Lucía, luego de morir despierta en la última novela que leyó, pero lo más extraño de todo eso fue que despertó en el personaje que más odiaba...
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capítulo 1
Lucia...
Me encuentro leyendo los capítulos de mi novela favorita, "Luchando por tu amor". En ella cuentan la historia de Dayana y Estefan, el príncipe Heredero, quienes eran dos personas que no debían enamorarse, puesto que el príncipe ya tenía un compromiso previo, pero así fue. En la noche de la mayoría de edad del príncipe. Conoció a Dayana y a pesar de que el príncipe se encontraba en compañía de su prometida, Sarah, no pudo evitar quedar cautivado por la belleza de Dayana. Sin importar las miradas de los padres de su prometida y la de la misma Sarah, se dirigió a paso firme y extendiendo su mano la invitó a bailar. Dayana quien no se había esperado este acto del príncipe, tomó su mano feliz y con una sonrisa brillante bailo con él durante casi toda la noche, sin saber que después de ese día se haría de una importante enemiga. Sarah era la hija de uno de los duques más influyentes del imperio y aunque para Dayana solo había sido un baile, para Sarah había sido mucho más.
El hecho de que ella hubiera coqueteado abiertamente con su prometido, la hizo ver como una idiota y no solo eso, sino que las demás señoritas se empezaron a burlar de ella diciendo que el príncipe no la amaba tanto como ella decía.
Para Dayana las cosas se habían complicado mucho más, puesto que su padre, quien era un barón de bajo rango, fue presionado por el duque para que casara a la chica de inmediato y no pudiera hacer peligrar el casamiento y futuro nombramiento de su hija, puesto que ambos habían notado el interés del príncipe por Dayana. Al enterarse de esto, la joven corrió a contarle de esta situación al príncipe y el príncipe al saber de esta situación imploro a sus padres para que lo dejaran cambiar de prometida. Los emperadores también se sentían furiosos por lo que el duque intentaba hacer, pero no podían cancelar el compromiso, puesto que ese hombre tenía gran fuerza militar y esa boda traería grandes beneficios a su imperio. Sin poder hace mucho solo le aconsejaron a su hijo que dejara a la señorita Dayana a su suerte, pero Estaban, aun sin querer hacerles caso a sus padres siguió viendo en secreto a Dayana. Ambos se habian enamorado sin pensar en las consecuencias del daño que su amor causaría.
Sarah por su parte, enojada con toda esta situación intento atacar varias veces a la amante de su prometido, pero para su desgracia el príncipe siempre aparecía y la rescataba dejándola en completo ridículo y mostrándolo como una mujer malvada con una señorita de más baja posición, mientras que Dayana se veía como una pobre víctima siendo acosada por la señorita Sarah y la pobre chica solo tenía que soportar las humillaciones que ella y su prometido le hacían. Obviamente, esta historia no termino nada bien para Sarah, puesto que Dayana no solamente se ganó el apoyo del pueblo y los nobles, sino que con el tiempo hasta los emperadores empezaron a apoyarla, logrando por fin quedarse con el príncipe y viviendo su historia de amor, mientras que Sarah fue obligada a casarse con un hombre frío y temido por todo el imperio. Este era el ministro de guerra, un hombre joven de unos veintiséis años que se había ganado su cargo a pulso, no había quien no supiera de sus hazañas y proezas, pero al igual que como lo alababan le temían, el hombre era conocido por ser alguien muy despiadado y sanguinario. Tanto así que cuando Sarah murió, por beber veneno, puesto que no podía vivir sabiendo que el hombre que amaba era feliz con alguien más, todo mundo lo culpo a él y a su fría actitud...
Al ver el estúpido final que tuvo mi personaje favorito de la novela cierro mi computadora y digo en voz alta.— Esto sí que fue una perdida de tiempo... cuando será el día que un escritor no le dé tanta ventaja a la pobre zorra de la protagonista. No entiendo por qué ella se veía como una pobre damisela, sí claramente se metió en una relación y se quedó con el novio ajeno... Si fuera yo le hubiera arrancado los ojos por mirar algo que no era suyo.—Levanto mi rostro y al ver como el hombre que está frente a mi temblando como una hoja, mientras está atado a una silla, digo– O no? ¿Tú que opinas? No crees que Sarah no merecía ese final. — Veo como este intenta decir algo y sacándole la cinta de su boca dice.
— Sí... ti... tiene razón.
— Lo ves, hasta tú lo sabes. Bueno, no te entretengo más, el pago no llego y ya estoy aburrida. Te veo en el infierno...
Me levanto de mi asiento y apuntando a su cabeza lo escucho suplicar, pero aunque quise disparar le un grupo de hombres armados llegaron a la bodega donde nos encontramos y maldiciendo por haberme distraído tanto corro para que no me puedan atrapar. Pero aunque quise ser más rápida me rodearon y mientras disparaba a boca de jarro, una de las balas que esos hombres disparaban me hirió en el pecho y caí... con mis últimas fuerzas vi como todos se acercaban para rodearme y con una sonrisa tomé una granada de mi cinturón y dije.
— Sayōnara...
BUUUMM...
Una gran explosión provoque y eso fue lo último que hice en mi vida...