Cuando la vida te prepara para que luches desde pequeña, sientes que el miedo te persigue a cada instante y que tu felicidad está en un camino lejano y desconocido.
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Que delicia de galletas...
... Estoy que me doy vueltas en la cama y no puedo conciliar el sueño, siento la incomodidad en el ambiente.
Miro disimuladamente hacia el sillón y veo que Ricardo ya está dormido, puedo escuchar sus ronquidos aunque sin bajos, pero los oigo.
Voy pensando en los días que se pasaron rápidamente y que hoy estoy casada, rescato algo bueno, de que al menos nos estamos llevando bien eso creo yo, es algo loco que sucedió, pero bueno algún día entenderé el porqué mi padre hizo una promesa tan grande con la familia de Ricardo, sé que hay un motivo y debe ser de suma importancia.
Con todo esto me da sed y no sé si ir a la cocina o beber de la llave del baño, mejor preferiría alguna bebida calentita, aquí el clima está bajando sus temperaturas. Mejor me coloco la bata y voy a la cocina, trataré de no hacer ruido.
Me paro despacio, busco la bata, después de algunos intentos lo logro, abro la puerta y bajo con cuidado, todo está en silencio.
Enciendo la luces de la sala y llegó a la cocina, busco algún tipo de té y lo encuentro. Veo que hay unas galletas en un tarro de vidrio transparente, no puedo contener las ganas de saborear solo una.
Me preparo mi te de durazno, aquí hay de muchos sabores, pero elijo el de durazno, saco unas galletas, me siento sobre la barra y al probarlas pues ... Que delicia de galletas, son de avena y frutos secos, están exquisitas. Definitivamente son las mejores.
... Ricardo...
Me levanto al baño y veo la cama, esta vacía, ella no está, la busco en la habitación, me acerco al ventanal y el aire helado me cala los huesos, aquí no está, a donde abra ido.
Salgo y veo las luces del pasillo encendidas, bajo reviso la sala y no está, voy por el pasillo hacia la cocina y la luz está encendida, debe estar aquí. Miro por la oferta que está entreabierta ... Ella come galletas y está sentada encima de la barra, parece una niña pequeña con su dulce favorito. La miro por unos minutos, su rostro es bello, sus labios, sé que es inevitable, pero ella me gusta y me gusta mucho... Luna eres mi esposa, pero no te puedo tocar, no quiero perder lo que hasta hoy hemos conseguido, te trataré con cariño y ganaré tu confianza, la seguridad que tengo es que me gustas y mucho, el tiempo dirá si el gusto que siento se pueda convertir en amor... Luna...
Luna...
Vaya que sostuvieron buenas las galletas... Son las mejores, lavo la taza y limpió las migajas, dejo todo limpio y voy a la habitación. Cuando estoy subiendo las escaleras escucho el sonido de un auto, pero a estas horas...
Decido apagar las luces del pasillo y las escaleras, me quedo en silencio para cerciorarme de que se trata el ruido... Voy asomándome a la ventana de la sala y puedo distinguir que afuera tras las rejas hay dos a tres autos y de uno de ellos bajan dos personas, esto no me está gustando nada.
Cuando me voy a girar para llamar a Ricardo, él me sujeta de mi cintura y presiona mi boca con su mano, me habla al oído...
• Soy yo... No te asustes, no hagas ruido.
• Dime que está pasando...
• No lo sé... Pero esos autos de afuera no me dan buena espina, miraré desde las cámaras de la reja principal.
• Me parece que están buscando la manera de entrar.
• Tu tranquila... Las rejas se activan con una corriente de electricidad cubriendo todo el perímetro de la casa y jardines. Ahora dejaré que se acerquen a las rejas y luego les daré una descarga.
• Y si nos atacan.
• Cálmate, la casa está protegida, mira al presionar el botón de pánico, en cinco minutos llega la policía. Hay una estación a unas cuadras de la casa en la parte posterior.
Ricardo...
Termino de decirle a Luna lo del botón y uno de esos hombres se trepa por la reja, otra lo sigue, dispuestos a saltar. Activo la electricidad y de una sola descarga ambos hombres caen al piso... Luna se cubre su boca con sus manos, presiono el botón y el auto que está atrás salen dos hombres, recogen a los heridos y la policía va llegando, el sonido de las sirenas no pueden ser más obvios, porque no vienen en silencio, así no les dan tiempo a que se escapen.
Los extraños se van y el teléfono de la casa suena, veo que es mi madre...
° 📱 Bueno...
• 📱Madre, sí.
° 📱¡Cómo están!
• 📱Se acaban de ir, ya te dijo Loayza de lo que sucedió.
°📱 Sí, ya sabes que el llama a la hora que sea cuando sucede algo en la casa.
•📱Estamos bien, ya mañana sabremos de quienes se trataba, sabes que aquí no pueden entrar.
°📱 Pero olvidaste colocar la alarma a la casa, también olvidaste conectar la electricidad a las rejas.
• 📱No se volverá a repetir.
° 📱Té cuelgo porque Loayza está llamando a tu padre.
•OK.
• ¿Tu mamá sabe lo que acaba de suceder aquí?
• Sí. Ya Loayza se lo dijo a mi papá antes de que viniera la policía.
• Y Quien es Loayza...
• Es mejor que nos vayamos a dormir, te puedes quedar tranquila, nadie nos molestará y con esto que paso no salió Carmelo. Vaya que debe de tener el sueño pesado.
° Eso crees.
• Carmelo!!!
° Estaba viendo desde la otra parte del jardín que intentaban hacer esos tipos, jamás los había visto por aquí.
• Es mejor que nos vayamos a dormir, ya mañana sabremos de quienes se trataba. Duerme bien Carmelo.
° Sí, gracias, ustedes descansen.
Luna...
El señor se va y bueno nosotros subimos a la habitación, yo aun con el miedo de lo que acaba de pasar, no quiero ni imaginar lo que
hubiese pasado si Ricardo o el señor Carmelo no se daban cuenta.