PATRITHA

**Capítulo 21: El Misterio del Bosque**

Patrick, Samantha y Ariana caminaban lentamente por el sendero que conducía al bosque, cercano a las montañas. El aire se volvía cada vez más denso a medida que se acercaban, como si una energía misteriosa flotara en el ambiente. Los árboles, altos y retorcidos, proyectaban largas sombras, creando un ambiente sombrío y algo inquietante.

"¿Por qué el bosque siempre tiene que ser tan... espeluznante?", comentó Ariana en tono nervioso, mirando a su alrededor con cautela.

Patrick, siempre calmado, mantenía su mirada fija hacia adelante. "Este lugar tiene algo inusual, algo que no encaja."

A medida que se adentraban más en el bosque, el silencio se hacía más profundo, roto solo por el crujido de sus botas sobre las hojas secas del suelo. De repente, notaron algo inusual. A la distancia, varios árboles estaban talados, sus troncos cortados de manera precisa y esparcidos por el suelo como si una fuerza gigante los hubiera derribado. Samantha se detuvo y tocó uno de los troncos caídos.

"Esto no lo hizo el viento," murmuró Samantha, mirando el corte limpio. "Algo o alguien ha estado aquí."

"¿Un dragón?", preguntó Ariana, inquieta, mientras miraba nerviosa las marcas.

Patrick negó con la cabeza. "No, esto parece el trabajo de una criatura o de alguien con una gran cantidad de poder."

Con cautela, siguieron el rastro de árboles talados y ramas quebradas. A medida que se adentraban más, las marcas eran más visibles, y la atmósfera se volvía cada vez más opresiva. La vegetación parecía más densa, pero había una sensación creciente de que algo los observaba. Finalmente, llegaron a lo que parecía ser el final del sendero: una enorme cueva se alzaba ante ellos.

La entrada era inmensa, oscura y silenciosa, pero lo más notable era la intensa energía que emanaba de su interior. La cueva parecía respirar, exhalando una fuerza palpable que hizo que los tres se detuvieran de golpe.

"¿Qué es esto...?" preguntó Ariana, susurrando casi sin aliento, como si hablar en voz alta pudiera despertar algo.

La energía que salía de la cueva era sofocante. Patrick sintió una corriente de poder atravesar su cuerpo, y Samantha cerró los ojos por un momento, percibiendo la intensidad del lugar. "Esto no es natural," dijo Patrick, con el ceño fruncido. "Lo que sea que haya aquí... no es algo que debamos tomar a la ligera."

Samantha asintió, sintiendo el calor en sus manos a medida que su energía demoníaca comenzaba a responder a la sensación de peligro. "Vamos a tener que entrar y averiguar qué está pasando aquí. Algo me dice que este es el origen de los problemas en Datta."

Antes de dar el siguiente paso, Patrick se acercó a la entrada de la cueva, examinando las marcas en las rocas. "Esto no es obra de simples animales. Estas marcas… son de garras gigantes. Algo grande vive aquí."

Ariana dio un paso atrás, mirando nerviosa la entrada de la cueva. "¿Y qué hacemos si es un dragón?"

Patrick, sin apartar la vista de la cueva, contestó: "No lo sabemos todavía. Pero si es el responsable de los ataques, tendremos que enfrentarlo."

Mientras se preparaban para adentrarse en la cueva, el viento pareció detenerse por completo. El aire era estático, y el frío de la cueva parecía arrastrarse hacia ellos, como si el lugar estuviera vivo. Samantha tensó sus músculos, sintiendo la energía fluir a través de su cuerpo, y Ariana empuñó su arma, lista para lo que pudiera salir de la oscuridad.

Patrick dio un paso adelante, mirando a sus compañeras. "Prepárense. Esto podría ser más peligroso de lo que pensamos."

Con la cueva ante ellos, el aire se tornó más pesado, y la sensación de que algo grande y oscuro los esperaba al otro lado de la oscuridad crecía con cada paso. Los tres avanzaron, sabiendo que el misterio del bosque no sería fácil de desentrañar y que lo que fuera que aguardaba en las sombras sería el mayor desafío que habían enfrentado hasta ahora.