El Villano Y La Princesa Demonio.

Maximiliam y Valentina se retiraron del lugar, mientras los reyes sufren por la perdida de su hija, Alvin volvió a caer inconsciente debido al dolor que le causo el ataque de Valentina y fue llevado por su padres fuera del palacio, no dejarán que su hijo sea asesinado solo por vengarse por la muerte de Frida. Los nobles y ministros estaban molestos por todo lo sucedido, pero habían visto con sus propios ojos la crueldad de Maximiliam.

Los médicos son quienes recogen el cuerpo de Frida, mientras que el rey estaba desconsolado, la reina, ella terminó por desmayarse, todo el palacio era un caos.

Por otro lado, Maximiliam estaba disfrutando de un relajante baño en aquella enorme bañera de su habitación, fue un día divertido, cerro los ojos, pero al escuchar el sonido de la puerta, los abre, viendo a la albina entrar vistiendo solo un camisón, así que Maximiliam sonríe ladino.

— ¿acaso tendré una recompensa?—

— se lo merece, alteza...— Valentina camina hasta la tina y se quita el camisón metiéndose a la tina sentándose de frente sobre el regazo de Maximiliam.

El rubio posa sus manos en la cintura de Valentina mientras aprovecha para besar su cuello, mientras la albina mueve su cadera contra la de Maximiliam, causando que deje salir un jadeo, Valentina se inclina hacía atrás así que el rubio aprovecha para atrapar entre sus labios uno de los sen*s de Valentina, causando que ella se estremezca.

Valentina estaba de espaldas apoyando las manos sobre la orilla de la bañera, mientras que Maximiliam sostiene su cadera desde atrás, moviendo con frenesí contra ella, sus jadeos hacían eco en el baño, ambos disfrutando del plac*r del momento, Valentina puede sentir cuan exc*tado estaba Maximiliam, lo noto desde que el duelo termino. Maximiliam lleva sus manos a los sen*s de Valentina y la levanta un poco, sin dejar de moverse, la albina se sostiene de los brazos de Maximiliam mientras esta sigue moviéndose, su interior se contrae en cada embest*da.

Maximiliam amasa suavemente los pequeños sen*s de la albina, le gustaba lo bien que encajan en sus manos y gracias a la posición podía saborear la piel de sus hombros y nuca, hasta que un par de estocadas más los ayuda a llegar al clím*x, aunque Maximiliam planea seguir en la cama.

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La noche ha llegado, Maximiliam sale al balcón observando el movimiento que hay en el palacio principal, los nobles y reyes parecen estar planeando algo, así que mañana será un día divertido. Maximiliam escucha un sonido, el cual proviene de una joya que lleva colgada en su cuello como collar, así que pasa su dedo sobre la joya y esta refleja un sello frente a él y se ve la imagen de una persona, siendo esta una mujer de cabello negro y ojos purpura, siendo esta Lune.

{debe ser algo importante para que se comunique conmigo.}

{También me da gusta saber de ti, querido tío.}bromea. {Me dijo su majestad que estabas en Asdefor.}

{Así es, me estoy divirtiendo y encontré algo interesante aquí.}

{Escucha, necesito que investigue algo en la frontera de Asdefor, detecte energía, una muy extraña, la misma que tenían las arpías.}

{¿Que? ¿No se supone que esas cosas fueron eliminadas?}

{Si, por eso necesito que investigues, el núcleo fue destruido, las arpías se destruyeron, pero si alguien esta intentando crearlas de nuevo, necesitamos que los elimines.}

{De acuerdo, entonces tendré que acabar pronto aquí.}

Lune corta la comunicación, así que Maximiliam entra a la habitación y cierra las puertas, será mejor dormir, para que mañana acabe con todo de una vez e ir a cumplir con la misión que Lune le han dado, si ella se comunicó es porque debe ser realmente importante, aunque no cree posible que exista alguien con la magia suficiente para crear las arpías, ya que todo familiar del creador fue eliminado, cuando las arpías fueron destruidas.

