Deilyne fué comprometida por un acuerdo de amigos que hizo su padre el Marqués Marshall con el hijo del Duke Carlos Laportt, Gabriel Laportt.
La joven Deilyne se enamoro por primera vez del apuesto jóven Duke Gabriel. Después de tres años de matrimonio Deilyne se da cuenta que el amor unilateral nunca será suficiente para mantener una relación. Deilyne no desperdiciará su vida en un lugar donde sufre un desgaste constante, así que tomará nuevas decisiones.
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Capitulo 21: " El banquete es en nombre de Ella"
Deilyne había empezado con las entrevistas para reclutar a sus nuevos trabajadores, ella no imagino la gran cantidad de personas que se postularían para los cargos. El lugar donde las entrevistas se llevaron a cabo fué en las oficinas del hotel "Stella".
Una larga fila de espera se podía ver en las puertas del hotel.
Deilyne estuvo ocupada por varios días haciendo las entrevistas, pero estuvo satisfecha, ya que considero después de evaluar números puntos sobre los entrevistados, y con la ayuda de Nicolás encontraron a las personas adecuadas.
Pero había algo con lo que Deilyne debía lidiar aún, el día que debutaría en la sociedad y juraría su lealtad al Emperador todavía no sabía cuándo sería, pensó que sería poco después de su reunión con él Emperador, pero ya habían pasado más de tres meses, durante ese tiempo estuvo manteniendo correspondencia con él mismo Emperador, de tantas cartas que se enviaron el uno al otro ella llegó a pensar que tal vez el Emperador estába aburrido, en un comienzo ella le respondía por obligación, pero con el tiempo pensó que era divertido, en sus cartas hablaron de todo, pero no hablaron de nada con respecto al banquete que el Emperador estába organizado.
Deilyne se preguntaba porque estaba haciendo de eso un misterio y porque estaba tardando tanto. Pronto sus ansias serían calmadas.
Ese día parecía como cualquier otro día, los guardias en la entrada estaban pasando su turno tranquilamente pues ese día la Marquesa no esperaba a nadie, cuando de pronto escucharon el sonido de un carruaje acercándose, cuando pudieron avistarlo se quedaron sin palabras, aquel carruaje tan lujoso y rodeado por números guardias, quien sería pues no traía una insignia para que la pudieran reconocer. Cuando él guardía principal se acercó al carruaje para preguntar quien era y que necesitaba fué detenido por los escoltas que rodeaban pero la persona que viajaba en el los detuvo.
- es suficiente, déjenlo hablar.
Al ver el rostro del hombre que se asomo por la ventanilla del carruaje pronto el guardia pudo reconocer de quién se trataba.
-Disculpe Majestad, no sabía que era usted. Dijo el guardia agachado su cabeza en señal de respeto.
- Puedes levantar tú cabeza, dime la Marquesa se encuentra?
- Así es majestad, daré aviso de su presencia.
- Está bien.
Las puertas fueron abiertas de par en par y el carruaje ingreso con dirección a la mansión.
A diferencia que con el Duke Laportt, los guardias no dudaron en dejar pasar a éste carruaje ya que en el venía un miembro de la familia Imperial.
Un guardía se había adelantado para darle aviso a la Marquesa sobre la inesperada visita.
Deilyne se encontraba en su oficina, había recibido un informe de los progresos de la mina de oro blanco y estába en plena revisión de éste cuando Deisy entro apresuradamente a su oficina.
- Señorita disculpe está intromisión pero es urgente, un guardia de la entrada llegó a toda prisa y dijo que había llegado un invitado muy importante.
- De que hablas Deisy, yo no esperaba a nadie el día de hoy.
- Bueno Señorita resulta que esa persona es un miembro de la familia Imperial y ya debe estar llegando.
Deilyne se paro de un salto de su silla, no había recibido ningúna carta dando aviso de esto, recibir a un miembro de la familia imperial incluso para la familia Marshall no era poca cosa y demandaba su tiempo de preparación, pero ahora, ahora no tenía tiempo de nada más que salir a recibirlo. Deilyne penso en que podria ser el mismo Emperador ya que ella estuvo manteniendo correspondencia con él, pero eso era muy difícil que fuera a suceder, la otra opción era el principe Arturo, ya que ella tan solo conocía a estos dos miembros de la familia Imperial.
Y cómo Deilyne pensó, la persona que bajo del carruaje era el Principe Arturo.
Deilyne hizo una reverencia y saludo.
- Bienvenido Majestad, es un gusto que este aquí.
- Puede levantar tú cabeza Marquesa, el gusto es mío.
- Disculpe mi desordenado recibimiento pero no esperaba que usted nos honrara con su presencia.
- No tien de que preoparce, es más soy yo quién debería disculparse por venir sin dar aviso, pero no puede evitarlo.
- Por favor Majestad, pase y sigamos hablando adentro.
