Mi Cruel Destino

— Te amo! Lucia Rivas! y quiero que seas mi esposa. — Le susurró esas palabras a Lucia mientras ella dormía.

Mauricio se quedó admirando la hermosura de Lucia, era una mujer increíblemente hermosa y sexi, se sentía orgulloso de tenerla a su lado y esperaba que siempre fuera así.

Lucia despertó media hora después encontrándose sola en aquella inmensa cama, se levantó envuelta en la sábana y salió a buscar a Mauricio, pensó que estaba en el baño y cuando abrió la puerta lo vio de espaldas bañándose, no aguanto la tentación y entró con él en la regadera, volvieron a hacer el amor, llegada la noche decidieron volver a la mansión Lombardi, no podían dormir fuera de casa, ya que Diego seguramente los extrañaría, apenas los dos entraron a la casa una voz chillona se escuchó desde la sala.

— Mauricio mi amor al fin llegas!. La voz pertenecía a Sara García, la hermana de Alejandro García.

Esta mujer corrió hasta Mauricio e intento abrazarlo, pero Lucia fue más rápida y termino ella en los brazos de él.

— ¿Quién eres tú y como te atreves a llamar a mi prometido amor? No seas igualada y marca tu territorio, por otro lado. — Dijo Lucia con aires de suficiencia.

— ¿Pero no sé supone que ustedes dos son hermanos? Esto es incesto?. — Dijo la Sara asombrada y horrorizada.

— De verdad eres una descerebrada, acaso no sabes que nosotros no somos hermanos de sangre y que nos conocimos ya de adultos, eso ha salido en todos los medios, así que no te hagas la idiota. — Dijo Lucia con burla.

— Lucia exijo respeto para mi invitada, además ella es la futura esposa de Mauricio eso ya estaba hablado desde hace tiempo. — Grito Carolina irritada.

—Mire suegrita no se meta conmigo, ya le he tenido bastante paciencia por ser la madre de Mauricio, pero todo tiene un límite y yo estoy llegando al mío, así que manténgase al margen de mi relación con su hijo si no quiere que nos vayamos y nunca más nos volvería a ver a ninguno de los tres.

Laureano estaba siendo solamente un espectador, él sabía que su hija no era la tonta que todos creían, él sabía que ella era una mujer peligrosa y que si se metían con ella pagarían caro su osadía, Laureano estaba orgulloso de su princesa.

— Laureano vas a dejar que está señorita me hable así. Carolina busco refugio en su esposo.

— Tú te lo buscaste, ahora Mauricio y Lucia vengan a mi despacho, ambos deben explicar el por qué vienen ambos con el cabello húmedo si no está lloviendo. Laureano les guiño un ojo y se los llevo al estudio.

— Siento haberle hablado así a tú mamá. — Lucía estaba pidiendo disculpas a Mauricio.

— No hay nada que disculpar, no sabes las ganas que tenía de que alguien la pusiera en su sitio. — Dijo Mauricio besando suavemente los labios de Lucia.

— Muchachos recuerden que estoy aquí. Interrumpió Laureano el momento romántico.

— Lo siento papá!. — Dijo Mauricio apenado.

— Ay! por favor! papá esas muestras de cariño son normales entre dos personas que se aman y te aseguro que Mauricio y yo nos amamos. — Dijo Lucia riendo.

— Lo sé hija y no saben lo feliz que me hacen, ahora trabajen duro para que me den otro nieto.

Mauricio quedo en shock ante las palabras de Laureano, mientras que Lucia solo se reía de las ocurrencias de su padre, quién diría que el implacable Laureano Lombardi era tan abierto en este tema.

Mauricio ordeno que pasarán las cosas de Lucia a su habitación y mientras las muchachas del servicio hacían esto ellos se fueron a la habitación de Diego, estuvieron con el niño un largo tiempo jugando con él, también le contaron que ellos estarían juntos y que si todo iba bien se casarían pronto.

Diego estaba muy feliz porque al fin tendría una familia, ahora solo faltaba que Ana volviera a casa y así los cuatro vivirían felices juntos.

Ana aún seguía en coma y habían dos hombres de seguridad vigilando su habitación día y noche, solo las enfermeras bien identificadas podían pasar a esta habitación, cualquiera que no estuviera en la lista de personal autorizado no podía pasar a la habitación.

Ana era la única testigo y ella sabía quién la había atacado, así que su vida corría peligro.

Una vez durmieron a Diego Mauricio y Lucia se fueron a la que sería su habitación para poder descansar, esa noche durmieron abrazados y por primera vez no tenían ese sentimiento de vacío, ya que ellos estaban juntos.

El desfile al fin llegó, a pesar del peligro el evento se llevaría a cabo como estaba planeado, la presentación de las modelos había empezado y los diseños mostrados estaban siendo vendidos por sumas cuantiosas, definitivamente este desfile traería mucha ganancia a la empresa, todo se desarrolló con total normalidad, la persona detrás de Lucia no tuvo tiempo de hacer nada en su contra pues la seguridad del evento era la máxima, una vez terminado el desfile todos los presentes pasaron al salón de banquetes donde compartirían un rato con la familia Lombardi y uno que otro reportero se acercaba a la feliz pareja para hacerle preguntas.

Lucia se sintió cansada y le pidió a Saray le trajera algo de tomar, está con gusto fue por un vaso de agua para su amiga y se lo trajo inmediatamente, cuando estuvo a punto de tomar el agua Adele apareció en el evento, iba vestida como toda una diva y se acercó a Lucia quitándole el vaso con agua y bebiendo ella.

— Siempre queriendo lo mío. — Dijo Lucia mirándola a los ojos.

— Yo no quiero nada de ti, lo que boto, no lo vuelvo a recoger. — Dijo aquellas palabras haciendo referencia a Mauricio.

— Creo que sí lo querías recoger, pero ahora él fue quien te desprecio.

Adele iba a responder cuando un fuerte dolor se apoderó de ella, cayó al piso retorciéndose de dolor, Mauricio inmediatamente llamo a una ambulancia y saco a Lucia de ese lugar, Adele fue llevada al hospital donde perdió la vida unas horas después de haber sido ingresada.