UN AMOR TEÑIDO DE SANGRE

AROMA VARONIL EN MI PIEL

-Eso no me molestaría... Aunque lo otro tampoco. Dice Luis y me rio negando.

-Pues... Ve a pescar... Hay un océano de chicas esperando por ti. Lo incentivo.

-Y si en realidad quisiera contigo... Eso sería algo malo. Me consulta.

-Vaya... Eres directo. Le digo bebiendo mi trago

-No tan directo... Espere seis meses... Para tener el coraje de planteartelo. Me dice colorado.

-Es halagador que me consideres... Pero no siento atracción por ti... Solo sería sexo sin emocione. Le respondo.

-¿Es necesario las emociones?. Me pregunta.

-Asi que... Con tal de estar conmigo... No te importaría que no sienta nada por ti. Reflexionó.

-Eres sincera y directa ... Siempre dices lo justo ... Se que no mentirías ni dañarias de manera adrede. Me dice.

-Me agrada charlar y estudiar contigo ... Si se mezcla lo otro... Ya no sería lo mismo ... Prefiero seguir así... Debes buscar a alguien más para tus actividades físicas. Le comento.

-En que cambiaría. Me pregunta.

-En primer lugar ... Qué solo vamos a querer eso ... Cada vez que nos veamos... Y nada de estudiar... Nuestras notas vendrán a pique... Y de verdad quiero avanzar porque me está costando. Le digo.

-Acompañame. Me pide tomándome de la mano.

"Pero que pretende, le dije que no. Pero igual me lleva"

-Ya sabes... Qué jamás estuve con nadie... Y me dijiste que me ayudarías si te lo pedía ... Y quiero que me... Enseñes... Solo lo justo. Me dice.

-Entiendo que tengas miedo de cometer una tontería... Te puedo asegurar que una vez que inicias lo demás llega solo y no olvides protegerte. Le comento.

-Señorita. Aparece de la nada el profesor ante nosotros.

-No sabía que le atraía este tipo de eventos. Le comento, nerviosa.

-Fui invitado ... Para dar la bienvenida a los nuevos ingresantes... Y más que nada para que parezca que son supervisados. Dijo al beber un trago ignorando a Luis parado a lado mío.

-Es bueno saberlo. Le comento.

-No le molesta guiarme a la mesa de bebidas... Me invitaron está... Y ya se terminó. Comenta señalando su vaso vacío.

-Claro. Le digo y aprovecho a alejarme de Luis.

Al llegar pide uno y mientras se lo preparan aprovecho a preguntarle.

-Es la primera vez que lo veo en persona. Le comento.

-Si... Siempre las clases les di a distancia debido a que viajo mucho... Pero ahora regrese. Me responde.

-Hay algo que me estuvo molestando... Pero siento que lo ví antes. Le comento y me mira entre cerrando los ojos.

-No crea que es una de esas frases armadas solo para conquistarlo... Aunque es muy atractivo... Quiero decir ... Qué en verdad tengo esa sensación. Le comento nerviosa.

-La relación entre profesor y alumno no está permitido. Me dice serio.

-Ahora no estamos en clase. Le respondo y sonríe de lado.

-Bailas. Me consulta.

-Claro... En mi departamento tengo música... Si le incomoda que lo vean bailando conmigo. Le respondo, me mira sorprendido, bebé todo su trago y se va sin decir nada.

Suspiro hondo, siento que tiene algo que me incentiva a ser más osada al hablar con él, no me siento con los demás del mismo modo. Decido salir a tomar aire, ese ambiente me empieza a asfixiar.

Camino por la vereda solitaria, la noche está cálida pero a la vez se siente una brisa suave.

-No debes andar sola. Lo escucho al profesor a mis espaldas.

-Señor... Uso la misma técnica de él para que me diga su nombre.

-Johnson. (Me responde).

-No lo veo con cara de Johnson. Le digo.

-Suba... La llevo a su casa. Me dice marcandome su vehículo.

-Es así de amable con todos sus alumnos. Le consulto.

-No ... Solo con las que sufrieron un coma de sobre estudio. Me responde y sonríe sarcástico.

-No cree en lo que le dije. Le pregunto al verlo subir al tiempo que lo hago.

-Si hace ese tipo de diagnósticos... Puedo imaginar la clase de especialista que llegara a hacer. Me responde.

