♡NOVELA MODIFICADA♡
Las vidas de Emilia Megceza y Matteo Duncan se cruzarán de manera inesperada. Secretos guardados saldrán a la luz, lazos familiares y un amor que crece día a día.
¿Por qué el destino decidió unirlos? ¿Por qué hay personas que se oponen a su relación? ¿Saldrá la verdad a la luz?
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CAPITULO 11
Ya había pasado una semana del viaje a París. Hubo mucho trabajo y casi no quedo tiempo para divertirse.
Sin embargo, Emilia y Nicki encontraron espacio para estar juntas.
Una vez en Estados Unidos, el trabajo era mucho más arduo que antes.
Emilia y Matteo apenas se veían. Solo por cuestiones laborales. Intercambiaban sonrisas y seguían trabajando. No habían hablado acerca del beso ni del tiempo que compartieron en la ciudad francesa. Aunque el silencio hablaba por si solo.
Nicki estaba extraña. Emilia apenas podía hablar con ella. La notaba preocupada, sensible y cada vez que se tocaba el tema ella se iba enojada. Hasta Ethan lo había intentado y no le fue muy bien.
****************
Sábado por la tarde.
Emilia se encontraba en su cama mirando una película y comiendo helado de chocolate. Le encantaba el chocolate y recordaba que a su jefe también. Eso había sido un gran descubrimiento. A simple vista parece un hombre tan serio que jamás se imaginó que podían gustarle esas cosas tan simples.
Por otro lado, o mas bien, en la otra parte de la ciudad, Matteo se paseaba de un lado para el otro en su casa. Hasta que finalmente se decidió a llamarla. Le pidió que vaya a su apartamento y hablaría con ella. Le mostraría todo lo que sabía. Y decidió que sería sincero con ella. Merecía la verdad tanto como ellos.
De repente, el teléfono de Emilia sonó. Ella sonrió al ver la pantalla y pensar que quizá lo había llamado con el pensamiento.
-Matteo? ¿Todo está bien?
-Emilia. ¿Te parece venir a mi apartamento? Hay algo de lo que quiero hablarte.
-Claro. Me cambiaré e iré enseguida.
-Mi chófer estará esperándote afuera de tu casa.
Matteo colgó y ella se cambió, pensando en el motivo de la llamada. La chica se puso un vestido color verde y una campera de Jean. En sus pies se calzó zapatillas. Se dejó el pelo suelto y salió de su apartamento.
Al salir, el chófer de Matteo ya estaba esperándola.
-Buenas tardes Srta. Megceza.
-Buenas tardes Michael. Que alegría verlo.
Michael llevó a la chica al departamento de Matteo. Cuando llegó, el muchacho la esperaba afuera. Matteo vestía bermudas, una remera Blanca y zapatillas. Era extraño verlo vestido de manera casual, pero a Emilia le fascinaba. Lucia sexy y despreocupado. Distinto de cuando vestía traje en la oficina.
Matteo salió fuera de su casa cuando vio llegar el auto de su chófer. Recibió a la chica con nerviosismo. No tenía idea de cómo saldría todo una vez que hable con ella. Sin embargo, su corazón se alegraba de verla.
-Emilia, me alegra que hayas venido.
-Claro. Me llamaste.- dijo ella.
Matteo sonrió.
-Por favor pasa.- dijo él.
Emilia entró a su casa y observó todo a su alrededor. Matteo vivía en una casa muy Bonita.
-Nana Rose. Te presento a Emilia. Emilia, ella es mi nana. Cuido de mí y de Vitto cuando mis padres fallecieron.
-Es un placer conocerla.- dijo ella con gentileza.
-El placer es todo mío querida. Sabes.- dijo ella susurrando.- Él habla mucho de ti.
Nana Rose le guiño un ojo y Emilia solo sonrió.
-Él habla de mí con otras personas?. Pensaba ella.
-Nana Rose. Estaremos en mi estudio. Me llevaré dos cafés y tus deliciosas galletas.- Dijo Matteo -Ven, acompáñame Emilia.
