, pero le fue imposible.
Con insomnio, sin poder dormir esperaba que la respuesta de Dimitrio sea positiva o no podría soportar un segundo más con la carga que sentía sobre sus hombros.
Acariciando el cabello de la niña no podía dejar de pensar en el daño que le provocó ese infeliz y como ella fue tan ingenua de no darse cuenta, no tener una leve sospecha de lo que le sucedía y con culpa, una gran culpa, susurró besando su cabeza.
— Lo haré pagar por todo, con o sin ayuda de Dimitrio ese monstruo va a morir. Te lo prometo.
La niña se removió en la cama, intentando alejarse de ese murmullo y Loreta se separó un poco de su agarre para permitir que descanse.
Cansada de dar vueltas en la cama se puso de pie, se envolvió en la bata de baño, que muy generosamente le prestaron y salió del cuarto en busca de un vaso de agua para saciar su sed.
La sala estaba iluminada muy sutilmente con unas lámparas que colgaban del techo, dando un aspecto suave y tenue al lugar, lo que le facilitó la visión para no tropezarse con los muebles, todo lo demás estaba a oscuras salvo por un cuarto del cual la luz se filtraba por debajo de la puerta. Por instinto caminó hasta ese lugar y el sonido de unos golpes secos y gemidos de dos personas llamaron su atención, de inmediato supo qué se trataban de Dimitrio y Danilo. Apoyando su cabeza sobre la madera para oír con más precisión lo que estaba sucediendo, se sorprendió al escuchar la voz agitada del próximo líder de la mafia.
— ¡Necesito sentir dolor, hazlo más rudo!—exigió.
— No quiero lastimarte —contestó Danilo agitado de la misma manera.
— Mi cuerpo está acostumbrado a ti, solo hazlo —ordenó.
— De acuerdo.
Efectivamente ellos dos estaban en ese lugar, y por la forma en que de sus labios se escapaban algún que otro sonido, Loreta pensó que estaban haciendo algo muy íntimo y que podía ser un cuarto secreto, esos especiales como los que salen en las películas eróticas y sintió mucho más curiosidad por ver cómo era esa habitación.
Su corazón comenzó a latir de prisa, imaginando que Dimitrio la esposaba en una cama de tortura y con un látigo le daba pequeños golpes en sus nalgas mientras que ella le pedía que sea más rudo. Ella mordió su labio inferior, su cuerpo palpitaba ansioso por estar con él y simplemente dejó escapar un suspiro de sus labios, ese hombre era un desperdicio, ella no tendría nunca una oportunidad con él y sus gustos eran más que evidentes al escuchar detrás de la puerta como él le exigía más y más a su asistente.
Loreta cerró sus ojos intentando concentrarse para ver si podía oír algo más, su curiosidad, esa que siempre le traía problemas era mucho más fuerte que la razón. De repente sus fantasías fueron interrumpidas cuando el sonido mermó, se hizo más suave, hasta que el mutismo se volvió absoluto y ambos hombres guardaron silencio. De repente sintió como perdía el equilibrio y la puerta se abrió de par en par haciendo que su cabeza se golpee contra algo duro, humedecido y con aroma varonil.
Los brazos de Dimitrio la sostuvieron justo a tiempo antes de que cayera al piso y con curiosidad y evidente preocupación preguntó
—¿Qué haces despierta? ¿Te encuentras bien?
—Yo… yo estaba buscando la cocina —respondió abriendo al fin sus ojos y descubriendo que estaba apoyada sobre el torso desnudo de Dimitrio e instintivamente quiso apartarse de esa masa de músculos—. Lo siento, no fue mi intención interrumpir, sea lo que sea que estabas haciendo en este lugar con tu asistente. Te juro que no vi nada y tu secreto estará a salvo conmigo, tu vida privada y sexual no me interesan en absoluto.
Dimitrio levantó una ceja con curiosidad, al ver el rostro sonrojado de la joven y que hablaba con cierto pudor.
— Mmmm, creo que tendré que asegurarme de que eso sea verdad.
—Te lo juro, no me importa sí eres gay, sí tienes una relación con tu secretario, lo que sea no es de mi incumbencia, pero por favor necesito tener una respuesta o no podré dormir en toda la noche.
