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El Amante Del Príncipe Es Adicto A Los Libros

El Amante Del Príncipe Es Adicto A Los Libros

Status: Terminada
Genre:Yaoi / Completas / Juego de roles / Amor eterno / Amantes del rey / Fantasía épica / Fantasía LGBT
Popularitas:7.7k
Nilai: 5
nombre de autor: Roberto Carlos López Escalona

En la época medieval todo es complejo y los matrimonios forzados siempre son la cereza del pastel ¿será nuestro príncipe capaz de afrontar su amor o dejarlo ir y sufrir en un matrimonio forzado?

NovelToon tiene autorización de Roberto Carlos López Escalona para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Vínculo Prohibido

La luna brillaba en lo alto, bañando el bosque en una luz plateada que contrastaba con la oscuridad que lo rodeaba. Aric y Kael se habían refugiado en una cueva oculta entre las rocas, un lugar que el joven del pueblo había conocido desde su infancia. Las paredes eran frías y húmedas, pero ofrecían un respiro de la amenaza inminente que los acechaba en el exterior. A medida que se acomodaban, la tensión del momento comenzó a disiparse, aunque el eco del peligro seguía resonando en sus mentes.

—¿Estás bien? —preguntó Kael, su voz suave pero firme, mientras sus ojos se perdían lentamente en el cuerpo tan llamativo del príncipe. Aric podía ver la preocupación en sus ojos oscuros, y eso le hizo sentir una extraña calidez en el pecho.

—Sí, solo… necesito un momento para procesar todo esto —respondió Aric, apoyándose contra la pared de la cueva. Se sentía abrumado por las emociones que lo invadían: miedo, confusión, pero también un destello de esperanza al estar junto a Kael.

El joven del pueblo se sentó frente a él, cruzando las piernas. —No estamos a salvo de tus guardias aún, pero al menos tenemos un respiro. ¿Qué planeas hacer ahora?

Aric suspiró, sintiendo el peso de su futuro aplastándole el pecho. Era el príncipe, pero también era un joven atrapado entre sus responsabilidades y sus deseos personales. —No lo sé. Mi familia espera que regrese al castillo y asuma mis deberes. Pero… —hizo una pausa—. No puedo dejar que eso me consuma.

Kael lo miró con intensidad, como si tratara de leer sus pensamientos. —Tienes derecho a decidir tu propio camino, Aric. No tienes que seguir lo que otros esperan de ti.

Las palabras de Kael resonaron en su mente. ¿Era realmente posible? La idea de romper con las expectativas familiares le resultaba aterradora, pero al mismo tiempo liberadora. —A veces siento que no puedo escapar de ellos. Mi padre tiene planes para mí, y no puedo desilusionarlo.

—Pero ¿qué hay de tus propios sueños? —insistió Kael—. No puedes vivir solo para complacer a otros.

Aric se quedó en silencio, contemplando lo que Kael había dicho. Era cierto, había soñado con ser más que un simple príncipe; quería ser un líder justo, alguien que luchara por su pueblo y no solo por su familia. Pero, ¿cómo podía hacerlo sin traicionar a los suyos?

—Es complicado… —murmuró finalmente—. No quiero ser un traidor, pero tampoco quiero ser un prisionero de mis obligaciones.

Kael inclinó la cabeza, su mirada llena de comprensión. —A veces, los vínculos más fuertes son aquellos que desafían las normas establecidas. Lo que sientes es real, Aric. No debemos tener miedo de ello.

Un escalofrío recorrió la espalda de Aric ante esas palabras. ¿Sentimientos? Había algo en la forma en que Kael lo miraba que hacía que su corazón latiera más rápido, pero no podía permitir que eso se interpusiera en su camino.

—No podemos… —comenzó a decir Aric, pero Kael lo interrumpió.

—¿Por qué no? ¿Por qué no podemos ser amigos? ¿O es que las almas prisioneras no pueden ayudarse entre si?

