La Esposa Del Emperador II

Capítulo 11

Después de que el momento incómodo en el que Marcos besara la mano de Ema pasara, los tres tomaron asiento. Ema volvió a donde estaba originalmente y tanto Marcos como su padre se sentaron del otro lado del escritorio en unos pequeños sillones muy cómodos.

-¿Desean algo de beber y comer algo?

Les preguntó Ema a los dos. Como iban a charlar largo y tendido, ambos pidieron café y algo para comer. Ema no se iba a quedar atrás, por lo que también le pidió a la doncella una taza de café para ella y que trajeran algunas galletas y pasteles para los tres.

Al poco tiempo volvió la doncella con otra más, que la ayudaba a traer la otra bandeja de cosas, ya que una no fue suficiente. Una vez dejo todo ordenado en el escritorio y en la mesa auxiliar, ubicada en un costado de la habitación, salieron de inmediato sin decir nada, pues, se notaba que era importante lo que tenían que

hablar, por el hecho de que Ema desde hace raro estaba esperándolos.

Sin mucho más que esperar, una vez que la puerta se cerró, se pusieron a beber y comer mientras Ema y su padre le explicaban al emperador que tendrían que buscar una manera de romper el compromiso sin ser tan explícitos en que era obra de ellos.

Marcos hasta ahora no tenía claro el porqué Ema y su padre querían romper el compromiso, por lo que lo preguntó sin más.

-¿Cuál es el verdadero motivo para romper ese compromiso?

Rogelio iba a contestar que Ema ya no quería casarse con Víctor, puesto que eso era lo que él en el fondo todavía creía, pero Ema habló antes que él, diciéndoles la verdad a ambos.

-Él es amante de Luisa.

Esto Marcos ya lo sabía o lo sospechaba por todas las habladurías que se decían entre los nobles, pero el que no tenía idea era Rogelio, quien exaltado le preguntó a Ema:

-¿Estás segura de eso, Ema?

-Papá, yo los vi juntos, besándose, casi desnudos. Por eso estaba tan mal, no quería lastimarte a ti también con esa información, por eso no dije nada. Pero no me pienso casar con ese hombre, él me da asco. Es por eso que te lo estoy contando, porque necesito tu ayuda para terminar de una buena vez con ese compromiso.

Ema todavía no iba a revelar todo el trasfondo de lo que vivió la verdadera Ema de esta época con su familia, por ahora solo se sacaría de encima a Víctor. La información que reunió hace poco, la iba a ayudar para eso.

Rogelio estaba tan triste y enojado consigo mismo, ¿cómo es que no se dio cuenta de que Luisa y Víctor estaban engañando a su hija de esa manera? ¿Cómo fue que dejo a su hija llegar a verse de la forma en que estaba cuando la llevó con su cuñada, sin darse cuenta de que algo estaba mal?

Todas estas preguntas rondaban su cabeza, Ema al ver como su padre se encontraba trató de calmarlo diciéndole que tenía que relajarse, ya que estar de esa manera no le haría bien. Cuando por fin lo hizo, Ema les contó algo que se había enterado hace muy poco, justo después de la fiesta.

-Hace unos días me llegó una información muy valiosa, hay que ver si es real o solo habladurías, pero yo creo que es real. Si lo es, esto haría las cosas más fáciles para mí, me podría librar no solo de ese compromiso sino de Víctor de una vez por todas. Aunque obviamente es preocupante y malvado.

-¿Qué tipo de información?

Preguntó Rogelio al escuchar a su hija hablar de esa información, pero lo que más le llamó la atención fueron sus últimas palabras, donde le tembló un poco la voz.

-Me dijeron que los negocios de Víctor hace años que están en la ruina, solventándose con un misterioso dinero que no saben de donde aparece, pero que en el bajo mundo dicen que él es el encargado de la explotación de una mina de diamantes bien escondida en este imperio.

-¿Qué?

Dijo Marcos sumamente sorprendido por esa información, pues, él ha estado buscando a los responsables de negocios ilegales desde hace unos años y no había escuchado nada de eso.

-Sí, supuestamente, Víctor solo es un encargado nada más, pero en la mina hay gente que es esclava. Ellos son traídos de otro imperio donde son raptados y puestos a trabajar en situación de esclavitud.

-Esto que nos estás contando es muy grave hija. ¿Estás completamente segura?

Rogelio estaba que no lo podía creer, conocía a Víctor desde que era un niño.

-Sí, papá. Lo que todavía no estoy segura es de donde esta esa mina. Pero han sido pocos días desde que me enteré, por lo cual es obvio que todavía no tenga esa información, pero estoy segura de que con la ayuda de su alteza podremos encontrarla más rápido.

Dijo Ema mirando a Marcos, quien obviamente no se quedaría con los brazos cruzados al saber esto.

-Por supuesto, mi lady. La ayudaré a buscar esa información, no solo porque la quiero ayudar, sino porque ahora hay muchas vidas en peligro que hay que salvar.

-Claro, es entendible. Cuando me enteré de que él hacía esas cosas tenía ganas de matarlo, pero preferí hablar con usted primero para que acordáramos como abordar este asunto y así salvar a esas personas inocentes.

Luego de esta charla, Marcos, acordó con ellos mandar a gente de su entera confianza a buscar la información de la ubicación de la mina y así salvar a las personas que estaban siendo esclavizadas allí.

Rogelio estaba completamente indignado con la información que descubrió de Víctor, pues, había pensado que él trataría bien a su hija y la había engañado vilmente. Él era amigo del padre de Víctor, por eso lo eligió para ser el esposo de su hija, aun cuando su rango era menor al de Ema, creyó que era un buen hombre, pero había terminado siendo un desgraciado y eso que todavía no se enteraba de todo lo que le había hecho a Ema en compañía de Luisa y Antonia.