El Principe Arturo siguió a Deilyne quien lo guío hasta una magnífica sala, en el camino el Principe aprecio las estructura y decoración de la mansión Marshall, era tan grande y lujosa que no había mucha diferencia con el palacio Imperial.
- Tome asiento en donde desee majestad.
Deilyne mando traer té y postres para acompañar. En un instante hubo una magnífica mesa que separaba a ambos, servida con sus pedidos, Deilyne preparo el té ella misma y se lo sirvió.
- Espero que sean de su agrado.
Dijo Deilyne refiriéndose a los postres y té, Deilyne no sabía que decir en esos momentos estába confundida por la presencia del principe no imaginaba que asuntos tendría él con ella.
El principe por su parte se encontraba tranquilo, disfrutó de casi una tasa de té cuando recién decidió hablar.
- Sin duda esté debe ser él mejor té que he probado. Su sabor es tan delicado y transmite calma, es raro decir esto de un té pero es lo que sentí al beberlo. Podría decirme Marquesa de que té se trata.
Deilyne se sorprendió por la apreciación que tuvo él Principe sobre su té. Una leve sonrisa se dibujó en sus labios.
- Me alegra saber que le haya gustado, es un té preparado a base de hojas de naranjo, flores de manzanilla y también tiene un pequeño toque de clavos de olor. Es un sabor bastante difícil de lograr y que sea agradable debido a la combinación de ingredientes tan diferentes, pero si se logra el resultado es muy agradable.
El principe que observaba entretenido la explicación de Deilyne había podido llegar a apreciar la pequeña sonrisa en rostro de la Marquesa.
- Usted me dijo en aquella reunión que tuvimos en el jardín que le gustaría algún día tener algo que le gustara aosionadmente, me parece que no está muy lejos de encontrarlo.
Deilyne se avergonzó un tanto yá que penso que exagero con su explicación y a la vez se preguntaba cómo es que él principe podía recordar las líneas de una conversación tan trivial.
Arturo pudo notar el pequeño sonrojo en el rostro de Deilyne.
-[es linda] fué lo que pensó inmediatamente después de verla.
- Disculpe Marquesa creo que le estoy robando tiempo importante así que le diré los motivos de mi visita.
He revisado los documentos que usted le entrego a mí padre con la descripción de sus productos, valores y demás y déjeme decirle que he quedado impresionado por tan impecable análisis que realizó, fue sencillo de entender lo que agilizó la tarea de revisarlos no he encontrado nada fuera de lugar así que todo está aprobado. Aquí tengo los permisos firmados y cellados, ya puede exportar sus productos.
El principe acercó a Deilyne una carpeta con el cello de la familia Imperial.
- Es un alivio y gracias por tomarse la molestia de venir hasta aquí a traermelos, pero no era necesario, se que usted es una persona muy ocupada, yo pude ir a buscarlos.
- Está bien Marquesa, pero no es tan solo por lo que vine.
El principe saco un sobre igualmente sellado con el sello de la familia imperial y se lo entregó a Deilyne.
- Ésto....
- Si es la invitación para el banquete en su honor, su Majestad insistió en que se lo entregará personalmente.
- Ya veo.
- Por cierto Marquesa.. sí es que todavía no pensó en un acompañante, yo podría serlo.
Deilyne se sorprendió bastante él principe estába ofreciéndole ser su acompañante, ella había pensado en llevar a Benjamín como su acompañante, pero él rechazar a un principe no sería muy educado.
- Seguro que su propuesta no fué una insitencia de su Majestad el Emperador??
- Oh no por supuesto que no fue totalmente mi idea.
El principe de repente se había puesto un tanto nervioso.
- Jajaja.
Una suave carcajada se escuchó y provenía de Deilyne.
- Es una broma Majestad, y si acepto su invitación.
Ahora él parecía un poco aliviado.
- Bien creo que eso es todo por hoy Marquesa gracias por recibirme de tan buena forma y nos volveremos a ver pronto.
- Hasta pronto majestad
De está forma Deilyne se despidió de su visita inesperada.
A pensar de todo Deilyne paso un rato agradable con el principe sumado a las buenas noticias que le trajo sobre su trabajo.
Después que Deilyne recibiera la invitación al banquete, las mismas invitación fueron repartidas para los demás nobles . Ahora sí que habían rumores en la alta sociedad, todos estaban hablando del banquete y de como aparentemente este estába siendo organizado por el mismo Emperador.
- [no me gusta, toda esa atención está siendo de esa mujer] Loreley no se encontraba nada satisfecha con esto.
Alguien más que tampoco se encontraba satisfecho era el Duke Gabriel quien también recibió la invitación.
- [ Ese molesto Emperador y sus molestas ideas, porque tienes que interesarte tanto en ella cómo para hacer esto ]
Lo cierto es que ese banquete era en nombre de ella, y ella asistiría, por obligación o por gusto, y los curiosos nobles satisfacirían su curiosidad conociendo a la rumoreada Marquesa Marshall.