Aric sintió cómo el aire se volvía espeso entre ellos. ¿Almas prisioneras? Era una idea sólida, pero también peligrosa. Sabía que su familia nunca aceptaría esa amistad, y mucho menos un vínculo más profundo con alguien de un estatus inferior.

—No sé si es correcto… —dijo finalmente, sintiendo un nudo en el estómago.

Kael se acercó un poco más, su voz casi un susurro. —¿Y qué es lo correcto? ¿Seguir las reglas impuestas por otros o seguir lo que sientes en tu corazón?. Sus palabras reflejaban tanta madurez.

Aric se encontró atrapado entre sus deseos y sus miedos. Era cierto que había algo especial en aquel chico, una conexión que tal vez fuera más allá de la amistad. Pero la presión de su familia y las expectativas del reino pesaban sobre él como una pesada losa.

—Lo siento, Kael… —dijo Aric, sintiendo cómo la tristeza comenzaba a apoderarse de él—. No quiero herirte ni ponerme en peligro.

Kael retrocedió ligeramente, y Aric pudo ver la decepción reflejada en su rostro. —Entiendo… Solo quería que supieras que estoy aquí para ayudar en tus escapadas, nada más divertido que eso sucede aquí, sin importar lo que decidas.

El silencio llenó la cueva mientras ambos reflexionaban sobre sus palabras. La tensión era palpable, y Aric deseaba poder cambiar las cosas, pero sabía que no podía ignorar la realidad de su situación.

De repente, un ruido sordo resonó fuera de la cueva, interrumpiendo sus pensamientos. Ambos se miraron con alarma; el peligro aún no había desaparecido.

—¿Qué fue eso? —susurró Kael, levantándose rápidamente.

Aric se puso de pie también, sintiendo cómo la adrenalina comenzaba a fluir nuevamente por sus venas. —No lo sé… debemos tener cuidado.

Con cautela, se acercaron a la entrada de la cueva y asomaron la cabeza. La luz de la luna iluminaba el bosque, pero había sombras moviéndose entre los árboles. No estaban solos.

—Mira —dijo Kael en voz baja—. Hay figuras ahí fuera.

Aric entrecerró los ojos y pudo distinguir varias siluetas avanzando hacia ellos. Eran guardias con capas oscuras; el mismo grupo al que habían escapado anteriormente.

—¡Debemos irnos! —exclamó Aric mientras retrocedía rápidamente dentro de la cueva.

Kael asintió con determinación y ambos comenzaron a buscar una salida alternativa. La presión aumentaba mientras escuchaban los murmullos de los hombres acercándose cada vez más.

—¿Dónde podemos ir? —preguntó Kael mientras buscaban frenéticamente entre las rocas.

Aric sintió cómo el pánico comenzaba a apoderarse de él. —Quizás podamos escalar por aquí —sugirió señalando una abertura en la pared lateral de la cueva.

Sin perder tiempo, comenzaron a escalar con cuidado, asegurándose de no hacer ruido mientras los hombres afuera continuaban hablando entre ellos. Aric podía escuchar fragmentos de sus conversaciones, mencionando palabras como "traición" y "príncipe", lo que solo aumentaba su ansiedad.

—¿Crees que nos han seguido? —preguntó Kael mientras trepaban.

—Es probable… Debemos ser rápidos —respondió Aric mientras alcanzaban la parte superior de la abertura y se arrastraban hacia el lado opuesto.

Cuando finalmente emergieron del otro lado, se encontraron en un claro del bosque donde la luna iluminaba el paisaje con una luz mágica. Sin embargo, no había tiempo para admirar la belleza del lugar; tenían que moverse rápidamente.

—¿Hacia dónde vamos ahora? —preguntó Kael mientras ambos se agachaban tras un arbusto grande para ocultarse.

