La italiana y el CEO americano. Una Navidad muy diferente. Monalisa, una italiana fuerte, cariñosa, trabajadora, supertorpe o desastrosa, divertida y muy dispuesta, está pasando por un momento muy difícil. Se siente traicionada por las personas que más apoyó y amó, su familia y la de su exmarido. Cuando su matrimonio terminó, fue juzgada y culpada por todo, incluso por la infidelidad de su ex. Cansada de todo y de todos, incluidos sus parientes, y con la Navidad acercándose, decide visitar a su hija y ayudar a una antigua amiga que vive en Nueva York, para despejar su mente.
Abraham es un importante estadounidense, polémico en su vida personal, guapo y muy poderoso. Suele aparecer en público con mujeres bellísimas. Estuvo casado con una famosa actriz durante cinco años y tiene un hijo con ella. Tras la separación, comenzó una relación igualmente polémica, llena de infidelidades de su parte y altibajos con su antigua entrenadora personal, de la cual también tiene otro hijo. Como empresario, es muy respetado, pero su vida personal es bastante cuestionable. A pesar de tener 36 años, sigue disfrutando de fiestas y clubes nocturnos.
Surge un gran negocio, pero el lado personal de Abraham resulta ser clave para sus socios, y su reputación personal es un desastre. Esto puede convertirse en un gran problema, y Abraham necesita urgentemente ayuda en ese aspecto, ya que está interfiriendo en un trato que ha estado buscando por años. Necesita una mujer que lo ayude a mejorar su imagen.
Monalisa, por su parte, quiere un nuevo comienzo, una nueva vida y un nuevo rumbo. Sus destinos se cruzan y...
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Capítulo 19
Monalisa
Llegamos muy tarde a casa o digo muy temprano, pasadas las 4 de la mañana, confieso que dormí un poco sentada, estoy sorda y cama como te amo.
Abraham
Llegué hasta que temprano, siempre me quedo mucho más tarde, solo que no tenía ganas, en mi cabeza estaban mis hijos y una italiana... Acabo bebiendo otra dosis de whisky en mi sala con mi perro Thor, lo llamo y subimos, él tiene una cama en el pasillo, eso es casi a las tres de la mañana... Mejor dormir que a las 9 hrs Ruth va a traer a Vicky.
Ruth conversando con Davi
Ruth – Sabes querido, me da pena el niño Abraham, realmente es fiestero y bien desordenado, pero lo que Emma hizo con él fue una bajeza y peor lo que le hizo a su propia hija.
Davi – Amor, era evidente que solo quería su dinero y nada más. Hasta pensé que demoró en dejar a la niña con él. Nunca vi amor de ningún lado.
Ruth – Pues sí, él siempre salía con otras mujeres y ella solo no salía porque quería quedar embarazada de él, sabía que él exigiría el ADN.
Davi riendo – Ni siquiera hacía falta, la niña es igualita a él.
Ruth – Eso es verdad, y escucha bien lo que te voy a decir, pronto, pronto quien le va a armar líos a Abraham es Evelyn.
Davi – ¿Cómo así?
Ruth – Apuesto lo que quieras a que pronto deja a Cris con él.
Davi – Sé que Evelyn y Abraham no funcionaron y no hay amor, pero ella es diferente de Emma, no es solo interés. Evelyn es famosa, muy bien vista y tiene dinero, es una gran actriz.
Ruth – Sí, ella es bien diferente de Emma, pero no te engañes, no quiere criar al niño.
Davi – Mejor dejemos de hablar de esto.
Ruth – Estoy de acuerdo y Vicky debe estar despertando.
Abraham
Despierto son las 8:30 de la mañana, mejor levantarme, tomar un baño y esperar a mi princesita. Bajo y llega la señora Ruth, el señor Davi y Vicky, me entregan a ella y me avisan que se van a la casa de la hija en Nueva Jersey. Claro, me obligué a darles un descanso, los necesito mucho, aún más ahora con Vicky. Estoy viendo un dibujo con ella y pensando en el café de la italianita, qué café tan bueno, qué beso tan bueno... me reprendo mentalmente, ¡necesito parar con eso!
En eso suena mi celular y es Evelyn.
Abraham – Hola.
Evelyn – Hola, Abraham. Voy a salir con mi novio, vamos a Las Vegas y no tengo con quién dejar a Cris, lo llevaré a la señora Ruth, avísale.
Abraham – Es tu fin de semana, Evelyn, y además le di descanso a la señora Ruth.
Evelyn – Entonces lo llevaré a tu oficina, necesito que te quedes con él.
