La Villana Abandonó La Historia 1

Durante dos días más Amelia salía por ratos al pueblo en el día había otras actividades, algo que no pasó desapercibido por los nobles que se hospedaban en la mansión de invitados, ya que algunos la vieron salir de la entrada principal, la mansión de invitados tenía su propia salida, con un camino más recto al pueblo, como estaba ocupada todo el tiempo por nobles que venían de vacaciones y por los que estaban de paso para hacer negocios.

Algunas damas habían intentado entrar a la mansión pero por la seguridad era imposible, hacían rabietas y amenazaban a los guardias por sus títulos.

Amelia caminaba hacia el invernadero cuando en la reja, discutía una joven con cabello castaño y ojos verdes.

-Déjame pasar estúpido guardia, mi padre es ministro en el palacio del emperador, te meterás en problemas.

-Señorita nadie tiene permitido pasar, si tiene una invitación tiene que ir por la entrada principal.

-Acaso no escuchas que mi padre es un ministro y es un conde.

La joven estaba a punto de abofetear al guardia cuando Amelia intervino.

-Si su padre es un Ministro y un Conde, dígale que desperdicio mucho dinero en su educación, el guardia está haciendo su trabajo

-Y tú quien eres.

-Evidentemente, alguien más importante que tú, porque yo estoy de este lado y me dirijo hacia el invernadero.

La joven pudo ver la ropa de amelia si bien no era muy lujosa, la tela y el modelo se veía de excelente calidad, sin duda era alguien valioso, sobre todo esa forma de hablar y su mirada imponía respeto, algo que muy pocas mujeres tenían, resignada se fue, ya que no podía ofender a alguien importante, otro día intentará ver al Duque.

Pero al darse la vuelta Amelia le hizo una advertencia

-Si causa problemas nuevamente reportenla de inmediato y manden un reporte a su padre.

La chica solo se tensó y salió corriendo.

Amelia solo siguió su camino.

Por la noche una sombra, llegaba y atravesaba el patio, Alexander iba pasando y solo la vio brincar hacia el techo.

-Vaya el gato ha regresado.

Le susurro al oído, lo que causó que Jade sacara una de las dagas que siempre carga

-Rayos capitán acaso quiere morir.

*Maldición si fuera la otra daga ya estaría muerto, al menos esta no tiene veneno, él también vendría siendo un gato, no vi que estaba atrás de mi*

-Pero que.

-Lo siento capitán apareció de repente, sabrá si mi señora esta en el palacio.

-lo siento? Eso es todo lo que dirás, casi me rebanas el cuello, y solo dices lo siento. *quería asustarla, pero asustado fui yo*

-Y que quiere que le haga reverencia, solo es un rasguño.

-No la marquesa no esta, fueron al mirador de la colina para ver…

-Los fuegos artificiales, a mi señora siempre le han gustado desde niña.

-Tanto tiempo llevas con ella?

- Desde los 15 años estoy con ella, bueno iré a esperarla, nos vemos capitán.

-Espera, vamos al comedor para que bebas algo, debes de estar cansada.

Jade lo siguió, hasta el comedor de los caballeros, El cual estaba vacío, ya que los caballeros tenían que cuidar el festival.

Pidieron algo ligero y un poco de vino, Alexander se sentó frente a ella.

-Y bien Jade, de donde vienes tienes familia?

- No tengo familia, soy huérfana y crecí en la calle, entre borrachos y burdeles, hasta que llegue al palacio.

-*jaja ahora que me dirás**

Alexander con una sonrisa de lado le da un vaso con vino y jade lo bebe pero su cara no pudo esconder el mal sabor del vino.

-Así que no quieres contarme.

-A que se refiere.

-En esta vida no puedes ocultar quien eres aunque quieras, así como tu señora, no es una simple marquesa, tú no eres una huérfana, tienes entrenamiento, tu forma de hablar es educada y sobre todo tus gustos, ese vino es del barato del que toman los soldados algo que tu paladar reconoció en seguida, si fueras huérfana como dices estarías acostumbrada a ese sabor.