Aric miró alrededor, tratando de encontrar una dirección segura. En ese momento, sintió una mezcla de emociones: miedo por su vida y una extraña seguridad al tener a Kael a su lado. Había algo reconfortante en su presencia, algo que le daba fuerzas para seguir adelante.

—Debemos acercarnos al castillo para que puedas entrar, será mejor a que te vean los guardias —dijo Kael con determinación—. Si hay alguien que pueda ayudarnos, es nuestra única opción ahora.

Aric asintió y ambos comenzaron a moverse sigilosamente hacia el borde del claro, cuando de repente escucharon pasos acercándose rápidamente. Los hombres estaban cerca.

—Rápido, comencemos a acercarnos al bosque —susurró Kael mientras señalaba un grupo denso de árboles.

Ambos se deslizaron detrás del refugio natural justo cuando los hombres emergieron del claro y comenzaron a buscar a su alrededor.

Aric contuvo la respiración mientras observaba cómo las sombras se movían cerca de ellos. Su corazón latía con fuerza; sabía que si eran descubiertos, no tendrían otra oportunidad para escapar, tendría que llegar antes al palacio.

—¿Dónde está el príncipe? —preguntó uno de los hombres con voz grave—. ¡No podemos dejarlo escapar!

Aric sintió cómo el sudor comenzaba a acumularse en su frente mientras escuchaba las palabras amenazantes resonar en sus oídos. Estaban buscando a él, y si lo encontraban…

Kael le dio un ligero toque en el brazo, sacándolo de sus pensamientos. —Mantente tranquilo… no nos han visto aún.

Aric asintió lentamente y cerró los ojos por un momento para intentar calmarse. Tenía que ser fuerte, no solo por él sino también por Kael él cual se veía firme y decidido mientras sus ojos azules le recoraban al claro.

Los hombres comenzaron a dispersarse por el claro, buscando pistas sobre su paradero. Aric sintió cómo el tiempo se deslizaba entre sus dedos; cada segundo era crucial.

—Ya estamos en el bosque, será mejor que vayas corriendo, yo correré en sentido contrario para distraerlos.

Ya la libertad había llegado a su fin, y era hora de hacerle frente a las responsabilidades, sus ojos aun perdidos en Kael visualizaban el camino a casa.

Como estaba previsto Kael corrió y rompió palos al correr lo cual despisto a los guardias.

— ¿Dónde estarás pequeño travieso, será mejor que te espere en los muros del castillo? — Elyas ya estaba acostumbrado a las salidas del príncipe, él además de su sirviente de misma edad, era su único apoyo.

El príncipe corrió durante largos minutos, llegando a los muros del castillo donde el largo cabello dorado de Elyas sé veía a lo lejos.

—Por fin has llegado, vamos tenemos que ir rápido a tu habitación.

— Gracias, no se que haría sin ti —su voz sofocada recuperaba poco a poco el aliento.

Una aventura más salió bien y en ella estuvo un joven lleno de misterios....

1
Alejandra Bertel
/Angry//Angry/
Almeida Eeuu
pobre Kael Sí yo lo amo
Almeida Eeuu
voto para que ponga foto
Almeida Eeuu
pues ... es que todo me encanta
Almeida Eeuu
.....
Almeida Eeuu
los 20 capítulos con más suspenso de mi vida
Kim
estoy segurísimo que el primo fue quien hizo eso
Almeida Eeuu: siiii
total 1 replies
Kim
Yo vivo en ese pueblo
Kim
cada trabajo nuevo no deja de sorprenderme
Sheila Kamila Escalona
perfume pecado original
Sheila Kamila Escalona
me gusta mucho Kael principalmente su forma de ver el mundo
Gladis Ester
tan lindo Kael
Gladis Ester
jjjj
Gladis Ester
genial
Kim: pasión que me consume
total 1 replies
Gladis Ester
Que lindo
Sheila Kamila Escalona: siiii
total 1 replies
Gladis Ester
Me ha encantado
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