-Auch... Eso hirió mi orgullo. Le respondo sarcástica.

Me sorprende que me llevo a mi departamento sin que se lo dijera.

-¿Cómo supo donde vivía?. Le pregunto.

-Esta en su archivo. Me responde.

-Le invito un café ... Cómo agradecimiento. Le digo esperanzada de que diga que si.

-Solo será un café. Pregunta.

-Si quiere algo más, solo pida. Le aseguro, asiente y descendemos del vehículo para ir a mi departamento.

En eso aparecen no se de donde dos hombres altos uno de cabello blanco y otro negro, muy bien parecidos, parecen sacados de una revista.

-Debe acompañarnos. Le dicen serios al profesor.

-No es momento. Les dice serio el profesor.

-Debe hacerlo. Aseguran y por los gestos corporales noto que están tensionados, el profesor los mira de un modo fijo inhalando antes de responder.

-Llegado el momento lo haré. Fue su respuesta y me lleva del brazo cuando siento que lo jalan a él uno de los hombres. Se gira poniéndome a su espalda, enfrentándose a esos hombres que no lo logran mover con el golpe que le dan y él en un solo movimiento los lanzo al otro lado de la cera. Al hacerlo me alza en brazos y me lleva rápido a mi departamento, tan veloz que me resulta imposible creer.

-No dejes entrar a nadie. Me dice cerrando la puerta y dejándome ahí. Estoy afligida comiéndome las uñas al escuchar los sonidos como si dos autos se estrellaran, las alarmas sonando y después un silencio sepulcral.

Al rato me llaman a la puerta y de manera inconsciente me surge el nombre Liam, abro la puerta y lo veo agitado al profesor y su ropa rasgada.

-Pasa. Le digo llevándolo al sofá y le quitó revisando si tiene una herida, pero no tiene nada, pero las prendas indican lo contrario. Le entrego un vaso de agua, pero él lo deja a un costado y me mira de un modo con la respiración entre cortada.

Sus ojos se oscurecen y de manera institiva le beso los labios, él me rodea la cintura y sus toques son tan familiares que me aferro a recorrerlo con besos como siguiendo un camino que habia marcado, imagenes llegan en mi mente, sensaciones y emociones. Me apoderó de sus labios sentandome en su regazo, sus manos se aferran a mis caderas con ganas y nuestros besos se vuelven fogosos, llenos de deseo, como si nuestros cuerpos se conocieran al acoplarse de manera armónica, mis manos sujetan su rostro.

-Liam. Le susurro apoyando me rostro en su cuello mientras me besa el hombro.

-¿Cómo puedes recordarme?. Me susurra.

-Nunca te olvide. Le respondo abrazada a él.

-Trate de dejarte ir ... Pero eres el aire que necesito. Me dice suspirando mi aroma.

"Y porque no tolero ver que otro quiera tenerte", pensó Liam.

Me enderezó mirándolo a los ojos y uno mis labios a los suyos, él me succiona el aire como extrañando sentir mi sabor, desliza sus manos despejandome del vestido, sus toques son familiares, y me gusta, es lo que me hacia falta, por fin descifro lo que me hacia falta y era él.

-Ana... Me obligan a que debes ser parte de mi familia ... Esos hombres venían por ti... Creí que al alejarme se olvidaron de ti... Pero al no poder alejarme... Los traje a ti. Me susurra, mientras sus manos me recorren.

-Debo probar primero algo. Le digo deslizándome a recorrer sus pectorales con besos y deslizándome a su vientre. Él me toma de los hombros elevandome a besar mis labios haciendo que me siente acoplandome a él, me recorre un escalofrio al sentirlo, hace mucho no tenia una visita en mi avertura, veo que se le dibuja una sonrisa.

-¿Qué te divierte?. Le consulto con la voz cortada al jadear por sentir como su masculinidad golpea las paredes de mi femineidad completametamente sumergido.

-Fui un tonto al alejarme tanto tiempo de ti... Te extrañe un montón. Me dice al jadear y puedo sentir como se expande más su masculinidad en mi interior. Me aprieta mis glúteos mirándome de una manera intensa. Le quitó las prendas para sentirlo piel a piel, mis botones rosados se endurecen más al sentir el rose de su piel. Me rodea con sus brazos y nos fundimos en besos.