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Desde muy temprano, el palacio de invitados fue rodeado por los soldados del rey, estando este al frente, exigiendo a los escoltas de Maximiliam para que les dejen pasar, de lo contrario tendrían que matarlos y aunque sean fuertes, no podrán contra todo un ejército. El capitán de los escolta se niega a dejarlos pasar, así que cuando el rey ordena atacar, tanto el capitán como los otros escoltas, así que estos de inmediato se transforman en licantropos, al ver esto, los soldados del rey retroceden cuando uno de los licantropos desgarra el cuello de dos soldados del rey.

"Son unos monstruos."

"Usen fuego, hay que quemarlos."

— ya tuve suficiente de este juego.— la voz de Valentina se deja escuchar.

Los licantropos se hacen a un lado dejando pasar a Valentina, quien esta en compañía de Maximiliam. El rey al ver a Valentina se muestra molesto, no soportaba ver como esa chica se ponía de lado de Maximiliam después de que ellos la criaron.

— Valentina, eres una maldita traidora, dejas a tus padres por ese hombre que ha matado a mi hija.— grita el rey.

— a mis padres no los conozco, usted solo me crío como un reemplazo, pero tan pronto su verdadera hija apareció usted y la reina dejaron que me maltrataran por los sirvientes del palacio.— se encoge de hombros.

— ya la escuchó su majestad, ella ya tiene un lugar donde si será respetada.— agrega Maximiliam.

El rey molesto, ordena a los soldados que ataquen, pero son detenidos por los licantropos, Valentina también pelea contra algunos soldados para abrirse paso hacía el rey, porque a ese anciano, ella misma se encargará de acabarlo. La reina que observa todo desde el balcón del palacio principal, pero puede ver como sus soldados iban perdiendo, los licantropos los destrozaban como pequeños muñecos de trapo, ella no sabía que hacer, su hijo Omar no estaba en el reino, su adorada hija ha sido asesinada y el rey no aguantará en esa batalla.

Valentina logra llegar hacía el rey y sin dudarlo, atraviesa una espada en su pecho ante la mirada atónita de sus soldados, estos intentan ir en contra de Valentina, pero Maximiliam crea una barrera a su alrededor.

— es suficiente, el rey ya esta muerto, si aprecian su vida, solo bajen sus espadas y mis licantropos no les harán daño.—

Los licantropos se mantienen quietos, pero en alerta. Valentina ve como el rey da sus últimos suspiros, hasta que su vida se apaga, con él fuera, solo queda la reina, así que camina hacía el palacio principal, pasando por los guardias que intentan detenerla.

Mientras que Omar y sus tropas van llegando al palacio, los soldados del rey le informan lo que estaba pasando, pero el da la orden de no atacar, pues no buscarán una guerra contra el imperio. Omar baja del caballo y va hacía Maximiliam, viendo que el cuerpo de su padre estaba tirado en medio del campo y se lamenta por eso.

— váyase de Asdefor y no regrese.— le pide a Maximiliam.

— así será alteza y sea mejor rey que su padre.— le responde Maximiliam.

El rubio le hace una seña a sus escoltas para que le sigan, mientras que Omar organiza todo. Valentina ha llegado a hasta el salón donde estaba la reina, quien al verla entrar, levanta una espada pequeña amenazando a Valentina. Pero Valentina solo sonríe.

— traidora, eres una maldita puta que se acostó con ese hombre para que matará a mi hija...— se burla.— seguramente tu madre fue una prostituta.

— da igual lo que haya sido, de todos modos, con o sin el príncipe imperial, yo planeaba acabarlos.— Valentina lanza una daga.

Esta da directamente en la pierna de la reina y suelta la espada para intentar quitar la daga de su pierna, la reina grita y pide ayuda, pero nadie acude. Valentina se acerca y le sostiene del mentón para que levante la vista.

— si tan solo me hubieras tratado mejor, podrías haber sobrevivido.—

Valentina toma del caballo a la reina y la arrastra al balcón, colocando contra el barandal, la reina pide ayuda. Valentina la empuja con fuerza.

— adiós, majestad.—

Un grito llama la atención de todos, quienes ven como la reina cae del balcón y se estrella contra el piso, formando un charco de sangre, los sirvientes cerca del lugar se acercan, viendo a su reina sin vida. Mientras Valentina observa desde arriba.

...