Emilia se despidió sonriente de Nana Rose y siguió a Matteo. Ya en su estudio, Matteo le sirvió café y ambos se sentaron en los sillones.
-Emilia. La razón por la que te llame es porque en París te dije que te hablaría de la verdad, recuerdas?
-Claro. Lo recuerdo.
-Bien, es hora de que hablemos.- dijo Matteo.
-Matteo me asustas.
-Emilia. Iré al grano. La muerte de tus padres y los míos no es casualidad.
-Que quieres decir? No comprendo. -Dijo ella preocupada y comenzando a negar con la cabeza confundida.
-EMILIA, SOLO ESCÚCHAME. Tu padre no era chófer de limusina. Tu padre era piloto... de Avión.
-De que hablas? Mi abuela me dijo...
-Sé lo que dijo. Pero te mintió. Tu padre era piloto, Emilia. Era un piloto muy respetado. Y trabajaba para... Duncan Enterprise. Era el piloto de los vuelos privados de la empresa de mí...
-Dilo... De tu Padre?. -Interrumpió ella. -Quieres decir que mi padre piloteaba el avión el día del accidente?. -Pregunto ella frunciendo el ceño con enojo.
-Emilia.
-Lo sabías todo este tiempo?.- Dijo ella.
-Supe que eras la hija de William Megceza cuando te presentaste en mi oficina. Pero escucha. Toda la vida estuve planeando mi venganza por la muerte de mis padres y cuando supe quien eras...
-Eres un monstruo.- dijo ella.- Ahora entiendo todo. Todo este tiempo me usaste para tu maldita venganza. Dime una cosa! Que demonios te hace pensar que yo tuve la culpa de lo que paso allí? ERA SOLO UNA NIÑA! Y también perdí a mis padres en ese puto accidente.
-Escúchame! Emilia, solo escúchame.
Matteo la sostenía por los hombros intentando sacarla de la confusión en la que estaba su cabeza.
-Cuando supe quien eras, supe que el momento de vengar su muerte había llegado. Pero escucha, luego te conocí y me di cuenta de que estaba equivocado. Yo supe... Y Vittorio también lo supo... William Megceza solo fue una víctima mas. Pero eso nos lleva a una nueva incógnita. ¿Quién mató a nuestros padres?
Emilia lo observaba, no podía digerir todo lo que Matteo le estaba diciendo.
-Yo… Lo siento. Debo irme.
-Espera, Emilia.
-NO. ¡Solo déjame! ¡No quiero hablar contigo! ¡No quiero verte!
Emilia salió por la puerta llorando y se dirigió a su apartamento, sin pararse a escuchar a nadie.
Matteo se había pasado toda la semana pensando en que momento y de que manera le diría la verdad a Emilia.
Ahora que estaba seguro de que Will no estuvo involucrado en el accidente de sus padres, era hora de compartir ese secreto con ella. Pero luego de su reacción se sintió miserable. Era lógico que actúe de esa manera. La noticia que estaba dándole no era para nada fácil de digerir. Creyó que lo mejor era darle tiempo.
Pensó que la segunda cosa que mejor podía hacer era llamar a su hermano...
-Vitto? ¿Donde estás?
-Entrando a la casa. Tú?
-Genial. Emilia sabe todo.
Vittorio corrió y apareció corriendo.
-Donde esta?.- pregunto.
-Se fue. Huyó cuando le dije todo. -Dijo Matteo.
-Que haremos ahora? La pobre chica debe estar tan enredada con esta locura. Hasta hace unas horas creía otra historia sobre sus padres y ahora tú, que eres su jefe, le dices otra cosa. La llamaré y veré si puedo contactarla.
Vittorio trató de llamarla, pero ella no respondió. Decidió llamar a Nicole y ponerla al tanto de lo que había pasado. Quizás ella, al ser su mejor amiga, podría ir a verla, saber que está bien y que no haga locuras.
-Listo. Puse al tanto a Nicki y ella se encargará.
-Hay algo entre tú y la señorita Mars?
Vittorio no respondió. Solo le guiño un ojo a su hermano y luego se dirigió a su habitación en silencio.
No es la primera incoherencia que aparece
Que fastidio esa repetición