EL MONSTRUO SIN CORAZÓN SIGUE VIVO (Omegaverse)

"Ese es el Señor Parker, dueño de una de las mayores tiendas de comercio electrónico"

"Aquel, es el Señor William, propietario de diversas empresas en telecomunicaciones"

Torn le explicaba a Aiden la función de cada persona.

Aiden escuchó con atención y buscó a una persona en particular.

"¿Quién es el Señor Hughes?", preguntó.

"Mm, es aquel hombre que se encuentra en la esquina", dijo Torn señalando disimuladamente hacia la esquina del salón.

Un Alfa apuesto quien estaba solo, tomando una copa de vino con una mirada hostil, pero que escondía un terrible dolor por dentro, Aiden pudo notarlo en sus ojos.

"Tengo entendido que ha estado buscando ayuda en diferentes hospitales por la condición de su compañero, es por eso que asiste a este tipo de eventos buscando encontrar una solución de alguna de estas personas", explicó Torn.

"Lo sé" respondió Aiden.

Un Alfa que ofrecía una gran cantidad de dinero a quien encontrara una solución al problema de su compañero.

Según varios artículos, el estado de su compañero quien era un omega recesivo, era crítico, por lo que nadie se arriesgaba a tratarlo por miedo a que todo terminara mal y que el alfa pudiera tomar represarías contra ellos.

"Yo puedo hacerlo", se dijo Aiden a sí mismo.

Confiaba plenamente en sus capacidades, todo aquí era regido por las feromonas y podía resolverlo.

Aiden caminó hacia aquel alfa, si trataba a su compañero, pediría a cambio protección para su hijo, Michael y él.

"Espera, no es seguro hablar con él", dijo Torn tratando de detenerlo.

No sabía de lo que era capaz un Alfa que se encontraba molesto todo el tiempo y que podía perder la razón en cualquier momento.

"No hay problema, puedo manejar esto", Aiden sonrió y siguió su camino.

Era claro que nadie se acercaba al alfa que siempre parecía estar de mal humor, al parecer no había encontrado lo que buscaba y tenía un mal semblante.

"Buenas noches", saludó Aiden.

El alfa de apellido Hughes solo lo observó en silencio, varios omegas se le acercaban con un propósito, pensó que este omega no sería diferente y emitió feromonas para advertirle que se alejara.

Aiden se cubrió la nariz tan pronto como sintió la feromona amenazante y solo empezó a reírse como ya era costumbre.

"Es interesante, pero no me agrada ser atacado con ese tipo de feromonas, aunque lo comprendo, yo también me sentiría irritado si no pudiera encontrar algo que necesito con urgencia, sobre todo si se trata por el bien de un ser querido"

"¿Así que viene a ofrecerse a usted mismo?, diré lo mismo que suelo decirles a tipos como usted, me encargaré de eliminarlo si no se aleja en este momento", advirtió el alfa con una mirada feroz.

Le era habitual tener este tipo de insinuaciones por parte de omegas e inclusive algunos betas, conociendo su situación, varias personas se acercaban para ofrecerse como sustitutos de su compañero quien se encontraba enfermo.

Aiden abrió los ojos con sorpresa y una fuerte risa se escuchó en todo alrededor.

"Ja ja ja ja ja, es verdad que usted es un hombre apuesto, pero no me interesa en ese modo"

Sin mencionar que era demasiado joven para él.

Aunque este cuerpo era el de un hombre joven, él se consideraba un hombre mayor como lo había sido en el momento en que murió, debido a lo cual todos le parecían unos niños.

El alfa lo miró con extrañeza, un@ omega siempre cuidaba de su aspecto y comportamiento, pero a este omega parecía no importarle el cómo se veía, soltando una risa estridente y un tanto terrorífica.

"Ja ja ja, el motivo por el que me acerqué a usted es debido al tema del estado de salud de su compañero, tengo entendido que es un caso complejo, más si se me permite revisarlo, puedo llegar a una solución", dijo Aiden cuando estuvo más calmado.

"Ja, ningún médico puede encontrar una solución, ¿y usted me pide que le dé mi confianza cuando es solo un omega?", cuestionó el alfa en un tono jocoso.

"Es por eso que lo entiendo, porque soy un omega recesivo al igual que su compañero, puedo entenderlo perfectamente, y si me permite revisar a su compañero, le aseguro que encontraré una solución", afirmó Aiden con confianza.

Como no hubo respuesta del alfa, Aiden sacó un pequeño papel en el que tenía escrito su número telefónico.

"No tiene nada que perder, ¿verdad?, solo deme una oportunidad y será lo mejor que habrá hecho por su compañero", dijo Aiden entregándole el pedazo de papel.

Cuando un ser querido está en un estado crítico o cerca de la muerte, la familia puede recurrir a cualquier método o persona para no perder a su ser amad@, eso es lo que hacía la desesperación.

Aiden solo tenía que esperar a que lo contacte.

"Piénselo, puede comunicarse conmigo en cualquier momento, no centre su atención en mi condición como omega, sino como en una persona que puede darle una solución", con una sonrisa, Aiden se alejó del lugar.

El alfa se quedó mirando el pedazo de papel pensando si ese omega sería de confianza, el tiempo era algo que jugaba en su contra, su compañero se desvanecía más cada segundo.

"Doctor Allen", dijo leyendo el papel.

No le era un nombre conocido, además, ese omega era muy joven para ser un doctor.

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Después de lograr su objetivo, Aiden dejó el salón junto a Torn.

"En verdad fuiste genial, no titubeaste al hablar con el Señor Hughes, las personas que suelen acercarse a él casi siempre terminan huyendo", dijo Torn asombrado.

Observó desde cierta distancia a Aiden mientras conversaba con ese alfa, siempre procurando que estuviera bien.

"Solo es un hombre desesperado", dijo Aiden tranquilamente.

Varios autos lujosos esperaban afuera, Aiden se fijó en uno en específico.

Ahí estaban los guardaespaldas que custodiaban la casa en la que solía estar encerrado, Aiden pasó por el lugar y sonrió en cuanto tuvo a los guardaespaldas cerca, especialmente al jefe de guardaespaldas.

"Buenas noches queridos amigos, no crean que me olvidé de ustedes, nos veremos pronto", dijo con una sonrisa y caminó hacia el auto de Torn en el que había venido.

"Maldito loco", susurró el jefe de guardaespaldas, un omega recesivo no tenía oportunidad contra él.

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Pasada la media noche, la casa principal de la familia Durov se vio envuelta en un caos.

El sonido de la ambulancia llenó las tranquilas calles, los paramédicos bajaron rápidamente cuando la ambulancia se detuvo frente a la casa Durov y sacaron a la Señora Iria en una camilla mientras esta se retorcía de dolor.