Descripción de la Historia:
"Más Allá De Las Fronteras"
Narra la conmovedora travesía de Diana, una adolescente que, desde temprana edad, ha vagado de un país a otro, buscando un lugar donde pertenecer. Enfrentándose constantemente a sentimientos de desarraigo y soledad, su vida parece una serie de capítulos inciertos llenos de sombras y luces intermitentes. La narrativa se despliega de manera poética, capturando los matices más profundos de sus emociones y las complejidades de las relaciones humanas.
A medida que Diana navega por el complicado paisaje de la adolescencia, encuentra consuelo en la amistad inesperada con Abigail, una chica con sus propios fantasmas y desafíos. Sin embargo, la llegada de Derek, un joven carismático y decidido, agita aún más las aguas, despertando en Diana sentimientos que ella había mantenido cuidadosamente enterrados.
El triángulo de amistades y amores se complica con la presencia de Josué, el novio de Abigail, cuyo inminente traslado a otro estado
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21# La Inquietud del Presente
...Somos polos puestos....
El sol apenas comenzaba a filtrarse por las cortinas cuando Derek despertó, aún atrapado entre la serenidad de la noche anterior y la realidad que ahora lo esperaba. Se sentó en la cama, con la mente atrapada en los recuerdos de la noche que pasó con Diana.
El beso seguía siendo el centro de sus pensamientos, un gesto que había cambiado todo, pero ahora, a la luz del día, las dudas empezaban a aparecer.
Mientras se vestía, escuchó el sonido familiar de su madre, Susi, moviéndose por la casa.
Era una rutina que conocía bien, pero esta mañana, cada sonido parecía cargar un significado diferente. Bajó las escaleras, encontrándose con Susi en la cocina, preparando el desayuno. La calidez del hogar, que siempre había sido un refugio, ahora le recordaba que su vida estaba en una encrucijada.
—Buenos días, hijo — dijo Susi con una sonrisa, colocándole un plato de huevos revueltos frente a él—. Pareces un poco distraído hoy. ¿Todo bien?
Derek la miró y, por un momento, pensó en contarle todo lo que había sucedido con Diana. Susi siempre había sido alguien en quien confiar, pero las palabras se le atoraron en la garganta. No sabía si estaba listo para exponer sus sentimientos, incluso a su madre.
—Sí, todo bien, mamá — respondió, forzando una sonrisa —. Solo estoy pensando en algunas cosas del instituto.
Susi lo observó con una mirada que mostraba comprensión y quizás un poco de preocupación. Sabía que Derek era reservado con sus emociones, pero también sabía cuándo algo lo estaba molestando. No quiso presionarlo, pero su intuición le decía que algo importante estaba ocurriendo.
—Bueno, ya sabes que puedes hablar conmigo cuando quieras — dijo Susi, acariciando suavemente su hombro —. A veces, compartir lo que sentimos ayuda a aclarar las cosas.
Derek asintió, agradecido por la paciencia de su madre, pero la conversación quedó en el aire. Mientras comía, su mente seguía volviendo a Diana, al beso, y a lo que todo eso significaba para su futuro.
Después del desayuno, salió de casa, caminando hacia el instituto con una sensación de inquietud que no podía sacudirse.
Al llegar, el ambiente cotidiano del instituto lo envolvió, pero esta vez, todo parecía teñido por la tensión entre él y Diana. Se encontraron en los pasillos, y aunque intentaron actuar con normalidad, la nueva realidad de su relación estaba presente en cada mirada. Había algo no dicho, una expectativa que flotaba en el aire.
Durante una pausa entre clases, Derek decidió que necesitaba hablar con alguien. Sus amigos siempre habían sido un soporte, pero esta vez, se sintió extraño al pensar en compartir sus sentimientos con ellos.
Sabía que muchos no entenderían la profundidad de lo que sentía, y eso lo hacía dudar.
En lugar de unirse a su grupo habitual, se dirigió a la biblioteca, buscando la soledad entre los estantes llenos de libros. Ahí, se sentó en una mesa apartada y sacó un cuaderno, intentando ordenar sus pensamientos a través de la escritura.
Las palabras fluyeron, describiendo sus miedos, sus dudas, y sobre todo, su deseo de estar con Diana. Pero mientras escribía, también se dio cuenta de que lo que más temía era el juicio de los demás. ¿Cómo reaccionarían sus amigos? ¿Qué diría su madre si supiera la verdad?
La tarde transcurrió lentamente, y Derek se dio cuenta de que no podía seguir evitando la realidad. Decidió que debía hablar con Diana, enfrentar juntos lo que vendría, y definir qué significaba realmente para ellos ese beso.
Sabía que era un paso necesario, aunque le aterraba lo que pudieran descubrir.
Al salir del instituto, se dirigió hacia el parque donde solían encontrarse.
Cuando llegó, vio a Diana esperándolo en su banco habitual. Su corazón latía con fuerza, y cuando ella lo miró, supo que no podían seguir ignorando lo que sentían.
—Diana — dijo Derek, tomando aire antes de continuar —, necesitamos hablar sobre lo que pasó. Estoy confundido y no sé qué hacer con todo esto.
Diana lo miró fijamente, su expresión una mezcla de tristeza y esperanza.
—Yo también he estado pensando en eso, Derek. Ese beso cambió todo para mí, y sé que no será fácil. Pero quiero saber si estás dispuesto a intentarlo conmigo, a ver a dónde nos lleva esto.
Derek sintió que el peso en su pecho comenzaba a aligerarse. Saber que Diana compartía sus dudas pero también su deseo de estar juntos le dio la fuerza que necesitaba.
—Quiero estar contigo, Diana — respondió, su voz firme pero llena de emoción—. No sé qué nos espera, pero estoy dispuesto a intentarlo, a enfrentar lo que venga.
El alivio que sintió fue instantáneo. Ambos sabían que el camino no sería fácil, pero al menos estaban dispuestos a recorrerlo juntos. Tomados de la mano, caminaron por el parque, dejando que el silencio entre ellos hablara por sí solo.
Al llegar a casa esa noche, Derek encontró a Susi sentada en el sofá, leyendo un libro. Se sentó a su lado, sin decir una palabra, solo buscando la compañía de su madre. Después de un rato, ella cerró el libro y lo miró.
—¿Todo bien? — preguntó Susi, con una suavidad que solo una madre podría tener.
Derek asintió, sintiendo una paz interior que no había experimentado en mucho tiempo.
—Sí, mamá. Solo necesitaba estar aquí contigo un rato.
Susi lo abrazó, sin hacer más preguntas. Sabía que su hijo estaba lidiando con algo importante, y aunque él no estaba listo para compartirlo todo, sentía que había dado un pequeño paso hacia adelante.
Mientras se recostaba en su cama esa noche, Derek reflexionó sobre cómo las cosas habían cambiado en tan poco tiempo, como si un mundo nuevo se hubiera abierto ante él.
Se dio cuenta de que, aunque el futuro era incierto, estaba rodeado de personas que lo amaban y apoyaban incondicionalmente. Y con Diana a su lado, sintió que, juntos, podían enfrentar cualquier desafío que la vida les presentara, sin importar cuál difícil fuera.
...¿Una realidad que si quieren?...
...¿Desean estar juntos?...