Abraham – Amo a mi hijo, pero necesitas entender que eres su madre y tienes responsabilidades también, y después estoy con Vicky.
Evelyn – ¿Con ella puedes quedarte?
Abraham – No es eso, Evelyn, ¿por qué no lo llevas contigo? Él me dijo que nunca sale contigo.
Evelyn – ¡Él tiene 7 años y no puede! Necesito salir de noche, tenemos una fiesta y no puedo llevar a un niño de 7 años.
Abraham – Ese niño de 7 años es tu hijo.
Evelyn – No vengas a darme lecciones de moral, tú eres peor que yo, me has traicionado más de una vez y sigues saliendo con...
Abraham interrumpiéndola – Solo que cuando él está conmigo, yo cuido y no salgo o siempre lo dejo con alguien.
Evelyn – Voy a llevarlo, ¿dónde estás?
Abraham – Ok, estoy en casa.
Evelyn – Cuando éramos casados ni casa quería comprar.
Abraham – No voy a discutir contigo, tráelo.
Evelyn – Lo dejaré en la portería, avisa a los seguridades.
Abraham – Ok.
Abraham
Avizo a los seguridades y me desespero, ¿cómo voy a cuidar de dos niños??? Si ya estoy aterrorizado y ni siquiera sé qué voy a hacer con Vicky. Señor, necesito ayuda, pero ¿a quién??? La señora Ruth ni pensarlo, no puedo, Martina está en Boston, donde su hijo se va a casar. Le voy a pedir a Monalisa, solo que ni el número de ella tengo, pienso y...
Martina, mi celular suena y es el señor Abraham.
Martina – Hola, Señor Abraham.
Abraham – Hola, Martina, ¿todo bien?
Martina – Todo bien, ¿y usted?
Abraham – Más o menos, necesito ayuda.
Martina – Estoy en Boston, señor, desafortunadamente no podré ayudar.
Abraham – Puedes, Martina, necesito el número de celular de Monalisa.
Martina pensando, hummm, ¿qué querrá con ella...?
Martina – Está bien,
Ella da el número, él agradece y cuelga.
Monalisa
Estoy dormida y me despierta mi teléfono que insiste en no dejar de sonar, ¡qué rabia!
Voy girando, tomo el celular, respondo y acabo perdiéndome, maldita sea, pensé que había más espacio en la cama, casi me mato...
Abraham
Ella responde y hace un gran ruido, señor, ¿qué está haciendo?
Monalisa con voz de dolor y sueño - ¿aló?
Abraham - Monalisa
Monalisa se sobresalta, como hablaba con él varias veces durante el día, reconocía su voz por teléfono.
Monalisa
Estoy caída en el suelo, ni sé si estoy viva o muerta, contesto el teléfono y, Dios mío, es el señor Abraham, ¿será que ya es lunes? (solo que esta última parte la dice en voz alta)
Abraham riendo - No, Monalisa, es sábado.
Monalisa - Disculpe, señor Abraham, es que salí con las chicas anoche y no debía, estoy perdida...
Abraham se ríe - No estamos en la oficina, puedes llamarme Abraham.
Monalisa
Intentando levantarme y ni sé si me duelen las rodillas, la espalda, la cabeza...
Monalisa - De acuerdo, pero para llamarme, debe necesitar algo, ¿o estoy equivocada?
Abraham - Tienes razón, necesito tu ayuda.
Monalisa - ¿La mía?
Abraham - Sí, ¿tienes una hija?
Monalisa - Sí, tengo, pero, ¿qué tiene que ver?
Abraham - Como sabes, tengo dos hijos, una niña y un niño.
Monalisa sentándose - Sí, Martina me lo dijo.
Abraham - Es que le di un día libre a mi empleada del hogar y estoy con Vicky, y mi hijo está por llegar.
Monalisa - ¿Cuántos años tienen?
Abraham - Ella tiene 3 años y él 7 años.
Monalisa - ¡Señor! Estoy en camino, espera, ¿dónde estás?
Abraham riendo - Estoy en casa, pero ni siquiera puedo mandar a un conductor a buscarte, le di un día libre.
Monalisa pensando, vaya, decidió dar un día libre a todos y quiere complicarme.
Monalisa - No te preocupes, iré en taxi.
Abraham - Te mandaré la dirección y dejaré tu entrada libre en la portería.
Monalisa - Está bien, pronto voy.
Monalisa pensando si no me he quebrado por completo...
Abraham - Gracias, Monalisa.
Monalisa - De nada.