Elein, líder de la Tribu Águila, descubre que el símbolo del fénix en su collar guarda el secreto de un antiguo poder que podría cambiar el destino de las Tribus y del Reino del Norte. Mientras enfrenta conspiraciones, traiciones y una conexión inesperada con la familia real, Elein deberá desentrañar la verdad sobre el sacrificio de sus padres.
Acompañame a descubrir la verdad de un pasado, un legado y un enemigo entre las sombras.
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Capítulo 24: "Preparativos bajo presión"
El eco de la guerra
El eco de las trompetas resonaba aún en las murallas del palacio mientras el mensaje del mensajero se propagaba como un incendio voraz: Peter había cruzado las fronteras, y la guerra era inevitable. El Reino del Norte se encontraba en estado de alerta, los soldados ajustaban sus armas, las tribus revisaban sus estrategias y el consejo de guerra se convocaba de inmediato.
En el gran salón del palacio, Elein, Daniel y los líderes tribales se reunieron junto a los generales y estrategas reales. El aire estaba cargado de tensión, iluminado solo por las antorchas que proyectaban sombras danzantes sobre las paredes. En el centro, un mapa del reino extendido sobre la mesa mostraba las líneas de avance del enemigo y los posibles puntos de ataque.
—Peter no solo busca invadir, —dijo Darian, líder de los Lobos, mientras observaba el mapa con atención. —Quiere sembrar el caos antes de reclamar el control total.
Kael, líder de los Leopardos, asintió con gravedad.
—Y lo está consiguiendo. Sus tropas se mueven rápido. Si no actuamos ahora, podría rodearnos antes de que podamos reaccionar.
Daniel se inclinó hacia la mesa, su rostro iluminado por el resplandor de las antorchas.
—¿Dónde están sus fuerzas actualmente? —preguntó, señalando al norte.
Un explorador se adelantó, trazando un círculo en el mapa con el dedo.
—En el Valle Sombrío. Es un terreno traicionero: pasos estrechos, niebla densa y barrancos. Está bien protegido, pero también limitado en sus movimientos.
Elein estudió el mapa, calculando rápidamente los riesgos y ventajas.
—Eso significa que podemos obligarlo a salir. Si lo hacemos abandonar su posición, perderá la ventaja del terreno.
Kael arqueó una ceja, cruzando los brazos.
—No será tan fácil. Peter no saldrá de su refugio sin una razón.
—Entonces debemos dársela, —respondió Daniel con firmeza.
Un plan arriesgado
La estrategia que se decidió era arriesgada, pero necesaria: dividir las fuerzas en dos flancos. Un grupo de distracción atacaría desde el sur, simulando una ofensiva directa, mientras las tropas principales avanzarían desde el este para cortar las líneas de suministro de Peter.
—El flanco sur estará expuesto al mayor peligro, —advirtió Flora, con el ceño fruncido mientras señalaba la ruta en el mapa.
—Por eso debe liderarlo alguien que inspire confianza y pueda mantener el control, incluso bajo presión, —dijo Lucas.
Antes de que alguien pudiera hablar, Daniel se ofreció.
—Yo lideraré el flanco sur.
El silencio en la sala fue inmediato. Elein lo miró, su expresión era una mezcla de incredulidad y desaprobación.
—Eso es demasiado arriesgado, Daniel. Eres el príncipe. Si algo te sucede...
—Si algo me sucede, —interrumpió Daniel con tono firme—, tú estarás aquí para liderarlos. Confío en ti, Elein, y confío en que este plan funcionará.
Las palabras de Daniel eran inamovibles. Aunque Elein quería protestar, supo que no había forma de hacerlo cambiar de opinión.
—Entonces asegúrate de que funcione, —dijo finalmente, ocultando su preocupación tras un semblante decidido.
La advertencia de los amigos
Más tarde esa noche, cuando el consejo había terminado y los preparativos estaban en marcha, Eric y Lucas encontraron a Daniel en una de las salas laterales del palacio, ajustando su equipo para la misión.
—Daniel, necesitamos hablar contigo, —dijo Eric, cerrando la puerta tras ellos.
—Si es sobre el plan, ya sé que es peligroso, pero es lo que debemos hacer, —respondió Daniel sin apartar la vista de su armadura.
—No es solo sobre el plan, —intervino Lucas, con los brazos cruzados—. Es sobre Elein.
Daniel alzó la vista, confuso.
—¿Qué pasa con ella?
Eric avanzó un paso, con el rostro serio.
—Elein no es solo nuestra líder; es nuestra amiga, nuestra familia. No sabemos exactamente qué está pasando entre vosotros, pero necesitamos asegurarnos de que no haya dudas.
Daniel frunció el ceño, sintiendo el peso de sus palabras.
—Mis intenciones hacia Elein son claras. La respeto profundamente, y nunca haría nada que pudiera lastimarla o distraerla.
Lucas, siempre observador, asintió lentamente.
—Entonces asegúrate de que ella también lo sepa. Porque si estás aquí solo para jugar con sus emociones, tendrás que enfrentarte a más de una tribu.
Daniel sonrió levemente, apreciando la franqueza de ambos.
—Podéis estar tranquilos. No estoy jugando. Lo que siento por Elein es serio, y estaré a la altura de lo que se espera de mí.
Eric relajó su postura, aunque su tono seguía siendo firme.
—Eso esperamos. Porque si fallas, no solo tendrás que responder a nosotros.
La partida
Cuando el amanecer comenzó a iluminar el horizonte, las tropas estaban listas. Elein y Daniel se encontraban al frente, rodeados por los líderes tribales, organizando los últimos detalles antes de partir hacia el Valle Sombrío.
Elein se acercó a Daniel mientras él revisaba su caballo.
—¿Seguro que estás listo para esto? —preguntó, con una mezcla de preocupación y resolución en su voz.
Daniel la miró, su expresión tranquila pero cargada de una intensidad que no podía ocultar.
—Lo estoy. Pero quiero que tú también lo estés. Cuando esto termine, tenemos cosas que discutir.
Elein alzó una ceja, desconcertada.
—¿Discutir? ¿Sobre qué?
—Sobre nosotros, —respondió él, montando su caballo sin dar más explicaciones.
Elein lo observó con una mezcla de frustración y curiosidad antes de regresar a su posición.
La marcha hacia el Valle Sombrío comenzó bajo el eco de tambores y trompetas. La guerra estaba aquí, y cada paso que daban los acercaba al enfrentamiento decisivo.