-Si no eres parte de mi familia... Vendrán por ti... Y me les enfrentaré al querer protegerte ... Así de importante eres para mí. Vuelve a insistir, se ve que eso lo tiene en vela.

-Sere de tu familia... Seré solo tuya. Le susurro recorriendo su cuello a besos.

-Estas segura. Me vuelve a consultar.

-¿Qué te preocupa?... Vamos a estar juntos... ¿No es así?. Le pregunto mirándolo fijo.

-Si... Serías mi compañera... Mia y de nadie más. Me responde.

-Que pena. Le digo a modo de broma y veo que no le gusta.

-¿Por qué sería una pena?. Me pregunta.

-Solo bromeó... Estaré gustosa de estar contigo... Si eres fiel a mi. Le digo mirándolo fijo.

-Pueeessss. Dice el muy cínico.

-Si es así... Si hay alguien más... No quiero. Le digo haciendo el amague de querer irme y me ataja de la muñeca.

-Eres la única... Y no solo lo digo para contentarte ... No pude volver a estar con nadie después de ti... Y Vi que tu no estuviste con nadie... Por más que se te presentaron las ocasiones. Me comenta.

-Asi que me espiabas. Le consulto.

-Mas bien... Te cuidaba. Me dice justo cuando los dos sentimos que el calor aumenta en nuestros vientres y él acelera el proceso con sus dedos en mi triangulo que me hace explotar, recorriendo un escalofrio por todo mi cuerpo. Me abrazo a su fisonomía besando su cuello no deseando apartarme de él. Sus manos me estrujan cada parte de mi cuerpo, sus labios desliza saboreando mi cuello hasta llegar a mis lomas, haciendo que el fuego crezca más, hasta liberarnos.

Terminamos justo que escuchamos la llave en la puerta. Él en un movimiento rápido toma nuestras prendas y nos encerramos en mi cuarto.

-Ana... Volví. Escucho la voz de Anto.

-Te trajimos a tu compañera. Escucho la voz de su hermano Karl.

-Son unos pesados... No estaba haciendo nada malo. Chilla Anto

-Estabas por hacerlo en el estacionamiento con ese chico... En qué cabeza cabe. Escucho a Julio molesto.

Resopló mirando a Liam que se me abraza de atrás.

-Voy a rescatarla. Le susurro y veo que pone cara de que no salga, le doy un beso me pongo una camiseta y shorts y salgo suspirando hondo.

-Chicos. Los saludo.

-Lamentamos despertarte... Pero queremos asegurarnos que no salga. Dice Karl.

-Gracias por traerla. Les digo señalando la salida.

-Bien... Dejamos que descansen. Dice Julio despidiéndose.

-Ash... Son unos pesados. Chilla Anto.

-Asi que en el estacionamiento. Le digo a Anto.

-Solo llegamos a primera base... Estaba tan candente con sus besos... Hasta que aparecieron el par a arruinarlo todo. Dice Anto.

-Lastima... Yo voy a dormir. Le digo despidiéndome.

-Dale Ana... Nos vemos. Me dice desganada dirigiéndose a su cuarto.

Ingreso a mi cuarto y Liam ya está cambiado.

-Me debo ir. Me susurra aferrado a mi cintura.

-No... Quédate. Le suplico.

-Nos vemos después. Me dice dándome otro beso profundo.

Salgo percatandome que ya no está Anto y le abro la puerta para que se vaya.

Cuando me giro para ir a mi cuarto casi me caigo de espaldas ella estaba parada atrás de mi.

-¿Quién era?. Me pregunta con una mirada pícara.

-¿Qué?. Le pregunto haciéndome la desentendida.

-No me mientas que saliste a ver qué tal el clima del pasillo... Me di cuenta que estabas con alguien... Por lo general me pides comer helado en mi cuarto ... Pero ahora me despediste enseguida. Me asegura mirándome fijo.

-Son solo ideas tuyas. Le digo, y ella me huele.

-Tienes un perfume embriagador... Muy varonil. Me asegura.

-Deja de olfatear. Le digo alejándome.

-Estas a la defensiva... Tengo razón... Me alegro por ti... Era hora que te midan el aceite. Me dice.

-¿Qué dices?. Me alteró.

-Aha... Ves.