⚠️ Continuación de: Tú, sólo tú... |Trilogía: En las buenas y en las malas #1 ⚠️
🚨 Advertencia 🚨
Si no has leído el primer libro de está Trilogía, te invito a hacerlo para que puedas seguir el hilo de la historia.
Sin más que decir, te dejó con la sinopsis...
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Sinopsis:
No todo matrimonio casi perfecto, empieza como tal.
Sobre todo, si en el primer encuentro uno de los dos, vomita sobre el otro.
¿O tal vez si?
NovelToon tiene autorización de Maria Solis para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 2
Las noches en New York, no eran menos agitadas que el día. Por el contrario, parecía que mientras más se ocultaba el sol, más movimiento había en la cuidad.
La castaña miraba fijamente su copa de champaña, la cual, no había tocado desde que la pidió.
—Señorita, veo que no ha tocado su comida. ¿Hay algo malo con ella?
Tina, miró al camarero quien se había acercado a ella con algo de timidez.
—No, yo... Por favor, guárdela para llevar.
El joven asintió y tomando su plato, se alejó de la mesa. Suspirando, se resignó a comer en casa.
Había decidido cenar fuera para no regresar a su departamento pronto, pero tampoco ese método funcionó.
El mesero llegó poco después con una bolsa.
—Aquí tiene.
—Gracias. —Tina miro la cuenta y pago antes de ponerse en pie y salir del restaurante
El frío la golpeó con fuerza, se acomodo el suéter y empezó a caminar hacia su departamento.
La gente transitaba por las calles a empujones, caminar era casi incómodo, pero al menos, no se sentía sola.
Siguió caminando hasta doblar en la siguiente esquina, su cuerpo choco con alguien que venía de frente pero ante tanta gente, ella no se pudo disculpar y siguió caminando.
Cuando llego a su departamento, considero llamar a Andrea para que la acompañará, pero sería admitir que aun se sentía insegura.
Conciliar el sueño le fue absolutamente un reto, su cerebro no le permitía descansar aunque su cuerpo estuviera gritándole que lo hiciera.
«—¡NOOOOOOO!»
Sobresaltada, la castaña se sentó en la cama mientras miraba a todos lados en buscar del intruso. Pero dentro, no había nadie.
Tina, se abrazo a si misma antes de romper en llanto.
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Al día siguiente, los bostezos no le faltaron. No había podido dormir y se la había pasado viendo la televisión hasta que fue hora de arreglarse para trabajar.
—¡TINA! —Andrea llego a ella y la jalo del brazo —¡Buenos... ¿Estás bien? —la miró preocupada —No dormiste ayer, ¿verdad? —preguntó —Debiste...
La oji aceituna, le sonríe con calma.
—Estoy bien.
Ambas suben al elevador y casi salen corriendo de ahí cuando ven a Yolanda dentro.
—Buenos días. —balbucea la rubia sin ánimos
Tina, se limita a mover la cabeza a modo de saludo.
La peli negra les mira de reojo y los rueda antes de seguir viendo su celular.
Cuando llegan a su edificio, Yolanda se abre paso entre ellas para salir primero.
Tina suspira y Andrea le saca la lengua con odio.
Las tres salen de ahí y en la entrada de su departamento, se detienen al ver a su jefe.
—¡Señor Figueroa! —saluda la peli negra con entusiasmo —¡Buenos días!
El hombre de 56 años las mira y sus ojos parecen aliviados cuando los posa en Yolanda.
—¡Ahí estás! —exclama —Tengo trabajo para ti... Nos ha contactado el asistente de Dion Park, para una entrevista.
—¿Quién es ese?
Todos la miran y Tina cae en cuenta que había pensado en voz alta.
—¿Quién es? —gruñe la oji azul —¡Dion Park es el soltero más codiciado de New York!
Andrea asiente.
—Supe que regresó luego de consolidar su cadena de hoteles alrededor del mundo y estar mucho tiempo en el extranjero. —le explica la oji gris —Pero me sorprende que quiera una entrevista con nosotros siendo una revista de chis...
—Chismes o no. —le corta su jefe —Quiere una entrevista.
—¿Seguro que no es para la cadena de televisión? —preguntó la castaña —Si dicen que es alguien importante, ¿no será mejor dejarlo para un departamento más serio?
Su jefe le miró con advertencia y ella apretó los labios.
—No se preocupe, señor Figueroa —sonríe la peli negra —Daré lo mejor de mi para que la entrevista salga de maravilla.
Tina no puede evitar rodar los ojos. Sin duda, Yolanda mostrará sus mejores atributos durante la entrevista.
—Un momento. —murmura la rubia —¿No hoy sales de viaje a Toronto?
Yolanda palidece considerablemente.
—Cierto. —afirma su jefe —Debes hacer una entrevista ahí.
Andrea sonríe con emoción y se acerca a Tina para jalarla hacia ellos.
—¿Qué le parece que Tina vaya a entrevistar a Dion Park?
Su jefe, clava los ojos en la trigueña y sacude la cabeza.
—No. Ve tú...
Andrea hace una mueca.
—No puedo, tengo una entrevista dentro de poco.
—Intercambien entrevistas. —ordena el jefe
—Señor... —balbucea la peli negra —Puedo cambiar entrevistas con...
—No. —le corta —Debes salir de viaje en dos horas, ve a prepararte.
Con una sonrisa forzada, Yolanda se aleja de ellos.
—No puedo cambiar entrevista con Tina, señor. —murmura la oji gris con mimo —La mía es dentro de cinco minutos y ahora mismo, tengo que irme... —dicho esto, mira a su amiga y guiñandole el ojo, sale corriendo —¡Suerte Tina!
—¡Andrea!
—Tengo que irme, se me hace tarde... —la rubia corre al elevador y desaparece dentro
La castaña suspira con dramatismo. Andrea, siempre metiéndola en problemas.
—Bien, si no cuento con nadie más... Iras Tina.
Mirando a su jefe, no parece procesar las palabras que dice.
—¿Yo...
—Si, tú. —le gruñe mientras le tiende una carpeta —Pero te advierto que si cometes un error en la entrevista, serás despedida y sin peros. ¿Entendido?
La oji aceituna observó su carpeta. No, no estaba segura de poder hacerlo. Miró a su jefe pero este ya se alejaba por el pasillo.
—¡Señor! ¿A qué hora es la entrevista?
—A las 11:00 a.m —le grita este de vuelta sin mirarla
Tina mira su reloj y palidece cuando ve que faltan 15 minutos para llegar.
Rápidamente corre al elevador y abre la carpeta.
..."Entrevista a Dion Park. Empresa Dominion. 11:00 a.m"...
Ok, ya sabía a donde ir.
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—¿Ya entraste?
La castaña sacude la cabeza aún sabiendo que su amiga no la verá.
—No... Eh... Andrea... El edificio es inmenso y ni se por donde empezar.
—Empieza entrando y no olvides...
Asiente.
—Si, evitar caerme o poner en ridículo a la empresa.
La risita de Andrea la calman un poco.
—Lo harás bien amiga, te lo puedo asegurar... —la escucha argumentar mientras la oji aceituna se arma de valor para atravesar la puerta de cristal del gran edificio —¿Imaginate que una entrevista pueda cambiar tu vida?
—Andrea... —se mofa —No estoy cazando marido.
—¡Solo imaginatelo! Lo enamoras con tu mejor sonrisa y luego te casas con el millonario más codiciado del país.
Ella arruga la nariz y alza una ceja mirando con asombro el interior del hotel.
—Deberías ser escritora, tu imaginación me supera. —se rio —Te dejo, tengo que apresurarme.
—¡Éxito!