Corro cansada y ya sin fuerzas la verdad es que ya no puedo más estoy completamente agotada y casi desmayada los golpes aún me arden, pero lo tenía que hacer nos separamos mientras huimos y después de un rato me doy cuenta de que al menos que nos separemos nos van a atrapar, corro al bosque y veo a la persona frente a mí, niega, pero después de mucho discutir le entrego algo seguro y escapa mientras que sigo distrayéndolos miro a la nada sonriendo satisfecha, porque solo alguien que sabe que es vivir la traición de parte de dónde menos lo esperas sabe lo que es proteger y cuidar a la única persona que sí estuvo allí.
Yo solía ser una princesa de esas que viven en una burbuja y quieren todo lo que pide, una chica que creía tener su vida perfecta, una joven que creía en un príncipe, en un cuento de hadas en el amor bonito, pero después de solo conocer el dolor te aferras a una rosa que sabes que aunque te va a pinchar quieres tener su aroma, o con el fuego que es asombroso pero te quema
NovelToon tiene autorización de Marines bacadare para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Verdades que duelen.
Odette.
Llego a la mansión bañada en sangre y golpeada, es entonces cuando veo a la orden en el mismo lugar esperando por mí, me les paro en frente y les hablo.
—Señores de la orden, he cumplido mis pruebas, esta es la USB que el objetivo tenía en su cuello— Digo mientras se la entrego al líder de siempre, todos me hacen señal de respeto y el líder vuelve a hablar.
—Mi señora es usted formalmente nuestra Doña, nuestra líder y patrona, es un honor tenerla con nosotros, a partir de hoy tiene los mismos derechos que nuestro Don, queda la prueba de su esposo que como le dije usted puede decidir tenerla o no, en un rato nos da la respuesta. — dice y se acerca con un hermoso anillo color rojo y me lo coloca en la mano derecha y yo asiento y lo recibo.
Cuando voy a retirarme el líder de líder se me acerca, es un hombre mayor y tiene porte y elegancia, me observa con nostalgia y habla.
Podría usted mi señora concederme unos minutos asiento y lo sigo, Camino con el líder de líder es como un alto mando y me siento en un salón frente a él, me mira y hay dolor en su mirada y entonces vuelve a hablar.
—Mi niña solo quiero saber si el nombre de tu madre era Oriana Victoria.—
—Dijo y Asentí sorprendida y confusa a la vez.—
—Por qué usted sabe el nombre de mi madre, la conoció— dije y suspiró como acallando un sollozo, puso sus manos en la cara y volvió a suspirar para luego comenzar a hablar.
—Tu madre era Oriana Victoria Anastasia Morosova, la mujer más valiente, hermosa y fuerte de todas, terca como su padre, ese hombre que no sabía el error que cometió al inculcarle una doctrina de mierda a su hija— dijo y ese recuerdo le dolió, lo podía ver en su cara.
—Tu madre fue criada con la idea de una princesa, una princesa es fuerte, pero delicada, una princesa da todo por su rey, una princesa siempre honra a su familia y eso fue lo que hizo que se perdiera.—dijo y fruncí mi ceño, como él podía conocer tanto a mamá.
—Tu madre era una mujer alegre y hermosa que le encantaba el ballet, era perseverante y leal si hacía una promesa siempre la cumplía, hace años un maldito jefe de la mafia francesa vino a nuestro país por una mujer fuerte y se valió de su ingenuidad, la envolvió y se la llevó aun estando en una relación, solo para que pasara las pruebas y las torturas, ese francés de mierda— dijo mientras apretaba su puño y su mandíbula.
—Me enteré de que se la llevó y no paró de humillarla, él ya estaba enamorado de alguien, pero jamás la haría pasar por eso y la quebró de la peor manera la hizo criar dos hijos que no eran de ella y la embarazó, el desgraciado movió tan bien sus fichas que la enamoró y ella es de esas mujeres con tu mismo mal hija, ustedes cuándo aman de verdad lo dan todo y no les importa el maltrato, ustedes son así entregadas y perfectas.— dijo y yo no podía con tanto, se vino a mi cabeza cada palabra de ella y ahora todo cuadra cuánto sufrió mi madre.
—El maldito mafioso, la mort que quiere decir la muerte, se la llevó e hizo buen uso de su nombre, pues, él me la dañó y la mato día con día, la consumió, el maldito de Bruno Fournier, mató a tu mamá con desamor y mal tratos tanto de él como de la mujer que amó Gabriela Lebranch— abrí mis ojos tan grandes como pude el dolor me consumía, malditos desgraciados, pero juro que sabrán de mí.
