Entre la oscuridad y el eco de la sangre derramada, dos almas se cruzaron:
Elara Veyren, que deseaba liberarse del dolor, y Nyssa, que ansiaba una nueva vida.
El destino unió sus caminos.
Cuando Elara murió, Nyssa fue arrastrada hacia la luz, encadenada a ese cuerpo que dejaba de latir.
Cuando abrió los ojos, no estaba en el campo de batalla.
Estaba en la iglesia, vestida de novia… el día de la boda de Elara.
Pero ya no era la tímida joven.
Ahora, detrás de aquellos ojos grises, habitaba la mirada letal de La Furia Silente.
“Bien…
Me dan un matrimonio forzado, un esposo frío, una familia que la vendió…
No saben lo que acaban de desatar.”
Su sonrisa, apenas torcida y peligrosa, fue la primera señal de que la historia había cambiado para siempre.
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No lo tendrás
Selene consigo el cambio de puesto, pero termino en administración de alimentos. No pudo hacer más nada porque su padre ya no la escucho.
– Querías administración.. Y lo estás .¿Acaso solo tratar de estar cerca de Darius?
– No padre.. Es que
– Entonces es todo.. O fuiste capas de mentirme con lo de honor a los Petrovelo .. – Entre cerro los ojos con el ceño fruncido
– No padre.. Para nada - sonrió con falsedad.《 Maldita sea.. Si no puedo estar cerca de el.. Entonces tú tampoco Elara》 pensó.
•
Los primeros días en Administración no fueron lo que Selene imaginó.
Papeles, registros, alimentos podridos que sacar, cajas que alzar y la mirada del viejo Ferio sin molestarla.
– Un solo error y lo reportare niña– advierte
Selene asintió molesta pero aprovecho los acceso a los depósitos.Ahí comenzó a hacer de todo para sabotear a Elara.
•••
Una mañana, Elara llegó corriendo al campo de entrenamiento, el cabello húmedo, los dedos envueltos en vendas.
—Llegas tarde otra vez —gruñó Treytan sin levantar la vista de los informes.
—Lo sé, señor. —respiraba agitada—. Se me perdio mi venda de cadete del uniforme y tuve que buscar otra.
Treytan la midió con la mirada. —Tres minutos tarde es una eternidad aquí. Nolo repitas.
—Entendido, comandante.
Apenas empezó el entrenamiento,su grupo fue a cambiarse las botas, Una de las suelas estaba floja. haciendo que en el entrenamiento se doblará el tobillo.
Tragó el dolor, siguió corriendo.
《 ¿ Pero que ?.. Esto no me gusta nada》 pensó Elara furiosa.
•••
Los días siguientes fueron peores.
Un casco lleno de Estiércol.
Sud correas cortadas
Su cuchillo sin mango.
Pequeñas cosas que, juntas, empezaban a molestar más que las heridas.
Elara empezó a dudar de todos, Gabriel era el único que no sospechaba pero estaba l límite de cansada y no tenía tiempo ni de buscar solo sabía que podría ser Selene, más que seguro aunque no la veía y esta parte de la historia no estaba en la memoria de la anterior Elara.Solo limpiaba, ajustaba, y seguía.
Treytan, sin embargo, empezó a notar como iba bajando su rendimiento o se suspendía.Una tarde la vio al final del campo, arrodillada sobre la tierra, desmontando su arma con una paciencia.
La limpió pieza por pieza, aceitó el mecanismo y la dejó lista.
La dejó en su casillero con precisión militar.
– Ya esta limpia.. Es hora de que te vayas Señorita. El comandante espera
– Sí señor.. Quería estar segura que lo deje bien.. Últimamente...
Elara no dijo nada, solo guardo el arma , Treytan levantó la ceja, la saludo y la viró irse.
•
Al día siguiente, cuando fue a revisar el armamento, la encontró otra vez cubierta de grasa vieja.
Demasiado, incluso para un error de mantenimiento. Frunció el ceño. Elara estaba furiosa mirando el arma.
《 Pero que carajos...Ahhh》apretó los dientes
—¿Tú limpiaste esto ayer, verdad? —le preguntó a Elara.
—Sí, señor. —respondió ella, tragando la rabia —. Estaba perfecta anoche.. Usted lo vio ¿verdad ?
– Sí.. Tranquila – notó su enojo – Ve por otra.
Treytan suspiro también dudoso 《 Esto es puro sabotaje.. Espero que no sea de quien pienso 》. Pasó un dedo por el gatillo: la grasa era espesa, negra, reciente.
Esa tarde, mientras Elara entrenaba, él recorrió el área de suministros.
En la puerta lateral, entre los registros y los repuestos, vio una figura moviéndose rápido.
Selene, estaba con las mangas arremangadas y trataba de cerrar un frasco de grasa con torpeza.
Al notar su presencia, escondió las manos detrás del cuerpo.
Treytan se detuvo frente a ella, sin expresión.
—¿Qué hace aquí, Señorita Petrovelo?
—Inventario, señor. Superviso entradas de material. —intentó sonreír, nerviosa ocultando sus manos.
Treytan bajó la mirada.
El olor era inconfundible: grasa industrial de mantenimiento de armas. La recorrió con la vista.
—¿Supervisa la grasa de las armas? Que yo recuerde no tienes autorización de registro en el taller —firme.
Selene titubeó.
—Se derramó en los estantes, estaba limpiando...
La miró de arriba abajo, Selene estaba temblando rogando que le creyera.
—Limpia bien, entonces. —se fue sin mirarla de nuevo.
•••
Al día siguiente, Elara volvió del campo con una herida en la mano.
El gatillo había resbalado.
Treytan la miró con preocupación.
— ¿ que ocurrió ?– tomo su mano limpiando la herida con su pañuelo –¿Otra vez con el arma trabada?
—Sí, señor… no entiendo qué pasa. Yo la revisé.
—Lo sé. —respondió él—. Esta vez déjala en mi despacho. Yo la revisaré
Elara asintió frustrada, siguió con el entrenamiento pero su humor no era nada bueno.
Selene, desde la ventana de mercadería fingió ordenar unos papeles, y anotar algo pero su sonrisa apenas pudo esconderse.
《 Pronto te quedarás sin puesto.. Espera y verás hermana. 》
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