Dimitrio se apoyó en el marco de la puerta y contempló a Loreta envuelta en esa bata de hotel y sintió deseos de arrancarle esa prenda y demostrarle que tan gay era, pero se contuvo y sin embargo comenzó a reír.
—¿De qué te ríes?—interrogó con fastidio—. ¿Acaso tú siendo como eres puedes ser un mafioso y yo por ser mujer no?¡ No me parece justo! —dijo cruzándose de brazos.
Él extendió su mano y agarrando con fuerza el cinturón de la única prenda que cubría su lencería, la atrajo hacia sí y le susurró .
— Para dejarlo muy en claro, no soy gay preciosa y que lo pienses me ofende.
— Pero los oí gemir—aclaró y trago seco.
—Y ahora te haré gemir a ti —comentó, se giró sobre sus talones y sin dejar de sostener el cinturón la obligó a caminar al interior de su gimnasio personal.
Danilo se encontraba en el piso, tirado sobre una colchoneta, con unos guantes de boxeo colocados en sus manos, su respiración errática demostraba cansancio y en sus costillas se podían apreciar algunos moretones.
— ¿Se encuentra bien?—preguntó comprendiendo que solo se estaban ejercitando y su cara cambió de color al recordar sus pensamientos.
—Sí, solo le pegué en la costilla sin querer y le corté la respiración, le tomará unos minutos reponerse, sin embargo a ti te costará mucho más tiempo.
—¡¿Qué?!
— Así es, una vez que empiece contigo, no solo no podrás respirar, sino que me pedirás que no me detenga —habló en doble sentido mientras caminaba a su alrededor sin dejar de mirar su cuerpo, como un depredador que acecha a su presa—. Contigo pienso hacer todo lo que esa cabecita retorcida se imaginó que estaba haciendo con Danilo.
—¿Eso quiere decir que aceptas enseñarme a ser una mafiosa?—preguntó desafiante y sosteniendo su mirada ignorando sus insinuaciones.
—Sí —fue su simple y contundente respuesta.
— ¡Gracias, aprendo muy rápido y sé que no te voy a defraudar!
— No me lo agradezcas, todavía no sabes si podrás soportarlo.
— Soportaré lo que sea.
Dimitrio se alejó y acercándose a su mano derecha lo ayudó a incorporarse.
— Danilo, terminamos por hoy —le dijo palmeando su espalda una vez que estuvo de pie.
— Muy bien, pero déjame decirte que solo me golpeaste porque me distraje al ver a nuestra espía en la puerta.
— ¡¿Cómo me viste?! —preguntó con asombro.
— Por la cámara de seguridad —explicó mientras le señalaba un monitor de vigilancia, donde se podía observar el ingreso a ese cuarto y gran parte de la sala.
— Esa es la excusa más tonta que escuché en mi vida —bromeó Dimitrio—. Aún eres un debilucho.
— Piensa lo que quieras —respondió ofendido.
— Sabes que tengo razón.
— Lo sé —aceptó al fin su derrota—. Dimitrio, será mejor que descanses, mañana nos espera un día complicado y no debes desvelarte —sugirió Danilo mientras que se quitaba uno de los guantes con ayuda de sus dientes.
— No te preocupes, me iré a descansar en cinco minutos.
Loreta comprendió que lo mejor era volver a la cama, así que conforme porque había obtenido su respuesta se giró en dirección a la puerta pero Dimitrio la detuvo.
— No tan rápido señorita, tenemos que hablar y aclarar algunas cosas.
— ¡Maldición! —susurró entre dientes.
Danilo pasó a lado de la joven con una sonrisa burlona en sus labios, le guiñó un ojo a su amigo y cerró la puerta dejándolos completamente solos y cerrados herméticamente en ese lugar. El asistente sabía que únicamente con la clave de seguridad, esa joven podría salir de ahí y conociendo a su amigo, no se la daría tan fácilmente, antes la haría pagar por su osadía.
preparense que comenzó la guerra, entre Luca, Dimitrio y Loreta, quien gana a quien 😏