—Te investigué y sé que te enviaron a unos tratantes de blancas y que fue la hija de esa desgraciada, de tu vida aquí en esta mansión, no sé mucho, pues, la seguridad aquí es impenetrable, pero sé que debes estar sufriendo como ella— dijo y yo seguía apretando mis puños con fuerza el disparo que tenía ya no me dolía además lo consideraba un rozón.
—Cuando escuché de tu fuerza y decisión, de tu temple y tu carácter y la capacidad para pasar tus pruebas, aparte de tu descripción, supe que eras algo de ella y entonces vine a conocer a mi nieta, si soy Agustín Morosov.— mis ojos se abrieron y mi pecho saltó, que era esto, pero por Dios que broma era esta.
—Tú ... Eres el padre de mi mamá — pregunté y asintió mostrándome la foto de mi madre, el líder me abrazo y sentí aquello tan cálido, me separé y le dije.
—Esto es demasiado para mí, iré por mi esposo para asumir su prueba y luego podré ver qué haré con esas personas.— dije y se exaltó.
—No, no seas como ella, mira, estás muy mal, vas a morir—
—Cómo usted mismo dijo, cuando hacemos una promesa la cumplimos y se lo prometí a él.— dije y asintió, me sentía abrumada, necesitaba a Aleck, un abrazo de él, quería besarlo, me despedí y al salir les avisé a todos que prepararan la siguiente y última prueba entonces fui al despacho para buscarlo a él.
Ese señor tenía razón, somos tan entregadas que cuando amamos no nos importa nada, masoquismo, perversión o idiotez, yo le digo amor, caminé hacia el despacho y cuando entré lo escuché hablar con Jimena.
—Amor por qué no la dejas y ya, aunque sea tu esposa, ella se irá si se lo pides, por qué no le dices que lo intentaras de nuevo conmigo y que ella es una maldita asesina.— habló la voz chillona de Jimena.
—Calma Jimena, luego hablo con ella recuerda que debe hacer mi prueba y si hablo antes no la hará, acaso quieres que me pase algo — dijo de manera fría, entonces no soporté y entré estruendosamente el corazón, me dolía, se me había partido, estaba totalmente rota ningún dolor de las torturas y pruebas se asemejaba con este, hoy había muerto de alguna manera.
—Si Alecksander, por qué no hablas conmigo de una maldita vez, ten la valentía de hablarme de frente — grité y se levantó.
—Hablar de frente, dices, pues lo haré, quieres saber qué me pasa, me pasas tú, mentirosa, tú mataste a mi hermana y no la amiga que escapó — gritó y negué sin entender qué decía.
—De qué hablas, yo no la maté, pero hubiese querido —alegué.
—Basta de mentir, Jimena, sal— dijo molesto.
—Pero mi amor...— protestó ella.
—Que salgas carajo— gritó y ella casi que huyó del despacho.
—Miras esto, este puñal estaba en tus cosas — dijo mostrando el recuerdo que me dejó mi amiga antes de partir.
—sí es mío, dámelo — dije y se rio sin ganas.
—Tú la mataste y le quitaste esto asesina, este puñal se lo regalé yo, míralo — gritó otra vez enterrando el cuchillo en la mesa cerca de nosotros y mostrándome uno igual.
—Qué equivocado estás, yo no la maté y ese puñal no era de ella, ese era de mi amiga y me dijo que se lo dio su ángel, pero si quieres creer que yo la maté, pues, véngala bastardo, porque no habrá día que no recuerde está traición Alecksander Antonov— dije y abrió sus ojos.
—Qué dices... explícame este puñal, te lo dio tu amiga, la que escapó — dijo Pero un guardia entro.
—Señora, ya es tiempo de la prueba final, ya esperaron mucho— dijo el hombre que entró al despacho, pues, la puerta estaba abierta.
—No, un momento además la prueba la haré yo— dijo y grité.
—¡No! La prueba la haré yo, yo si tengo palabra y me hiciste prometer que te protegería aunque no lo merezcas— dije y miré al guardia.
—Vamos...— dije y hablo de nuevo.
—¡Qué! Aun así la harás, espera, dime bien lo del puñal — dijo y lo miré con dolor y rabia.
—Espero y tu deseo se te cumpla hoy y yo pueda morir para que completes tu venganza Amor...— ironicé la última parte y caminé hacia la última prueba que esperaba que acabara también con mi vida.