Toda vida enamorada, sufriendo humillaciones, para nada, sin darme cuenta deje que un amor enfermizo, acabará con mi amor propio. hasta que mi verdadero amor me salvo.
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Hotel.
…
Lucero bajo al bar del hotel, era una mujer muy atractiva, en cualquier lugar llamaría la atención. Eso era algo que no podía negar.
Al llegar a la barra pidió un tequila, "no creo que tomarme, solo uno haga daño" pensó al tiempo que se tomaba su trago.
A solo unas mesas de ella, estaba un grupo de hombres quienes discutían quien se acercaba primero, el ganador, a la hora del sorteo, no perdió tiempo y llegó hasta la barra.
- ¿Estás sola?.- pregunto el hombre de unos 30 años.
- Vez a alguien más.- contesto lucero con una sonrisa coqueta.
- Ya veo, pero dime en donde está tu esposo.- pregunto notando su anillo de matrimonio.
- Digamos que se cansó de la luna de miel, así que te animaría a pasar la noche conmigo.
El sujeto, sonrojado ante tal proposición, no había tenido que hacer ningún esfuerzo para llevársela a la cama, después de un par de copas, los dos se perdieron ante las vistas de los amigos del hombre.
…
Claudia.
El dolor de cabeza estaba por matarme, no debí hacerle caso a Camila, cuando me propuso tomarme algo para celebrar, pero bueno la pasamos bien.
Como pude me puse de pie y me metí a la ducha, debía tomar un baño y arreglarme, ya que mi lindo novio pasara por mí.
- Como te sientes.- me pregunta Camila. Entrando a la habitación.
- Pues, ya el dolor de cabeza cedió un poco y tú.
- Yo estoy por morirme.
- No digas esos, si en unos digas vas a estar bebiendo de nuevo.
- No hablemos de eso, más bien dime a donde irán.- Camila se dejó acercar en la cama.
- La verdad no sé, pero imagino que iremos a comer algo.- contesté mientras me miraba en el espejo.
Camila me había prestado un lindo vestido color rosa, el día estaría algo caluroso, así que era perfecto para el clima.
- A comer algo, o a comerse.- me dijo entre risa.
- Cállate, pero bueno pensándolo bien, eso no estaría mal.- contesté y me uní a su risa.
Minutos después Alejandro llego por mí, tan hermoso y puntual como siempre, hoy llevaba una camisa azul claro con dos botones sin abrochar, deja do ver un poco su tonificado pecho, el pantalón era de color negro un poco ajustado. Era perfecto, ahora cada ve, que lo veo, no puedo dejar de imaginarlo desnudo encima de mío. Será alguna clase de adicción.
- Estar hermosa.- me dijo cuando me acerque a él.
- Tú también estás muy guapo.- le contesté y besé sus labios.
- No me cansaré de esto.- contesto y volvió a besarme, pero este beso era más apasionado.
Lo separé un poco de mí, de lo contrario ahí mismo me subiría encima de suyo.
- A dónde iremos.- le pregunté con la voz un poco agitada.
- Pues la idea inicial, era llevarte a comer algo, pero ahora se me antoja algo más.- su voz sonaba algo ronca.
Lentamente, se acercó a mí, una de sus manos llegó debajo de mi vestido, para luego tocar la delicada tela de mi ropa interior, poco a poco se fue introduciendo en mí. La excitación y la adrenalina, que sentía era algo fantástico, me hacía desear más.
- Te animas.- me preguntó, mientras llevaba sus dedos a la boca, esos mismos que acababan de estar en mi interior.
Ese acto me hizo erizan, no podía negar que me moría por volver hacer el amor, creo que lo deseaba más que él.
- Por mi encantada.- le contesté.
Después de eso, subimos a su coche casi corriendo, estábamos deseo el uno del otro que no queríamos perder tiempo.
No sé cuanto tiempo paso, pero cuando quise reaccionar ya estábamos en la habitación de un hotel, él me tenía recostada contra la puerta de la entrada de la habitación, aún seguíamos a medio vestir, su miembro entraba y salía de mí, con Desesperación, mientras yo gemía como loca, la verdad no tenía intención de reprimir los sonidos que de mi boca salía.
…
El vuelo de Pablo había aterrizo sin contra tiempo. Sabía que lo ocurrido le traería problemas con sus padres, pero no le importaba, las peleas con lucero se habían vuelto el pan de cada día, y cada vez eran más fuerte, para en era mejor poner distancia, quizás era eso lo que en realidad necesitaban.
- A dónde lo llevo, señor.- pregunto el chófer, quien había sido el encargado de recogerlo.
- Vamos a la oficina.- contesto él.
No habían avanzado mucho cuando en un semáforo pudo ver a Alejandro en su coche acompañado por Claudia, lo dudo por un momento, pero a la final decidió seguirlos.
- Cambio de planes, por favor siga a ese coche.
Pablo estuvo todo el camino inquieto, no sabía a donde se dirían, pero de algo si estaba seguro y era que a ninguna de su casa llevaba ese camino.
…
Pablo.
Estaba realmente cansado de tanta pelea con lucero, no voy a negar que entiendo la posición en la que ella se encuentra, y me gustaría corresponderle como se debe, pero me es casi imposible, ya que en todo momento vivo pensando en Claudia, no puedo dañar de mi cabeza el beso que se dio con Alejandro. Así que lo mejor que podía hacer era irme y dejarla sola, para que ella disfrute sé su estadía en el hotel.
Después de dejar todo pago y una tarjeta para que esté cómoda, tome un vuelo de regreso a casa, tenía tantas cosas en la cabeza y una de ella era hablar con Claudia y con el imbécil de Alejandro. Una vez llegue quise ir a la compañía y revisar unos documento, pero en el camino vi a Alejandro con Claudia, no sabía a donde se dirigían, pero no pude evitar seguirlo, muchas cosas llegaban a mi mente y mi temor se confirmó cuando los vi entrar a un hotel.
- Quizás van a visitar a alguien.- me dije a mí mismo.
Debí haberme detenido, debí mantenerme al margen y esperar para hablar con ellos, de lo contrario no estaría destrozado como lo estoy en estos momentos. Escuchar los gemidos y jadeo de Claudia mientras Alejandro le hace el amor, ha sido lo peor del mundo, verme como un idiota parado del otro lado de la puerta de la habitación, asido una completa estupidez de mi parte llegar hasta aquí.