-Todo eso porque el vino no me gusto?

*Vaya no solo es guapo, para algunas situaciones tiene cerebro, mira que ser atrapada por un vino*

-A caso me equivoco?

Jade estaba con el ceño fruncido

-No, no te equivocas, que quieres saber, si fui una noble, pues si, pero mi padre me quiso casar con un hombre incluso mayor que él, así que hui con la única persona que sabía que me ayudaría.

-Con la marquesa

-Más bien su madre, ella me recibió y entrené junto a Lucas.

De repente se levantó y Alexander un poco confundido se quedó mirando solamente

-Mi señora ha regresado, gracias por la cena.

Sin más se fue corriendo dejando al capitán más confundido.

-Cómo sabe que llego la marquesa

Todas las rosas llevaban una pulsera con un diamante rojo que contenía una gota de sangre de Amelia, el cual brillaba al estar cerca de ellas, pero solo ellas podían verlo los demás alrededor no podían.

Y efectivamente Amelia estaba llegando a su cuarto, cuando ella también sintió su presencia.

-Jade, que pasa porque regresaste

-Le ha llegado una carta de la señorita Sarah, aquí tiene.

-Respondió rápido, se me olvidó, lo siento te hice regresar, pero ahora tienes la oportunidad de pasear un rato.

-Si señora me retiro.

-Vaya esto es interesante.

-Malas noticias mi señora

-Pregunto lili, quien la ayudaba a cambiarse.

Ahora si llevo vestido y una capa, ya que en el mirador varios nobles habían ido, pero como llevaban guardias nadie los molesto.

-La coronación será en una semana, todo en orden gracias a la tía Clarisa. Pero tenía unas dudas, así que le escribí para que las resolviera, ahora solo tengo que hacer una investigación, ten dale esté recado a Esmeralda, que ella se encargue.

-Si mi señora que duerma bien.

Amelia salió al balcón para reflexionar sobre lo que Sarah decía en su carta.

-En que tanto piensas?

Era Estefan que de un brinco llegó al balcón de amelia.

-Ten, cúbrete

-Pero no hace frío.

-Amelia póntelo, estás en camisón, le dijo desviando la mirada hacia el otro lado.

-A no me había dado cuenta, en mi defensa estoy en mi cuarto y tú fuiste el que llego aquí.

¿qué haces aquí?

-Nada en especial, solo quería verte.

*Si, que hago aquí solo la vi salir y mis pies se movieron hasta aquí*

-Estefan puedo preguntar si tienes más familia.

-Más familia?, de parte de mi padre sería el emperador, nada más hay otras tías pero fueron casadas fuera del reino y de parte de mi madre, tenía una hermana que vive más hacia el sur, tiene un hijo que heredero el título de barón.

¿Por qué?

-Quieres que te presente con mi familia.

-No nada de eso, solo pensaba en tu ataque y los mercenarios.

-Los mercenarios? Ellos solo seguían órdenes, el único que sabía era el jefe de ellos, al que tú mataste.

-Pues era él o tú y yo te salve a ti.

-Y eso te lo agradezco mucho, si tú no hubieras estado ahí yo estaría muerto.

-Si estuvieras muerto y tu primo se quedara con el Ducado.

Estefan puso una cara de sorpresa, ya que no lo había pensado, a su primo no lo conoce y nunca ha sabido de él.

-Pero él tiene su título de barón

-A lo mejor quiere recuperar el ducado.

-Mandaré a alguien a investigar, es inquietante lo que me comentas, tendré que poner atención en esa línea.

-Si, ahorita ya debe de saber que sigues vivo y tal vez haya dejado algún rastro.

-Amelia, te vas en dos días, yo también puedo preguntar cómo le vas a hacer para mantener el Marquesado, en los documentos, dice que te lo dieron con la condición de casarte en un año a partir de que tomes posesión de las tierras.

