El Camino Del Poder

Samantha se había levantado finalmente de la cama. Sabía que no podía quedarse acostada pensando durante tanto tiempo lo que había sucedido en su habitación.

Se había enterado por la boca de su hermano sobre todos los nuevos avistamientos y ataques que a duras penas los caballeros de guardia podían detener en los demás reinos, ciudades y pueblos. En el cuartel de los 6 no había presencia alguna cuando ella exploró, todos parecían estar ocupados en misiones. Consulto con director de la academia y este le indico que el rey había mandado a los demás miembros de los 6 a hacer observaciones en diferentes localizaciones y que, ante su situación en el hospital, Batlar fue con sus hombres a explorar Babel. Samantha estaba totalmente alarmada, pues aún reconociendo la capacidad de Batlar y sus demás hombres, sabía que era peligroso hacer una incursión en Babel con los constantes y desconocidos cambios dentro de ella; así que terminando su conversación con el director de golpe, salió disparada en un intento por encontrar quien la llevará rápidamente a Babel antes de que sus hombres entrarán.

...****************...

Batlar y sus hombres entraron finalmente a Babel ignorando los consejos de los caballeros que salían totalmente asustados. Incluso algunos otros caballeros los halagaron y depositaron esperanzas en ellos al ser comandados por la mano derecha de Samantha.

Un túnel oscuro y largo recorrieron durante un tiempo antes de que rayos de luz iluminarán el final del túnel.

—Señor Batlar, ese debe ser el portal del nivel 3, la luz es púrpura—dijo uno de sus caballeros detrás de él.

—¿Estás seguro de eso?—preguntó otro caballero al costado.

—Si, entramos alrededor de las 3 de la tarde, Babel debió haber cambiado y nos posicionó rumbo al tercer nivel.

Batlar calló a sus hombres y en completo silencio siguieron avanzando.

Finalmente, estaban frente al portal: una puerta que conecta el exterior con los distintos niveles de Babel. Parecía como una pequeña cascada de agua babosa y púrpura que de vez en cuando emitía un brillo púrpura.

Batlar dió la orden y al entrar el escenario cambio por completo, enormes e inmedibles muros, hongos de colores distintos y mezclados, musgo, olores selváticos y piedras de distintos tamaños, enormes de un tamaño promedio de 20 metros, pequeñas que cabían en la mano, y por dónde aquel lugar solo permitía ver a los mortales, una espesa bruma grisácea cubría parte de los enormes muros, siendo imposible mirar hasta que distancia se extendían.

Caminaron con mucho cuidado por el lugar y no tardaron mucho en encontrar inconvenientes, principalmente los grandes riscos de piedra negruzca y sus insondeados fondos negros dónde pequeñas piedras y minerales brillantes se alcanzaban a ver con dificultad.

...****************...

Samantha había tomado un caballo rentado en las inmediaciones de la capital y recorrió todo el camino necesario para dar con la ciudad de Babel. El camino era de una duración que podía variar entre un par de horas o hasta 5 si había inconvenientes climáticos.

...****************...

Batlar y sus hombres estaban confiados, habían acabado con varios seres vivos que interrumpieron su camino. Sus hombres tomaron muestras de varios de ellos y las guardaron en sus mochilas y bolsas. Notaron varias anomalías dentro que podrían servir ante la crisis: organismos que nunca se habían visto, similares a apéndices unidos y dentados, con múltiples bocas que se abrían y cerraban. Eran del tamaño de un hombre y se movían en grupo arrastrándose, pero Batlar y sus hombres acabaron con todos con facilidad y ferocidad.

Notaron también algunas plantas raras y de un diámetro y longitud enormes, no hacían nada más que botar un líquido verduzco bastante oscuro que lograba derruir el suelo rocoso y que debieron atravesar con bastante cuidado. Algunos muros que llegaban a tocar los caballeros parecían reaccionar y brillaban extrañamente de un color amatista, produciendo un sonido algo sereno y lindo.

—Señor, ¿cree que con estos datos sea suficiente?—preguntó el caballero más delgado y que tenía la labor de anotar las observaciones.

—Quiero intentar llegar al nivel 4 aún. De cualquier forma estamos bastante cerca, solo necesitamos cruzar por aquí—dijo Batlar señalando dos peñascos alargados que casi se tocaban—y subir la escalonada para llegar al portal del cuarto nivel.

—Pero señor, no sabemos que pueda ocurrir. Si entramos al portal con los constantes cambios que han estado ocurriendo podríamos acabar como los hombres de afuera y...

—¡No seas cobarde flacucho! Tenemos al comandante con nosotros y nuestra fortaleza. Estamos haciendo esto por la señorita Samantha y por el bien de nuestra gente. ¿O acaso no quieres defender a tu gente?—interrumpió preguntando de forma altanera uno de los caballeros.

El caballero delgado quedó en silencio.

—Bien, es suficiente—dijo Batlar aminorando todo—. Iremos al nivel 4, pero si algo ocurre antes de que lleguemos o crucemos el portal, nos retiraremos con lo que tenemos y daremos el informe al rey y a la señorita Samantha. ¿Entendido?

Todos los caballeros afirmaron con determinación y andaron de nuevo. Cruzaron los peñascos saltando de uno al otro y animados bromeando y charlando entre ellos en el camino. Desconocían todo lo que sucedería con ellos.