Él Simplemente Él.

El vuelo era de Barcelona (España) a Sídney (Australia), con escalas, el cual de por sí duraba 23 horas, ahora duraría unas 28. Nos la pasaríamos más de un día en el avión salvo por las dos horas en las que yo podría bajar en el aeropuerto privado de no sé dónde a dar unas vueltas por allí mientras el arreglaba no sé que tipo de asunto. Dormir era para mí una buena manera de pasar las horas y como era muy dormilona no tendría ningún problema.-

Me acosté ya sobre las seis de la mañana, aún me estaban faltando horas de sueño, a las que le sumé el estrés y las que resultaron en que pusiese mi cabeza en la almohada, me cubriera bien y mi cuerpo entrara en calor para caer en los brazos de morfeo y perder la noción de todo lo que me rodeaba. La voz de Gael me trajo a la realidad, sonaba apurado, una vez que volví a poder pensar y actuar le entendí lo que me decía.-

~Venga Alaia! tienes que moverte es necesario que cambiemos de vuelo, ponte tus zapatillas, toma tu mochila y vienes...

Asentí sin entender qué pasaba y sin saber por qué teníamos que cambiar de vuelo, hice todo rápido, y fui a encontrarlo. Estaba al teléfono con alguien, le hizo señas a Joseph que me dió una campera negra que al ponérmela me di cuenta que me quedaba enorme, una gorra de visera un par de lentes negros y un barbijo, con todo puesto me habla Gael.-

~Alaia escúchame, bajarás del avión mirando el suelo, te moverás rápido detrás de Joseph, para meterte directo en la SUV negra que ya nos está esperando...

×y tú?...

~iré detrás de ti, no te preocupes, me subo y nos vamos de aquí...

No seguí haciendo preguntas sólo por que era más que evidente que no era el mejor momento. Salí del avión y casi corriendo fui a meterme a la camioneta, otra vez dentro no podía parar de temblar, aquí también caía una tormenta que parecía iba arrasar con todo, entré y detrás mío medio empujándome subió Gael, al que le escuché hablar no sé en qué idioma, a la vez que el coche arrancaba a toda velocidad sacándonos de allí.-

Gael se gira a verme y me dice.-

~estás bien...

×sí, solo tengo frío...

~vale...

Pidió que pongan aquí también la calefacción. A la vez que empezaba a marcar en su móvil, de nuevo lo oí hablar en otro idioma, furioso era muy evidente, intenté distraerme viendo el paisaje por la ventana pero me resultaba imposible, sus gritos no dejaban de asustarme por más que no entendía nada de lo que estaba diciendo, ay medida que iba entrando en calor todo lo que había ocurrido se empezó a repetir en mí mente. Cuando colgó le di algo más de espacio pero luego le pregunté.-

×Gael, ahora qué haremos?...

Me miró, pensé que me contestaría de mal modo, pero no!, suspiró y me habló.-

~pues de momento iremos a parar en un hotel, necesito unos días para ver por qué ha ocurrido todo ésto, y una vez que lo resuelva continuámos con nuestro viaje a Australia, pero no tienes nada de qué preocuparte ya verás...

Sospechaba que me estaba diciendo solo un 1% de la verdad, por que su reacción al teléfono evidenciaba que era todo lo contrario, pero aunque no quería que me mienta, y quería saber más, no insistí, tal vez cuanto más ignorara y menos supiera sobre toda la situación (que parecía más grave de lo que me dijo) podría estar a salvo.-

Un par de horas después llegamos a lo que aunque no tenía apariencia era un hotel, perdido en medio de un inmenso bosque el cual estaba vacío bajamos del coche y otra vez tomó mí mano llevándome con él, a la vez que sus hombres montaban lo que sería la vigilancia, Joseph vino con nosotros y dejó mis valijas y un par de bolsos más, que supuse eran de Gael, quien desapareció de mí vista ni bien entrar.-

Joseph me dijo.-

>la nevera está bien abastecida tú puedes preparar lo que quieras con lo que hay allí, luego arriba si subes por esa escalera está la habitación, tiene baño propio, puedes subir, hay televisión puedes ver lo que desees, Gael no volverá hasta dentro de un buen rato así eres libre de hacer lo que quieras, eso sí tiene prohibido salir de aquí, así que por favor no lo hagas...

Le respondí.-

×vale, entendido, prepararé algo de comer, muero de hambre y subiré a recostarme quizá mire algo o me vuelva a dormir, pues por segunda vez Gael interrumpe mis sueños...

Nos reímos y se retiró fuera.-

Tal como le dije fui y me preparé una hamburguesa enorme, saqué un refresco y me llevé todo arriba, puse en la televisión una serie que solía ver en casa y me quedé allí hasta terminar mi comida y el episodio que estaba viendo, cuando el sueño me empezó a llegar, me levanté y fui a dejar las cosas para lavar luego y de paso buscar algo más cómodo para poder dormir.-

Habitación***

Lo que usó la prota...***

Revolví las dos valijas hasta encontrar lo que buscaba, había elegido ya cuando guardé mis cosas, no traer nada de lo que de veras solía usar, llegaba a pasar que por arte del destino me ponía algo de eso y me cruzaba con Gael, entonces sí no lo podría volver a ver a la cara, me acosté dejando que Morfeo me lleve, otra vez, esperando que nada ni nadie sea capaz de ésta vez de interrumpir mí preciado descanso y sueño.-

La claridad me empezó a molestar, tanto que aunque me resistí abrí los ojos molesta, en el cristal sobre la cama seguía resbalando el agua de la lluvia que no parecía que acabaría pronto, suspiré, no podía pasarme el día en la cama, bueno, sí podía sólo que no ahora mismo en la situación que estaba y en la compañía de cierta persona. Así que me levanté pasé al baño me puse presentable y decidí bajar, en la cocina hablaban dos personas, las cuales ya suponía quienes eran, y efectivamente Gael fue el primero en verme y saludar, me acerqué a la barra donde junto a Joseph tomaban un café.-

Los miré y saludé a ambos, a la vez que no me pasó desapercibida la imagen de ambas manos de Gael, se hallaban magulladas y llenas de cortaduras, no podía, por más que quería, no podía preguntar, además para que intentarlo si no me diría nada. Fui directo a la máquina de café me preparé uno, hice unas tostadas con manteca y de ahí a la sala, a esperar, si había algo que me querría decir el sólo se acercaría.-