Y en dicho documento figura el nombre de Sir. Lucas, como tu prometido y viendo como se miran esos dos no creo que Lucas sea tu prospecto de esposo o sí.

Estefan señaló hacia el camino que llevaba a la villa de empleados, porque justo iban llegando Gabriel y Lucas.

-Bueno, solo fue para rellenar los papeles, Lucas tramitó todo hace casi ya dos años.

Para agilizar todo le pedí que pusiera su nombre.

Y bueno, la verdad no pensaba casarme luego, el plan era llegar y cuando llegara el momento contrataría un marido para resolver ese pequeño detalle.

Estefan se acercó hacia ella, quería abrazarla pero se contuvo con todas las fuerzas que tenía, sintió celos al pensar que Amelia podía llegar a casarse con alguien más.

-Espero que no estés hablando en serio.

-Por qué no, solo necesito casarme, puedo hacerlo por contrato, en cuanto tenga a mi heredero me divorcio, si el susodicho no quiere estar conmigo me puedo casar con Lucas y tener un heredero que no forzosamente sea de el, tu entiendes.

Estefan no podía creer lo que ella decía, no solo estaba molesto sentía celos, algo que jamás había sentido en su vida.

-Y yo no podría ser esa persona.

Le dijo casi en un susurro, ya que el poco control que tenía se le fue con las palabras de amelia, no podía y no quería dejarla ir, dejo aún lado sus inseguridades y sus miedos

-Queee?

Amelia se sorprendió por sus palabras, ese hombre tan guapo y que solo ha conocido un par de días, despertaba en ella sensaciones que ni siquiera cuando era Sonia sintió.

-Me gustas! Y no quiero que te vayas, sé que estoy codiciado algo que no puedo tener, eres muy joven y tienes una vida por delante, pero solo por esta vez quiero tener algo que realmente sea mío.

Amelia no sabía que contestar, a ella también le gustaba, de hecho tenerlo así de cerca también le está costando mucho trabajo contenerse y más que esos grandes brazos la rodeaban por la cintura, ese cuerpo tan bien trabajado, ese rostro que su aliento rosaba con su rostro.

-Estefan tú, tú también me gustas, pero sé y comprendo tu situación, si tu deseo es estar conmigo, debemos arreglar eso primero y no eres tan grande para tu edad estas de muy buen ver. *juntando mis dos vidas la vieja soy yo *

La edad no es impedimento en nuestra sociedad bien podrías casarte con una chica más joven y nadie diría nada.

Estefan sintió una gran alegría en su corazón, ahí estaba ella diciéndole que podían estar juntos, que no le importaba su edad y que también gustaba de él.

-Amelia tú tienes 18 años y yo tengo 30 años.

-Entonces dejarás que en un año me case con alguien más?

-No, jamás. *No eso nunca*

Uno tan cerca del otro, no dudaron en fundirse en un beso, un beso tan deseado por ambos, dos personas que jamás pensaron en encontrar a alguien que los complementará. Al separarse, ambos quedaron en platicar como será su relación, Estefan quería quedarse, pero ya ha sido muy codicioso por hoy, llegara el día que no solo será un beso.

Amelia también quería que se quedara, pero recupero la cordura justo cuando chocaron con el ventanal que daba al cuarto, si al salir del cuarto no hubiera cerrado aquel ventanal, nada los iba a detener para llegar a la cama.

*Rayos a buena hora se me ocurrió cerrar para que no entraran los mosquitos, malditos moscos ustedes tienen la culpa*

**hola ya sé, ya sé que esperaban una noche de estos dos, pero denle chance al pobre Duque, para la época él piensa que es un anciano a lado de Amelia, si bien es cierto que era muy común que se casaran con un hombre mayor, él lo ve de otra manera, sobre todo por los problemas que tuvo de niño**

MUCHAS GRACIAS POR LEER, TAMBIÉN LEO TODOS SUS COMENTARIOS, SE ACEPTAN SUGERENCIAS.